El Salat

Musulmanes, Allah dice en Su Libro: “Y estableced el salat en los dos extremos del día y en las primeras horas de la noche, es cierto que las buenas acciones anulan las malas acciones. Esto es un recuerdo para los que recapacitan”. (11:114).

La semana pasada, hablamos sobre la shahada y cómo es, tanto interior como exteriormente, la clave del Din de Allah. Pero si la shahada es como los cimientos del edificio que es el Din, la oración es su apoyo o pilar central. El Profeta dijo, «La oración es el soporte/pilar central del din. Quien lo abandone, habrá destruido/demolido su din».  Y Umar Ibn al-Jattab dijo: «Quien proteja su oración y sea constante en ella, ha protegido su din».

En muchos sentidos, la oración es el din y el din es la oración. El salat es el sila, la conexión del esclavo con el Señor, el medio más elevado que Allah ha dado a la humanidad para que no abandone el camino de la verdad, el camino que lleva a Su misericordia y Su perdón y a todo lo que hay de bueno en este mundo y en el próximo. Es en cierto modo una cuerda de seguridad que nos conecta con nuestro Señor, y que Allah lo haya hecho obligatorio cinco veces al día garantiza que no se rompa. Hacer la oración de forma constante y regular impide que se bloquee la conexión con Allah y elimina las acciones incorrectas menores que se puedan cometer entre una oración y otra. Allah lo ha hecho obligatorio para que se eleve el rango de la persona, se multiplique sus buenas acciones, se libre de los errores y de las malas acciones y para por fin admitirla en los Jardines de Paraíso. Allah describe a los creyentes con una serie de cualidades y en la última de estas aleyas dice: «Y los que cumplen sus oraciones. Ellos son los herederos, que heredarán el Firdaus, donde serán inmortales». (23:10-11)

El Profeta dijo: «La primera de las acciones de un esclavo que se observa en el Día de Qiyama es la oración: si es completa, entonces se aceptará junto con el resto de sus acciones, pero si se encuentra deficiente, entonces es rechazada junto con el resto de sus acciones». La clave para tener una oración que sea completa, y así aceptable para nuestro Señor, radica en la palabra iqama, porque a lo largo del Libro de Allah, no se nos ordena rezar, sino más bien establecer la oración. De hecho, es la primera cualidad del creyente que Allah menciona después del iman. Allah dice: «Diles a mis esclavos que creen que establezcan la oración». Según los fuqaha, hay tres aspectos principales de iqama:

El primero es establecerlo en la comunidad, en otras palabras, construyendo un edificio, una mezquita, en el que se llama el adhan y la gente reza en jama’ah detrás de un imam. Este fue el primer acto del Mensajero de Allah al llegar a Madina, porque si bien la oración es la conexión más íntima y privada del esclavo con su Señor, también tiene una gran importancia en la cohesión social y la unidad.

El segundo es establecerlo en su tiempo. Cuando se le preguntó a Qatada qué significaba establecer la oración, lo primero que dijo fue: “Hacerla con regularidad en sus tiempos”. Hacer las cinco oraciones obligatorias en su  tiempo asignado, porque a cada una se le ha asignado un tiempo específico. Allah dice: “Ciertamente el salat es para los creyentes un precepto en tiempos determinados.” Y Allah dice: “Cumplid con las oraciones prescritas y con la oración del medio, y presentaos ante Allah con total entrega.” (2:236) Hay diversas opiniones sobre la oración del medio, que Allah resalta, siendo la más aceptada que se refiere a la de subh, ya que su tiempo es al alba, entre el día y la noche. Otra opinión es que se refiere a la oración de ‘asr.

El tercer aspecto de iqama es rezar la oración de la manera más completa posible. Ibn Abbas dijo: “Establecer la oración es completar su ruku’, su postración, su recitación y tener jushu’ en ella”. Y otros también mencionaron sus precondiciones. Lo cual implica un conocimiento a nivel individual del fiqh básico de la oración: los elementos que la componen, cómo purificarse previamente, cómo vestirse adecuadamente y cómo encontrar la qibla. Y luego ponerlo en práctica, cuidando de dar a cada uno de sus elementos y precondiciones su pleno cumplimiento. El Profeta dijo: “El peor tipo de ladrón es el que roba de su oración”. “¿Cómo puede alguien robar de su oración?”, preguntaron los Compañeros. Él respondió: “Al no completar su ruku’ o sus suyuds”.

Esto no significa que sea necesario pasar mucho tiempo en cada una de esas posiciones ni que una persona deba rezar muy despacio, como se podría pensar, ya que algunos de los Compañeros, incluyendo Ammar ibn Yasir, Talha y az-Zubayr, solían hacer la oración muy rápido. Querían asegurarse de que no había oportunidad para que su mente divagara o su concentración decayera, ya que una oración con presencia y concentración es infinitamente más valiosa que una en la que la mente está distraída. El Profeta dijo: “La única parte de la oración de un esclavo que está escrita para él es aquella en la que su mente está presente”. Que la oración sea completa no se refiere a la lentitud y la prolongación, sino más bien a la quietud en la plenitud de la posición, dejando que todas las extremidades se asienten antes de pasar a la siguiente parte de la oración.

Lo último que Ibn ‘Abbas mencionó con respecto a tener plenitud en la oración es jushu’, y en muchos sentidos esto se encuentra en el corazón de lo que significa establecer la oración. Es el secreto de una vida exitosa. Allah dice: “Habrán triunfado los creyentes. Aquellos que tienen jushu’ en su oración”. Después de creer, el primer requisito previo para el éxito mencionado por nuestro Señor en esta aleya es la cualidad del jushu’. Tener jushu’ es estar presente en la oración con concertación y sumisión.

Pedimos a Allah que nos dé la facilidad para cumplir con los salats de la mejor manera. Pedimos que pase por alto cualquier deficiencia y acepte todas nuestras oraciones.

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El Profeta dijo: “Allah dice: ‘He dividido la oración entre mi esclavo y Yo en dos mitades, y Mi esclavo tendrá lo que pide. Cuando el esclavo dice: ‘Alabanzas a Allah, el Señor de los mundos, Allah responde: ‘Mi esclavo me ha elogiado’. Cuando dice: ‘El Misericordioso, el Compasivo’, Allah responde: Mi esclavo me ha glorificado. Cuando dice: ‘El Rey del Día de la Retribución’, Allah dice: ‘Mi esclavo ha puesto su asunto en mis manos.’ Cuando él dice: ‘Solo a Ti te adoramos y solo en Ti buscamos ayuda’ , Allah dice: ‘Esto es entre Yo y Mi esclavo, y Mi esclavo tendrá lo que pide’. Cuando él dice: ‘Guíanos por el camino recto, el camino de aquellos a quienes has favorecido, no el de los que son motivo de ira ni el de los extraviados.’ Allah dice: ‘Esto es para Mi esclavo y Mi esclavo tendrá lo que pide’”. La oración es realmente algo extraordinario, un regalo incomparable. Porque a través de ella, recibimos una audiencia directa con el Señor de todos los mundos y la oportunidad de conversar íntimamente con Él, munaayaat ar-rabb. Es el momento de más cercanía entre Allah y Sus siervos. El Profeta dijo: “Lo más cercano que un esclavo está de su Señor es cuando esta en sayda”. El Profeta dijo también: “Cuando el esclavo hace la oración, Allah levanta el velo entre ellos y dirigiendo a él directamente, mientras que los ángeles que están en los hombros del esclavo hacen la oración con él”.

Allah es generoso con Sus siervos, y no permite que alguien se postre ante Él sin colmarle de regalos y otorgarle un elevado rango. Se narra que Muhammad ibn Ali at-Tirmidhi dijo: “Allah invita a aquellos que afirman Su unidad (muwahhidun) a estas cinco oraciones por Su misericordia hacia ellos, y les prepara todo tipo de hospitalidad, de modo que el esclavo recibe regalos por cada palabra y por cada movimiento”.

Estos regalos son interminables y un jutba no es suficiente para enumerarlos. Mensajero de Allah dijo en un hadiz:

«La oración es el agrado de Allah, el amor de los ángeles y la sunna de los Profetas; la luz de la ma’rifa, la fuente de imaan y la respuesta del dua; la aceptación de las acciones, baraka en la provisión, y descanso para los cuerpos; un arma contra enemigos, la confusión de Shaytan, un intercesor entre el siervo y el ángel de la muerte; una lámpara en la tumba, un lecho suave bajo su costado [en la tumba], una respuesta a Munkar y Nakir, y una barrera entre el siervo y el Fuego; en el Día de Qiyama, la oración será una sombra, una corona sobre su cabeza y ropas para su cuerpo; una fuente de luz que fluye frente a él, una barrera entre él y el Fuego, y una prueba a favor de los creyentes cuando están ante su Señor; un gran peso en la balanza, un cruce rápido del sirat y una llave para el jardín. Y eso es porque la oración es glorificación, alabanza, recitación y dua. La mejor de todas las acciones es hacer la oración en su momento».

Le pedimos a Allah que nos convierta en personas que establecen la oración y las personas en quienes se establece la oración. Le pedimos que haga de cada oración una alegría y no un peso, y nos da la humildad y el jushu’. Le pedimos que nos dé presencia, constancia y yama’a. Y júntanos por medio de ella, oh Allah. Pedimos que Él nos fortalezca por medio de ella para que podamos salir de ella nutridos y fortalecidos.