Alhamdulillah, Quien ha hecho de los días estaciones de recompensa y prosperidad, e hizo que el día del viernes fuera un día de secretos y de luz, convirtiéndolo en una celebración para los creyentes y en día de encuentro para recordar al Misericordioso. Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, Único, sin asociados, y que Muhammad es Su siervo y Mensajero, sallallahu alaihi wa salam, y Paz y bendiciones sobre su familia y todos sus compañeros.
¡Musulmanes! Tened taqwah de Allah, y adorad a vuestro Señor continuamente. Sabed que el día del Yumu’ah es una celebración para los creyentes, y que Allah, Todopoderoso, lo ha destacado entre los demás días y tiempos. Es una práctica fundamental del Islam, y ha sido distinguido con una serie de cortesías (adabs) y sunnas determinadas.
Allah, Alabado sea, llamó Él mismo a la oración del viernes cuando dijo en la Sura del Viernes (Al-Yumu’ah): «¡Vosotros que creéis! Cuando se llame a la oración del Viernes, acudid con prontitud al recuerdo de Allah y dejad toda compraventa; eso es mejor para vosotros si sabéis».
Luego vino una severa advertencia a quienes, deliberadamente y sin excusa válida llegaran a descuidar tres oraciones consecutivas del viernes. El Profeta, sallallahu alaihi wa salam, dijo: «A quien deje de rezar el viernes tres veces seguidas sin una excusa válida, Allah le sellará el corazón». Esto se debe a que se ha apartado de la llamada de Allah, el Exaltado, de Su recuerdo y del Salat del Viernes. Allah, alabado sea, nos ha ordenado abandonar todo aquello que nos distraiga de asistir a la oración, como comprar, vender y trabajar. Una vez que el imam sube al mimbar, cualquier venta y, de hecho, cualquier clase de contrato, no sería válido.
¡Siervos suyos! Entre los adabs y prácticas recomendadas para la oración del viernes se encuentra el ghusl, como dijo el Profeta, sallallahu alaihi wa salam:
Quien realice el ghusl el viernes, se vista con sus mejores ropas, se perfume si tiene con que hacerlo, vaya a la oración del viernes sin pasar por encima de los demás, rece lo que Allah le ha prescrito y escuche atentamente al imán hasta terminar su oración, expiará así lo ocurrido entre ese viernes y el anterior.
Otro hadiz indica que será perdonado por lo ocurrido entre ambos viernes. Este hadiz engloba varios aspectos del fiqh. En primer lugar, la limpieza: limpiar el cuerpo y la ropa, y que la persona que va a participar en el Salat acuda con la mejor apariencia, desprendiendo una fragancia agradable en el camino y dentro de la mezquita, y sea un buen compañero para el que reza a su lado.
Asimismo, no pasar por encima de los demás también es importante, esto es, pasar por encima de los demás dentro de la mezquita, ya que causa molestias y distracción. De igual manera, no se debe abandonar la primera fila para retroceder a la última con el fin de apoyarse contra la pared; esto es inapropiado, a menos que sea por una razón de causa mayor. El creyente debe tratar de acceder a la primera fila. Dejar las primeras filas vacías y optar por apoyarse contra la pared incomoda a los demás, es una falta grave y contribuye al desorden dentro de la mezquita.
El hadiz también alude a escuchar atentamente el jutba. Cuando el imam se sienta en el mimbar, nada debe interrumpir el jutba, tanto el hablar, como la oración. La escuela malikí desaconseja las oraciones voluntarias durante el jutba porque distraen a la gente. Se ha transmitido que el Profeta, sallallahu alaihi wa salam, le dijo a alguien que realizaba oraciones voluntarias en ese momento: «Siéntate, pues estás causando una perturbación». En cuanto a escuchar atentamente, algunas personas invalidan su oración sin darse cuenta al hablar, saludarse durante el jutba, usar sus teléfonos o hacer señas a alguien que está lejos, aunque hayan oído muchas veces diversos relatos y hadices sobre ello: «Si le dices a tu compañero que escuche, has hablado en vano, y quien habla en vano invalida su yumu’ah». Allah, Todopoderoso, dice: «No invalidéis vuestras obras». Entre las sunnas del viernes está el llegar temprano, es decir, al comienzo de la hora. El Profeta, sallallahu alaihi wa salam, dijo:
Quien toma un baño el día del yumu’ah, como el que se requiere para el estado de impureza (ŷanaba), y luego sale (hacia la mezquita a primera hora), es como si hubiera ofrecido en sacrificio un camello. Quien sale en la segunda hora es como si hubiera ofrecido una vaca. Quien sale en la tercera hora es como si hubiera ofrecido un carnero con cuernos. Quien sale en la cuarta hora es como si hubiera ofrecido un pollo. Y quien sale en la quinta hora es como si hubiera ofrecido un huevo. Y cuando sale el Imam, los ángeles acuden a escuchar el Recuerdo. Y en otro hadiz: «cuando sale el imam se cierran los registros».
El musulmán no debe ser negligente, impuntual ni descuidado con el yumu’ah. Más bien, debería honrar este día, dedicándolo a permanecer en la mezquita, a recitar el Corán, hacer dhikr y glorificar a Allah.
Asimismo, entre los adabs del viernes está el hacer salawat sobre el Profeta, sallallahu alaihi wa salam, quien dijo: «El mejor de vuestros días es el viernes, así que enviad bendiciones abundantes sobre mí este día, porque vuestras bendiciones me son presentadas». Le preguntaron: «¿Cómo pueden nuestras bendiciones ser presentadas a ti si tu cuerpo se ha desintegrado?». Él respondió: «Allah ha prohibido a la tierra consumir los cuerpos de los profetas».
¡Siervos suyos! Entre las prácticas recomendadas del viernes está la recitación de la Sura de La Caverna (Al-Kahf). El Profeta, sallallahu alaihi wa salam, dijo: «Quien recite Surat Al-Kahf el viernes tendrá una luz que brillará para él entre los dos viernes». También se recomienda buscar la hora de aceptación de los du’as, como dijo el Profeta, sallallahu alaihi wa salam: «Hay una hora el viernes en la que ningún siervo ora ni pide nada a Allah sin que Él deje de concedérsela». Allah ocultó esta hora por una razón que solo Él conoce, y para que el siervo dedique todo el día a la oración, los du’as, el recuerdo y la glorificación de Allah.
Allahumah, concédenos la baraka de este día y haz que estemos entre los que triunfan, y no entre los vencidos. Concédenos todos sus secretos y bendiciones, y también que puedan llegar nuestras bendiciones sobre el Profeta, sallallahu alaihi wa salam. Y bendice especialmente a esta comunidad y a nuestro emir, y que bajo su liderazgo el yumu’ah establecido en esta mezquita sea un soporte luminoso al que todos podamos aferrarnos. Amin
Recordamos a nuestros hermanos y hermanas que el cementerio musulmán de Granada necesita vuestras contribuciones, generosidad y bondad. Como saben, requiere muchos gastos, como agua, electricidad, mantenimiento, cavar y otros. Quien done poco o mucho tendrá una sadaqah continua para sí mismo en un día en el que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Encontrarán a alguien en la entrada para recoger las donaciones. Que Allah se las acepte a todos.


