Alhamdulillah, quien unió los corazones de sus siervos creyentes.
«Aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la Tierra, no habrías conseguido unir sus corazones; sin embargo, Allah los unió. Verdaderamente, Él es Irresistible, Sabio».
Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, único, sin asociados, y doy testimonio de que Muhammad es Su siervo y Mensajero, el mejor de los que rezaron, dieron el zakat, realizaron el hajj y ayunaron. ﷺ
Siervos de Allah, tened taqwa y volveos a vuestro Señor, y tendréis éxito.
Estamos todavía inmersos en este curso de enseñanza que es Ramadán, en el que se pule el nafs y se aprende humildad, a tener buen carácter y a ayudarse mutuamente. En este mes, nuestros mayores son compasivos con nuestros jóvenes, y nuestros jóvenes son respetuosos con nuestros mayores.
Allah Todopoderoso dijo: «Buscad ayuda en la virtud y en el temor (de Allah), no en la desobediencia ni en la transgresión». A través de la ayuda mutua, nuestra sociedad se transforma en algo fuerte y cohesionado. El respeto mutuo prevalece entre las personas en términos de servicio, buenas obras y palabras.
Entre los ajlaq (caracteres) y las conductas que Ramadán debe asentar en todos los jóvenes, hombres y mujeres, está la de servir a los demás.
En el hadiz: «Allah ayuda al siervo siempre que el siervo ayude a su hermano».
Ya sea ayuda material, como ofrecer un servicio, o ayuda inmaterial, como compartir conocimiento, dar consejo, responder a una consulta, o conminar a fijar la atención en algo que aporte beneficio, todo es importante. Cuanta más entrega implique, mayor es su valor.
Ofrecer comida y bebida, especialmente en la ruptura del ayuno, hacerse cargo de poner las mesas, lavar los platos, cocinar la comida y servirla a la gente, o ser de aquellos que dan una sadaqa específica para pagar la comida, todo esto aumenta el amor entre las personas, fortalece el árbol de la comunidad y lo riega para que su fruto sea una nueva generación unida por el amor y fortalecida por la cooperación entre ellos.
Con estos principios, la comunidad se transforma, como dijo el Profeta ﷺ:
«El ejemplo de los creyentes en su amor mutuo, misericordia y colaboración es como el cuerpo humano: si se duele un órgano, se resiente el resto del cuerpo con fiebre e insomnio».
Servir a la gente es la sunna del Mensajero de Allah ﷺ. Se menciona en un hadiz que, estando en un viaje con sus compañeros, ordenó sacrificar una oveja. Un hombre dijo: «La sacrifico yo». Otro dijo: «La despellejo». Otro dijo: «La cocino yo». El Profeta ﷺ dijo: «Recogeré leña». Dijeron: «¡Oh Mensajero de Allah! Lo haremos nosotros». Él dijo: «Sé que lo haríais, pero detestaría hacer algo distinto de vosotros, porque Allah detesta de Su siervo que trate de diferenciarse de sus compañeros».
El Profeta ﷺ quería que el creyente fuera un miembro activo de su comunidad y que aportara beneficio a los demás.
Él ﷺ dijo: «A quien cubra la necesidad de su hermano, Allah le cubrirá su necesidad».
Se dijo: «La gente es para la gente, tanto los beduinos como los habitantes de las ciudades: unos sirven a otros, aunque no se den cuenta».
Allah Todopoderoso dijo: «Y hemos elevado en grados a unos sobre otros, para que unos tomaran a su servicio a otros. Pero la misericordia de tu Señor es mejor que lo que reúnen».
Musulmanes, la rectitud de la sociedad se logra mediante la cooperación entre sus individuos, de manera que los mayores muestren misericordia hacia los jóvenes, y los jóvenes respeten a los mayores. Con estos principios de buen carácter, los salaf justos producen sucesores justos.
Y sabed que os estáis acercando al bendito día de Eid al-Fitr, así que pagad Zakat al-Fitr antes de la oración del Eid. Quien lo paga antes de la oración, es un zakat aceptado, y quien lo paga después del salat se considera una sadaqa.
Ibn Umar —Allah esté complacido con él— dijo:
«El Mensajero de Allah —la paz sea con él— impuso el pago del Zakat al-Fitr, un sa’ (medida de entre dos kilos y medio y tres kilos) de dátiles o un sa’ de cebada, por el libre y el esclavo, por el varón y la mujer, por el menor y el mayor de los musulmanes».
Este es un hadiz constatado.
Y quien pague su equivalente en efectivo tiene derecho a hacerlo, pues Allah —alabado sea— dice:
«No he puesto ninguna dificultad en la práctica de adoración».
Allahumma, acepta nuestras oraciones, ayunos, sadaqa y todos nuestros actos de adoración.
Que Allah recompense a todos los que contribuyeron, poco o mucho, incluso con una palabra amable, a organizar cada iftar en esta Mezquita Mayor de Granada.
Que Allah acepte a los hombres y mujeres caritativos, bendiga a nuestra comunidad, a la administración de la mezquita y a todos los que ofrecieron su ayuda a lo largo del mes de Ramadán, y que Allah cumpla las esperanzas de todos y todas.
Amín.