El carácter del Profeta ﷺ era El Corán

Alhamdulillah, quien envió a Su Mensajero a toda la humanidad como un portador de buenas nuevas y un advertidor, llamando a la gente a Allah con Su permiso y como una lámpara iluminadora. Lo envió como un ejemplo para aquellos que siguen el camino recto, una misericordia para los mundos, y una luz para los bien guiados.

Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, Único y sin parecido, y doy testimonio de que, Muhammad es Su siervo y Mensajero ﷺ, y Paz y bendiciones sobre sus compañeros hasta el Día del Juicio. Allahumah, haz que vivamos según su sunnah, y que muramos según su camino e inclúyenos en su compañía.

Allah Todopoderoso dijo: «Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allah y en el Último Día y recuerde mucho a Allah». Seguir el ejemplo del Mensajero de Allah ﷺ y su camino es algo que solo aquellos que tienen esperanza en Allah y en el encuentro con Él y actúan y se preparan para ese encuentro, aquellos que aman ese encuentro y los que creen firmemente en el Día del Juicio, llevan a cabo. Asimismo, los que se preparan para el día de la partida y los que recuerdan a Allah continuamente. No aquellos que Le recuerdan muy de vez en cuando, porque este tipo de recuerdo es uno de los signos externos de la hipocresía.

Allah Todopoderoso dice, describiendo a los hipócritas: «Apenas recuerdan a Allah». Recordar a Allah constantemente conduce a la obediencia, a la taqwah y a seguir el ejemplo del Mensajero de Allah ﷺ en todos sus estados, en su movimiento y en su quietud. Esto significa aplicar su sunnah en los actos de adoración y en las transacciones. Esto significa estudiar su vida, adherirse a sus características, a sus nobles cualidades y a su noble carácter que Allah ha purificado desde lo alto de los siete cielos, y dijo: «Ciertamente tienes un carácter magnánimo». Asimismo, el Profeta ﷺ expresó su agradecimiento a su Señor por estas nobles cualidades: «Mi Señor me ha educado y me ha educado de la mejor manera»

El Imam Al-Busairi dijo: «Es suficiente como milagro que tengas conocimiento entre los iletrados en la yahiliya y que seas disciplinado entre los huérfanos». A Aisha, que Allah esté complacido con ella, le preguntaron sobre el carácter del Mensajero de Allah ﷺ y ella respondió: «Su carácter era el Corán». Es decir, era un Corán andante y un Corán verbalizado. En otras palabras, seguía las todas indicaciones del Libro de Allah. Él ﷺ ponía en práctica todos los actos de bien y abandonaba toda prohibición mencionada en el Corán.

Así pues, el Profeta ﷺ fue el más paciente de todos. Fue paciente con su orfandad, habiendo crecido sin padre y, unos años después, sin madre. Fue paciente con la pobreza, la necesidad, el hambre, el cansancio, la envidia, la expulsión de Meca, su tierra natal, la tierra más amada para él, en cuyas montañas y valles pastoreaba ovejas y de la que fue expulsado. Así, todo refugiado que sea expulsado de su lugar de nacimiento debe tomar como ejemplo al Mensajero de Allah ﷺ y ser paciente y buscar la recompensa tal como lo hizo el Profeta ﷺ.

El Profeta ﷺ fue el más comprensivo de todos,  y no se enfadaba con la gente, reprimía su ira y perdonaba a todos, incluso a quienes le hacían daño, obedeciendo las palabras de su Señor: «Así pues practica el buen perdón. Verdaderamente tu Señor es el Creador, el Conocedor».

¡Musulmanes!, nuestro Amado llamaba a establecer buenas relaciones entre musulmanes y no musulmanes. Dijo: «Que Allah tenga misericordia de un hombre indulgente cuando vende, cuando compra y cuando cobra una deuda». Es un du’a del Profeta ﷺ para aquellos que tratan a la gente con bondad, para cada comerciante que contiene la subida de los precios, no adultera la balanza, ni engaña a la gente cuando le compran y tiene paciencia con el pago de las deudas. Dice Allah, Alabado sea: «Y si está en dificultad, concededle un plazo de espera hasta un momento de desahogo».

Seguir el ejemplo del Mensajero ﷺ debe abarcar todos los aspectos de la vida. Se sigue su ejemplo en la mezquita, en el mercado, en la calle y en el hogar. A Aisha le preguntaron sobre el carácter del Mensajero de Allah ﷺ dentro de su hogar, y dijo: «Se dedicaba a servir su familia». Cocinaba, cuidaba a sus hijos y ayudaba a sus esposas con las tareas del hogar. No mostraba arrogancia ni tiranía a pesar de su posición y la grandeza de su cargo. Bajaba sus alas ante los creyentes y se sentaba como uno más entre ellos. Llegaba alguien de fuera, y no sabía quién era él hasta haber preguntado. Por medio de la humildad, difundió la sharía de Su Señor y, por esa cualidad, la gente entró al Islam en grandes grupos. Dijo Allah, Alabado sea: «Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor. Así pues, perdónalos, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones, y cuando hayas decidido confíate a Allah. Es verdad que Allah ama a los que ponen su confianza en Él».

Siervos suyos, hemos de preguntarnos: ¿En verdad seguimos el ejemplo del comportamiento y del carácter del Profeta ﷺ?¿Tomamos como ejemplo su paciencia cuando nos toca ser pacientes, ser humildes, y en los actos de adoración? Se dijo: «Y quien diga amar al Profeta, pero no se adhiera a su sunnah, es un mentiroso».

Allahumah, embellece nuestro carácter y concédenos las cualidades del Profeta ﷺ, protégenos de la arrogancia, la envidia y el mal carácter, adórnanos con sus modales y haz que odiemos todo mal y que disfrutemos de nuestra capacidad de ver y de oír mientras nos mantengas vivos. Allahumah, bendice a emir Hisham, y guíalo para que lleve esta comunidad a la excelencia. Amin.