Esforzarse diligentemente en los últimos diez días de ramadan

Alhamdulillah, Quien capacita a quien Él quiere para hacer el bien, todas las buenas e infinitas Alabanzas son para Allah.

Y doy testimonio de que no hay más dios que Allah, Único, sin parecido, y que Muhammad ﷺ es Su siervo y Mensajero y paz y bendiciones sobre su familia y aquellos que siguen su camino hasta el Día del Juicio.

Siervos de Allah, tened taqwah, y observadlo en secreto y en público, y sabed que estáis a punto de entrar en los últimos diez días de Ramadán, el mes del arrepentimiento y del perdón, y el mes de las victorias y la cercanía. Los días de Ramadán son todos días de bondad y bendiciones, y días de buenas obras y generosidad, pero los últimos diez días son la corona del Ramadán. Y se distinguen por diversas virtudes. Son días que contienen muchos dones y secretos. En estos días, nuestro profeta ﷺ se dedicaba a la adoración y se esforzaba fuertemente como no lo hacía en otro periodo.

Nos ha sido transmitido por Aisha, la Madre de los Creyentes, que Allah esté complacido con ella, que dijo: «Cuando comenzaban los últimos diez días de Ramadán, el Mensajero de Allah ﷺ permanecía rezando durante toda la noche, despertaba a su familia y se esforzaba con mayor vigor». Este hadiz indica que el Profeta ﷺ hacía más esfuerzo en esas noches benditas y buscaba más cercanía mediante el dhikr, la recitación del Corán y la oración.

Creyente, has de saber que rezar por la noche (qiyam y tahayyud) es acudir a un encuentro con Allah, Al Aziz, Al Ghaffar. Quien descuida este encuentro es perdedor, porque Allah Todopoderoso desciende al cielo más bajo en el último tercio de la noche. Dijo el Profeta ﷺ: «Nuestro Señor, Alabado y Ensalzado sea, desciende cada noche hasta el cielo más bajo en el último tercio de la noche y dice: “¿Quién me implora?, pues responderé a sus ruegos. ¿Quién me pide?, pues le daré lo que haya pedido. ¿Quién suplica mi perdón?, pues lo perdonaré”». En otra narración añade: «Así permanece hasta que llega el amanecer».

Quien se queda dormido hasta después del amanecer es otro perdedor, ha perdido el encuentro con su Señor, ha perdido hacer du’as que serían aceptados, y se ha perdido el bien.

El qiyam es una de las características de la gente del Yannah, que ha vencido su nafs, abandonando el placer de dormir parte de la noche. Allah Todopoderoso dice:

Los que hayan sido temerosos estarán en jardines y manantiales, recibiendo lo que su Señor les dé. Antes habían hecho el bien. Era poco lo que dormían de noche, y en el tiempo anterior al alba pedían perdón. Y de sus bienes, había una parte que era derecho del mendigo y del indigente. En la tierra hay signos para los que tienen certeza.

Estas son las características de los muttaquin, aquellos de los que Allah estará satisfecho, y ellos lo estarán de Él. La diferencia entre qiyam y el tahayyud, es que el tahayyud se hace después de haber dormido la primera parte de la noche. Dice Allah, Todopoderoso: «Y vela parte de la noche como un acto voluntario para ti. Puede que tu Señor te eleve a una estación digna de alabanza».

Ayunante, has de saber que la dulzura de encontrarse con Allah en la noche es más deliciosa que la pereza y la dulzura del sueño, porque el sueño no es sino humillación y pereza. El Imam Ibn al-Qayyim lo consideraba uno de los corruptores del corazón y dijo: «El mezclarse excesivamente con la gente, las falsas esperanzas, el apego a algo distinto que Allah, comer en exceso y el sueño. Estas cinco son las principales causas de la corrupción del corazón». Dormir demasiado mata el corazón, produce pesadez en el cuerpo, hace perder el tiempo y provoca descuido y pereza. El sueño más beneficioso es el que se duerme en el tiempo adecuado, dormir al principio de la noche es mejor y más beneficioso que dormir al final. Algunos hombres de conocimiento dijeron: «¡El secreto está en la madrugada! si te quedas dormido… lo que anhelas, el sueño te lo habrá hecho perder».

Se mencionó en un relato El-Azar, que hay tres cosas que causan dureza de corazón: amar el sueño, amar la comodidad, y amar la comida.

En un hadiz recopilado por Al Bujari y Muslim se ha transmitido que se le comentó al Profeta ﷺ que un hombre durmió toda la noche hasta que amaneció, y él dijo: «El Shaytán orinó en los oídos de ese hombre ‑o en otra versión dijo: en su oreja».

Allah Todopoderoso ha elogiado a aquellos de Sus siervos que prefieren el placer de rezar por la noche al placer del sueño, y en la Sura de la Postración ha dicho:

«Levantan su costado de los lechos para invocar a su Señor con temor y anhelo y dan de la provisión que les damos. Nadie sabe la frescura de ojos que les espera como recompensa por lo que hicieron».

Siervos de Allah, os han llegado los días de la liberación del Fuego, así que esforzaos con firmeza, sacudid la pereza y el sueño, venced a vuestros nafs, despertad a vuestras familias a la oración y llamadles a la rectitud y al éxito. Allah Todopoderoso dice: «Y ordena a tu familia que rece y ten paciencia en ello». Y se menciona en un hadiz: «Cuando comenzaban las últimas diez noches de Ramadán, el Mensajero de Allah ﷺ despertaba a quienes de su familia tenían la capacidad de rezar por la noche, a hacer el qiyam».

Vosotros que creéis, protegeos a vosotros mismos y a vuestras familias del fuego cuyo combustible son las personas y las piedras, fuego sobre el que hay ángeles duros y severos que no desobedecen a Allah, y hacen lo que se les ordena.

Allahumah, acepta nuestras oraciones, ayunos y rezos, y reúnenos en el grupo del mejor de las personas, concédenos éxito en aprovechar los últimos diez días de Ramadán, no nos prives de sus oraciones y de su bondad, perdona nuestras faltas y cubre nuestros errores, no nos dejes solos ni un instante, y danos provisión, pues Tú eres el mejor de los proveedores. Allahumah, haznos estar entre los triunfadores en el mes de Ramadán, no nos hagas entre los que perecen en él, haznos firmes en Ramadán y después de Ramadán. Y concede la victoria, oh, Señor, a los oprimidos, derrotados, aquellos que están siendo continuamente masacrados. Allahumah frena el derrame de su sangre, ten piedad de sus muertos, cura a sus enfermos, alimenta a sus hijos que cada día mueren de hambre, vence a los agresores opresores dondequiera que estén, y no nos dejes, por nuestras faltas, en manos de quienes no te temen ni tienen piedad de nosotros. Amin.