Musulmanes, el temor de Allah representa una protección, un don, una luz procedente de Allah, que ha otorgado exclusivamente a Sus amigos. Allah dice en Su Noble Libro:
«No es cierto que los amigos de Allah no tendrán que temer, ni se entristecerán? Esos que creyeron y tuvieron temor de Él». (Sura Yunus 10:62-63)
De los signos más evidentes que demuestran el temor de un siervo hacía Allah, que demuestran que forma parte de los temerosos, de los amigos de Allah, es que Allah le dé éxito y lo encaminé hacía la protección y observación de su lengua. Es un asunto muy difícil para la persona, requiere un gran esfuerzo. Uno de los remedios para conseguirlo, es que el ser humano sea consciente de que la lengua es el arma más eficaz que el Shaytan utiliza para extraviarlo. Por lo tanto, observar la lengua y tenerla bajo control, es una protección, un escudo contra los ataques de este claro enemigo. El ser humano debe de saber que la muerte está a la vuelta de la esquina y que es responsable de cada palabra que pronuncia.
En principio, la tarea resulta complicada, pero a través de la ayuda de Allah y el Du’a, la súplica, se consigue: ¡Te pedimos o Allah que nos provees con una lengua que te recuerdo mucho y con un corazón que se humille! (Amin.)
La rectitud de la lengua hace que los demás miembros lo sean, dado que la lengua representa el órgano fundamental en el que se sostiene el cuerpo humano. Según un relato de Abu Said Al-Khudri, que Allah esté complacido con él, dijo:
El mensajero de Allah, la Paz y bendiciones sean con el dijo: «Cuando amanece el hijo de Adam, sus miembros le dicen humildemente a la lengua: ‘Témele a Allah por nosotros ya que dependemos de ti, si te mantienes firme, nosotros también seremos firme, en cambio, si te desvías, nos desviaremos contigo» Anas Ibn Malik, que Allah esté complacido con él, narró: “El Mensajero de Allah dijo: ‘La fe de un siervo no será firme mientras su corazón no sea recto, y su corazón no será recto mientras no lo sea su lengua’».
La lengua es el representante del corazón, su intérprete, todo lo que el corazón oculta, lo manifiesta la lengua. La rectitud, la firmeza de la lengua abre para el hombre las puertas de la virtud, del bien, y cierra las puertas de la inmoralidad.
Yahya Ibn Kathir, que Allah esté complacido con él, dijo: «Existen dos cualidades que únicamente generan buenas cosas para un hombre: El dominio de su lengua y observar sus oraciones.»
Allah dice en Su Noble Libro: «Oh vosotros que creéis, temed a Allah y hablad acertadamente». (Sura Al-Ahzab – Los Coligados 33:70)
Debemos corregir nuestro lenguaje, sólo decir la palabra de la verdad y evitar pronunciar falsedades, indecencia, palabras ilícitas y obscenidades. La lengua es un trozo pequeño de carne sin huesos, un pequeño órgano que no requiere una gran energía, un gran esfuerzo como los demás órganos, se mueve fácilmente y rápidamente en todos los sentidos. La lengua es el órgano más peligroso que Allah ha creado dentro del cuerpo humano, representa un peligro cuando se utiliza en lo incorrecto, en lo que no complace a Allah.
Cuántas palabras han sido la causa de guerras, han separado a familias, a matrimonios, han divulgado la enemistad. La palabra tiene una gran influencia, tiene una fuerza que no debe ser menospreciada. La palabra no es mero ondas sonoras ó letras escritas, es más importante. La palabra representa una energía enorme, en base a la cuál se forma la personalidad humana. Es incluso un remedio.
La ciencia moderna no podrá nunca crear un tranquilizante para las enfermedades nerviosas que sea más eficaz que la palabra que la palabra dulce en el momento oportuno. La prueba, la tenemos en el Noble Corán, las palabras de Allah que son un remedio para la gente y con las cuales El nos ha favorecido. Allah exaltado y altísimo sea dice:
«Y con El Corán hacemos descender una cura y una misericordia para los creyentes, sin embargo los injustos, no hacen sino aumentar en perdición.» (Sura Al-Isra’ – El Viaje Nocturno 17:82)
La palabra tiene efecto sobre las personas، sobre todo, los niños. Cuántas palabras nos han dicho de pequeño, palabras que se han grabado en nuestros corazones y han crecido con nosotros y han influido positivamente o negativamente en nuestra personalidad. La palabra permanece, se establece en el lugar más oculto de nuestro cerebro y se convierte en comportamientos.
Las buenas palabras que recibe una persona, generan felicidad, vivacidad, proporcionan una salud psicológica que afecta positivamente a la salud física, al estado de ánimo, hace que el pecho se expanda y aporta autoestima.
En contrario, las malas palabras, las palabras lesivas producen, según estudios psicológicos daños en el cerebro, destruyendo muchas de sus células o alterando su funcionamiento. Por ello, muchas personas que hayan sido víctimas de algún acoso psicológico a través de palabras dañinas se convierten en personas con un sentimiento de fracaso e incluso aisladas socialmente.
Allah dice en Su Noble Corán:
«¿Acaso no ves como Allah compara la buena palabra con un árbol bueno cuya raíz es firme y cuyas ramas están en el cielo? Da su fruto en cada época con permiso de su señor. Allah pone ejemplos a los hombres para que así recuerden. Pero una mala palabra se parece a un árbol malo que está desenraizado sobre la tierra sin estabilidad.»
(Sura Ibrahim 14:24)
Musulmanes, la buena palabra es Sadaqa, es una limosna. La buena palabra penetra en los corazones, fortalece los vínculos, cierra las puertas al Shaytan. Ha sido mencionada varias veces en el Corán por su efecto y por su importancia. Allah, el Exaltado y Altísimo, dice: «Hasta Él sube la buena palabra y la acción recta la eleva». (Sura Al-Fatir – El Originador 35:10)
Es un aliento espiritual que une a los corazones con el amor y la armonía. Con la buena palabra, Allah envió a sus Mensajeros y Profetas para llamar a la gente a la adoración de Allah, el Uno, Dominante.
Allah ordenó a Músa ir a hablar con el opresor, tirano faraón para llamarle a la verdad, aquel injusto que asesino a mujeres, degolló a niños y esclavizo a pueblos. Allah exaltado sea dijo a Músa y su hermano Harún:
«Id los dos a faraón pues, el ha sobrepasado los límites y habladle de manera suave, tal vez recapacite y se guarde». (Sura Ta, Ha 20:43-44)
A pesar de los crímenes, las barbaridades que faraón había cometido, Allah ordenó a Músa y Harún usar palabras suaves para con el. Allah dijo también a Muhammad:
«Llama al camino de tu señor por medio de la sabiduría, la buena exhortación y convenciéndolos de la mejor manera». (Sura An-Nahl – La Abeja 16:125)
En esta aleya, Allah ordena a su Mensajero llamar a la gente al Din de la verdad, tomando como medios, el Corán, las palabras dulces, las expresiones correctas sin agresividad, sin dureza ni repulsa.
Este mensaje es dirigido también a todo musulmán y musulmana, porque el hombre ha sido creado para a dorar a Allah y llamar a la gente a la verdad.
La buena palabra produce alegría tanto para aquel que la oye, como para aquel que la emite. Emana del corazón, la vocaliza la lengua y vuelve de nuevo al corazón. Allah nos exhorta a elegir los términos más bellos, las conversaciones más dulces en nuestras conversaciones con los demás. Allah dice en la Sura del Viaje Nocturno:
«Y di a mis siervos, que hablen con las mejores palabras, porque es cierto que el Shaytan siembra discordia entre ellos, realmente el Shaytan es un enemigo claro del hombre». (Sura Al-Isra’ – El Viaje Nocturno 17:53)
Si Allah ordena que el comportamiento entre nosotros, entre la gente en general, este basado en la buena palabra, es obvio y primordial que el matrimonio lo sea también.
La gratitud y el elogio aporta a la relación matrimonial un aire nuevo, le da vida y hace que la llama del amor y misericordia no se apague. El matrimonio es similar a una planta, que hay que regar de vez en cuando para evitar que muera. Cuando el esposo agradece a su esposa por algún esfuerzo o la esposa elogia a su esposo por algún trabajo que haya Hecho, las raíces del amor entre ellos se ahondan más en sus corazón y su relación se ve reforzada.
El profeta Muhammad SAWA era el mejor ejemplo, elogiaba a sus mujeres, procuraba expresar su amor hacia ellas y hacerlas sentir importantes. Un día, Amr Ibn Al-Aas le preguntó al Profeta:»A quien amas más?» El Profeta contestó: «A Aicha».
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Siervos de Allah, si nos fijamos en la situación de la mayoría de la gente, en que emplean su tiempo, en que invierten su tiempo libre, nos quedaremos asombrados por la cantidad de conversaciones vacías, sin sentido, repletas de palabras vanas basadas en falsedades, chismorreos, dimes y diretes, insultos, amenazas, burlas, mentiras, calumnias, acusaciones infundadas, revelaciones de secretos, bromas excesivas etc. Todo esto endurece los corazones. Y los corazones duros están más lejos de Allah.
Acaso no han escuchado las palabras de Allah que dicen:
«No hay nada que diga sin que tenga a su lado, presente un vigilante». (Sura Qaf 50:18)
Allah ha puesto para cada uno de nosotros un guardián, un ángel que nos vigila día y noche, las 24 horas del día sin interrupción. Y que escribe todos nuestros actos sin dejar ni un detalle.
Allah dice: «Todo pequeño o grande está registrado». (Sura Al-Qammar – La Luna 54:53)
Y dice también: «El día que sus lenguas, manos y pies den testimonio contra ellos de lo que hicieron». (Sura An-Nur – De la Luz 24:24)
Por esta razón, el musulmán debe analizar sus palabras antes de emitirlas, debe reflexionar sobre las Posible consecuencias que pueden acarrear. En el caso de ver un bien en ellas, las dice. En caso contrario, el silencio es preferible.
La reflexión se de producir antes a la pronunciación, la lengua o se debe anticiparse a los pensamientos. Los árabes dicen: «La lengua de la persona dotada de intelecto, de la persona inteligente, está siempre detrás de su corazón, cuando decide hablar, reflexiona antes, cuando ve que sus palabras lo van a beneficiar, habla, sino se mantiene en silencio. Mientras que el corazón del ignorante está detrás de su lengua, cuando decide hablar, habla sin previa reflexión «
La palabra cuando sale de la boca, no vuelve. Es una palabra que puede ser a tu favor o en tu contra. Allah no juzga a sus siervos por sus pensamientos mientras no los manifiesta. Según un relato de Abu Huraira que Allah este complacido con él dijo: «El Mensajero de Allah, la Paz y bendiciones sean con él dijo: ‘Allah no toma en consideración lo que los Nafs susurran a la gente de mi Umma, de mi comunidad, mientras no se convierta en actos o palabras’».
Abu Bakr As-Siddiq, que Allah esté complacido con él, agarraba su lengua, tiraba de ella y decía: «Ésta es la culpable de mi perdición». Estas son palabras de unas de las personas más queridas por el Mensajero de Allah, el compañero más temeroso, su Khalifa, uno de los diez a las cuales el Profeta anunció en vida que formarán parte de la gente del Jardín. ¿Que vamos a decir nosotros?
La lengua es un favor de Allah, un enorme favor para sus siervos con el fin de ser un medio de expresión y comunicación entre ellos.
Allah dice en Su Noble Corán: «Acaso no le hemos dado dos ojos, una lengua y dos labios? Y no lo hemos señalado las dos vías?” (Sura Al-Balad – El Territorio 90:8-10)
Este favor demuestra el poder, la sabiduría y lo asombroso que es la creación de Allah. Allah ha distinguido al ser humano respeto al resto de su creación con este favor. El Bayan, la capacidad de expresarse por medio del lenguaje, poder distinguir las cosas y explicarlas, poder expresar sus sentimientos, sus intenciones, sus reacciones, sus deseos y objetivos.
Allah dice: «El misericordioso ha enseñado el Corán, ha creado al hombre, le ha enseñado a hablar». (Sura Ar-Rahman – El Misericordioso 55:1-2)
Muchos científicos no encuentran una explicación a este milagro, se preguntan: «¿Porque el hombre, es el único ser vivo capaz de expresarse?». La respuesta se encuentra en el Corán, Allah dice:
«Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adam, los llevamos por la tierra y por el mar, les damos cosas, como provisión y los hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas».
(Sura Al-Isra’ – El Viaje Nocturno 17:70)
Cualquier favor divino, como dijimos en una Jutba anterior, requiere agradecimiento a Allah. Este agradecimiento se demuestra haciendo un buen uso de la lengua, en utilizar expresiones adecuadas que no generen daño a los demás, sean musulmanes o no.
De esta forma evitar enemistades. Allah dice: «Habla a la gente de buena manera». (Sura Al-Baqara – La Vaca 2:83)
La lengua debe emplearse en ordenar lo reconocido y prohibir lo reprobable, difundir paz entre la gente, establecer la justicia, recitar Corán, pedir perdón a Allah -que realmente es lo que más necesitamos- hacer Dikr, Tasbih, Tahlil, Tahmid. Según un relato de Abu Huraira, que Allah esté complacido con él, dijo: «Hay dos frases amadas por Allah que son más amadas para el misericordioso, livianas para la lengua y pesadas para la balanza: «Alabado sea Allah con su gloria, Alabado sea Allah El Grandioso» (Subhana’llahi wa bihamdihi, subhana’llahi adhiim). (Hadiz)
Hermano musulmán, guárdate de tu lengua, es una víbora con veneno que te puede aniquilar. No seas de los que tienen la lengua perversa, larga. Tienes que saber que con la lengua se construye y destruye. Esfuérzate en hacer que tu boca sea un fuente de la cuál proviene un agradable perfume, desde la cuál salgan únicamente buenas palabras. «Allah es bueno y sólo acepta lo bueno». (Hadiz)
Trata a la gente con buen carácter, buenas palabras y una sonrisa sincera. Allah ha hecho que el hombre tengo una sola lengua, dos ojos y dos orejas para observar más, escuchar más y hablar menos. Mide tus palabras antes de emitirlas. No seas parla chin, de los que hablan con exceso. El Profeta dijo: «Ciertamente los más aborrecidos por mi y los más alejados de mi el día del juicio son los charlatanes, las jactanciosos cuando hablan, así como los que aparentan cuando hablan».
El creyente sincero es aquel que está constantemente atento con su lengua, es aquel cuyas obras son más que sus palabras. El creyente debe pronunciar palabras que lo beneficien, beneficien a su familia y comunidad. Los que hablan con exceso pueden arrepentirse por sus palabras pero los que mantienen silencio en los momentos durante los cuales se requiere, y sólo abren la boca para expresar algo bueno, es difícil que se arrepienten.
No te olvides que todas tus palabras se registran en un libro que tu mismo leerás después de la muerte, tu propio libro. El Profeta dijo: «La gran parte de las faltas de los hijos de Adam proceden de su lengua».
Y las oraciones y la paz sean con el Mensajero de Dios.