Musulmanes, el profeta Muhammad trajo el último mensaje y es la guía hacia Allah. Él es nuestro modelo y ejemplo a seguir, pues en su sunna se encuentra todo el conocimiento necesario para obedecer a Allah de la forma más completa. Seguirle, imitarle y amarle es parte de nuestro Din. De igual manera, es parte del Din amar a sus nobles compañeros. Ellos fueron quienes Allah eligió para estar con el profeta, rodearle, apoyarle, seguirle y llevar el Din por toda la tierra. Fueron la mejor gente, como dice Allah en el Corán:
“Sois la mejor comunidad jamás producida en bien de la gente”. Allah dice: “Di alabado sea Allah y paz sobre sus esclavos escogidos”. El sahabi Ibn ‘Abbas dice que se refiere a los sahaba.
Y el profeta dijo: “La mejor generación es la de mis compañeros, luego la que le sigue y luego la que le sigue”.
Veneramos a los Compañeros porque amamos al Mensajero de Allah y le obedecemos. Estamos complacidos con los Compañeros porque Allah y Su Mensajero estaban complacidos con ellos. Allah dice:
“Allah quedó realmente complacido con los creyentes cuando te juraron fidelidad bajo el árbol”. (48:18)
Qadi Iyad dice en su famoso libro ash-Shifa bi tareefi huquqi-l-Mustafa:
“Parte de respetar y obedecer al Profeta consiste en respetar a sus Compañeros, obedecerles, reconocer lo que es debido respecto a ellos, seguirles, alabarles, pedir perdón por ellos, abstenerse de debatir sobre las diferencias entre ellos, mostrar enemistad hacia aquellos que son hostiles hacia ellos y evitar la desviación de los chiíes y los innovadores y los informes de los historiadores o transmisores ignorantes que les restan valor a cualquiera de ellos”.
Pedimos Allah que bendiga al profeta todos sus compañeros.
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Yabir ibn ‘Abdulla, que Allah esté complacido con él, transmitió que el profeta dijo:
“Allah eligió a mis Compañeros sobre el resto de la existencia a excepción de los Profetas y los Mensajeros. Eligió cuatro de ellos para mí: Abu Bakr, ‘Umar, ‘Uzman y ‘Ali y los convirtió en los mejores de mis Compañeros, aunque todos mis Compañeros son buenos”.
Este es el estado exaltado de los Compañeros del Mensajero de Allah , hombres y mujeres elegidos por Allah sobre el resto de la creación; hombres y mujeres en cuya compañía el Mensajero de Allah, el pináculo absoluto de la creación, eligió estar; hombres y mujeres a quienes todos debemos una deuda de gratitud por la manera en que preservaron el din de Allah y nos lo transmitieron entero e intacto.
Ayyub as-Sajtiyani, un famoso tabi’i, dijo,
“Quien ama a Abu Bakr ha establecido el din. Quien ama a ‘Umar ha abierto el camino. Quien ama a ‘Uthman ha sido iluminado por la luz de Allah. Quien ama a ‘Ali se habrá aferrado a lo más seguro que uno puede asirse. Quien elogia a los Compañeros de Muhammad está libre de hipocresía. Pero quien menosprecie a cualquiera de ellos es un innovador que se opone a la Sunna y los Salaf as-salih, y temo que ninguna de sus acciones suba al cielo hasta el momento en que su corazón recupere la salud y entereza y los ame a todos”.
Musulmanes, Allah escogió a los sahaba, y de entre ellos, como hemos visto, los mejores son los cuatro califas que siguieron al profeta: Abu Bakr, ‘Umar, ‘Uzman y ‘Ali.
Abu Bakr fue el compañero más cercano al mensajero. Era ‘el segundo de dos’, como Allah lo describe en la aleya que habla de la hiyra que hizo con el mensajero de Meca a Medina.
De él dijo el profeta:
“Si hubiera tomado un Jalil (íntimo amigo o compañero) de entre mi ummah, habría tomado a Abu Bakr. Pero él es mi hermano y compañero”.
Fue un hombre que creyó en el profeta sin dudas en ningún momento, lo que le ganó el nombre de As-Siddiq. Y se entregó con todo en ayudar al mensajero. El profeta dijo:
“Ninguna riqueza me ha beneficiado más que la riqueza de Abu Bakr”. Abu Bakr lloró al oírlo y dijo “¿Acaso no somos tanto yo como mi riqueza tuyos, oh mensajero de Allah?”
Cuando Umar aceptó el islam, supuso un refuerzo para los musulmanes, pues vivían con cierto temor, reuniéndose para aprender y recitar el Corán y rezar a escondidas, por la represión de los Quraish. Pero Umar era uno de los nobles y con un carácter fuerte que defendía al mensajero y a los musulmanes frente a los Quraish con firmeza y ferocidad, lo que supuso que los musulmanes se atrevieran a mostrar su islam en público. Fue el segundo califa. De él, el mensajero dijo:
“Si hubiera habido después de mí un profeta, hubiera sido Umar”.
El Profeta le dio el apodo del al-Faruq porque tenía discernimiento y discernía entre la verdad y la falsedad. Tras la muerte de Abu Bakr fue califa durante unos 10 años y bajo su mandato el islam tuvo la mayor expansión. Tal era su certeza y ferocidad que el mensajero le dijo:
“Oh ibn al-Jattab, por Aquel en cuyas manos está mi alma, si el shaytan te encuentra andando por un camino, tomará otro”.
‘Uzman, fue el yerno del Profeta, se casó una hija suya, y más tarde, habiendo fallecido esta, se casó con otra. Y por eso se le conoce como dhunnurain, el de las dos luces.
El mensajero le dio las buenas del jardín en más de una ocasión. Y dijo de él que los ángeles sienten vergüenza en su presencia.
Ali fue el primo del mensajero de Allah, la segunda persona, después de Jadiya, y el primer hombre, a pesar de ser muy joven, en creer en el mensajero de Allah.
El Profeta dijo: “Protegedme en lo que respecta a mis Compañeros y mis familiares por matrimonio. Cualquiera que me proteja en ellos estará protegido por Allah en este mundo y el Siguiente. Cualquiera que no me proteja en ellos será abandonado por Allah. Y todos aquellos a los que Allah abandone están a punto de ser tomados por la fuerza (serán castigados en esta vida o en la próxima)”.
Musulmanes, el propósito de recordar el estatus de los sahaba y de esta breve mención de los cuatro julafa es recordar nuestro deber de defenderlos y de tomarlos como ejemplo y fuente de inspiración. Pues fueron la mejor generación y lo que les define es su profundo amor por el mensajero y su absoluta entrega por el din. Este era el eje de sus vidas, y todo lo demás era secundario. Por lo tanto es recomendable dedicar algo de nuestro tiempo al estudio de sus vidas para enriquecernos, fortalecer nuestro amor por ellos y así poder imitarlos.
Le pedimos a Allah que nos incremente en amor por Él y Su Profeta. Y le pedimos que nos incremente en amor por su familia y Compañeros y que nos permita seguir sus pasos y defenderles. Le pedimos que se una a los corazones de los musulmanes y le dé la victoria a Su din.