Alhamdulillah, Quien Conoce lo secreto y lo confidencial. Suyo es cuanto hay en los cielos y en la tierra, lo que hay entre ambos y lo que hay bajo el suelo y Suyos son los más bellos nombres y los atributos. Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, Único, sin parecido, y doy testimonio de que Muhammad ﷺ es Su siervo y mensajero, el maestro de los mundos, el imam de los justos y el sello de los profetas.
Musulmanes, el imam Al-Bujari narró en su Sahih, que transmitió Abu Huraira, que Allah esté complacido con él, que un hombre le dijo al Profeta ﷺ: «Dame un consejo». Él dijo: «No te enfades». Lo repitió varias veces, diciendo: «No te enfades». El Imam Ibn al-Qayyim dijo que el Profeta ﷺ reunió en sus palabras «No te enfades» que perderás el bien que hay en esta vida y en la otra, porque la ira conlleva en sí todo el mal. Es decir, es la fuente de todo tipo de maldad, ya sea aparente u oculta. Es la prueba de la debilidad del hombre y su falta de sabiduría, perspicacia e imán. Ibn al-Qayyim dijo: «Quien se adhiera a la Sunna del Mensajero de Allah, “No te enfades”, obtendrá el bien de esta vida y de la otra». ¡Reflexionemos! ¿Cuánto daño social causa la ira? Destruye las relaciones y las familias, separa al hombre de su esposa y separa a las comunidades y a los seres queridos.
Creyente, la ira es una de las herramientas del Shaitán, con ella lucha contra el hombre y le susurra para hacerle caer en lo que atrae la Ira del Misericordioso y agrada al Shaitán. La ira humilla al hombre y rebaja su honor y dignidad. Lo podremos ver después de un tiempo pidiendo disculpas, arrepintiéndose y culpándose de lo que dijo o hizo. En muchas ocasiones, las consecuencias de esta enfermedad son profanar lo sagrado y agredir a otros, maldecir y usar palabras inadecuadas. ¿En qué posición estamos con respecto al carácter de nuestro Profeta ﷺ que nos prohibió todo aquello que pueda provocar la ira?
Sabed que uno de sus ajlaq era no enfadarse a menos que se transgredieran los límites de Allah (al hurumat), cualquier cosa fuera de esto no lo enojaba. Dijo el Imam Al-Busairi: «La desgracia no deshace los lazos de su paciencia, y la gracia no lo altera». Es decir, no hay prueba, por grande que fuera que afectara su paciencia. El Profeta ﷺ pasó todo tipo de aflicciones, incluidas las que padeció por sus hijos, sus compañeros, etc. Fue expuesto a todo tipo de pruebas, fue expulsado de su ciudad natal, su pueblo no creyó en él, las personas más cercanas a él lo rechazaron… Y todo esto no afectó su paciencia, su certeza, firmeza y determinación. Estaba seguro de que el auxilio de Allah siempre llegaba. Y Allah, Todopoderoso, le prometió gloria y victoria, porque Allah, Alabado sea, cumple Su promesa.
Otra de las cualidades del Profeta ﷺ era que la gracia o la felicidad no lo alteraban por muy grandes que fueran. Él seguía siendo el mismo en los buenos y en los malos momentos. Este es el ejemplo del carácter Perfecto.
Musulmanes, entre las cosas que Allah nos ha prohibido en su libro están la ira y la ansiedad. La naturaleza de la ira es que cuando la sangre del corazón hierve, se espera impaciente la hora de poder vengarse. Sin embargo, Allah Alabado sea, ha prometido a aquellos que no se enojan con la gente un Paraíso cuyo ancho es del cielo y la tierra. Dijo: «Acudid prestos hacia un perdón de vuestro Señor y a un Jardín preparado para los temerosos, cuyo ancho son los cielos y la tierra. Esos que dan en los momentos de desahogo y en los de estrechez, refrenan la ira y perdonan a los hombres». Ibn Kazir dijo: «Aquellos que ocultan su ira y no la muestran, y no responden a quienes provocan su ira».
Y en otra aleya: «Los que se apartan de las faltas graves y las indecencias y, cuando se enfadan, perdonan».
Y en el hadiz qudsi, Allah, Exaltado sea, dijo: «hijo de Adam, acuérdate de mí cuando te enojes, y yo te recordaré cuando Me enoje, para que no caiga sobre ti mi destrucción cuando destruya». Y el Mensajero de Allah ﷺ dijo: «Al que refrena su ira, Allah se abstendrá de su tormento, al que refrena su lengua, Allah le cubrirá sus partes íntimas, y al que se disculpa ante Allah, Allah aceptará su excusa».
La ira, siervos suyos, no trae ningún beneficio y causa muchas enfermedades cuyas consecuencias son indeseables, como la depresión, los daños físicos y mentales, la presión arterial alta y otras enfermedades. Siervos de Allah, la ira es una enfermedad propia de nuestros tiempos. Se ha propagado entre hombres y mujeres, e incluso entre jóvenes y niños. Este fenómeno se produce por la falta de paciencia, el alejarse de la Sunna, del imán y del carácter del Mensajero de Allah ﷺ.
Musulmán, ser paciente es lo que te protege de las terribles consecuencias de la ira. La paciencia es una cualidad que sólo poseen los hombres fuertes y competentes. Se ha dicho: «La paciencia es una espada que solo los valientes pueden empuñar». Recomendarse unos a otros a la verdad (al haq) y a la paciencia (as-sabr) están entre las características de los justos. Allah Todopoderoso dijo: «Y aconsejaos unos a otros la verdad y la paciencia».
Sabed que una de las cosas que refrena la ira es el mantenerse en Silencio. El Profeta ﷺ dijo: «Si alguno de ustedes se enfada, que se mantenga en silencio».
También se ha dicho: «Si un necio habla, no le respondas». La mejor forma de contestar a esto es el silencio. Asimismo, el agua del wudu apaga la ira. Dijo el Profeta ﷺ: «La ira viene del shaitán, y shaitán fue creado del fuego, sin embargo, el fuego se apaga con agua; así que, si alguno de vosotros se enfada, que haga wudu».
Servi di Allah, avete taqwa de Allah y cumplid con el consejo del Profeta ﷺ: «No te enojes, no te enojes, no te enojes». Y reprimid vuestra ira para que tengáis éxito. Sed pacientes y tolerantes, absteneos de la mala palabra y hablad bien a la gente.
Allahumah, haznos estar entre los que son pacientes, y devuélvenos a la Sunna de Tu Profeta, ﷺ y a Tu camino recto, protégenos del Shaitán y de la ira, ten piedad de nuestros hermanos oprimidos con Tu misericordia que abarca todas las cosas, sé para ellos Guardián, Ayudante, auxilio y apoyo, y derrota a los agresores y opresores dondequiera que estén. Amin.