El ayuno y el Corán

Alhamdulillah, Quien nos ha bendecido con el mes de Ramadán, e hizo descender durante el mismo el Corán, con dirección para los hombres y pruebas claras de la Guía y del Discernimiento, y ha hecho que en este mes se abran las puertas del Jardín y se cierren las del Fuego. Así el Shaitán queda atado, para que el ser humano pueda triunfar.

Y que la paz y las bendiciones sean sobre el mejor de los hijos de Adam, y sobre su familia y esposas. Creyentes, estamos a punto de empezar el mes del Corán, el mes de la generosidad, de las buenas obras y del ihsan.

Allah, Todopoderoso, dijo: «Lo hicimos descender en una noche bendita; en verdad somos advertidores». Y dijo también: «En el mes de Ramadán se hizo descender el Corán, dirección para los hombres y pruebas claras de la Guía y del Discernimiento; así pues, quien de vosotros vea el mes, que ayune, y el que esté enfermo o de viaje que lo haga en otro momento, por el mismo número de días. Allah quiere para vosotros lo fácil y no lo difícil, pero quiere que completéis el número (de días) y que proclaméis la grandeza de Allah por haberos guiado. ¡Ojalá seáis agradecidos!».

Sabed que el Corán y el ayuno intercederán por el creyente el día en el que ni la riqueza ni los hijos beneficiarán. El Mensajero de Allah ﷺ dijo: «El ayuno y el Corán intercederán por el siervo en el Día de la Resurrección. Dirá el ayuno: “Señor mío, se abstuvo de comer y abandonó sus deseos, permite que interceda por él”, y dirá el Corán: “lo privé de dormir por la noche, concede que interceda por él”, y ellos intercederán».

Musulmanes, el periodo de ayuno tiene reglas, sunnahs, adab y obligaciones; y también puede contener acciones que lo anulan y cosas detestables.

El que ayuna necesita hacerse con conocimiento y aplicar el fiqh para que su ayuno sea válido si quiere obtener la recompensa que se obtiene por el ayuno y las oraciones. Muchos de los que ayunan no logran sino hambre y sed. No basta con abstenerse de comer y beber durante el mes de Ramadán durante el día y luego pasar la noche haciendo cosas que no agradan a Allah. El verdadero ayuno es el ayuno de todos los miembros, y también consiste en abandonar lo que no te concierne durante el día y la noche, porque el ayuno se ha hecho obligatorio con un solo fin, que es la taqwah. Dice Allah en el Corán: «¡Creyentes! Se os ha prescrito el ayuno al igual que se les prescribió a los que os precedieron. ¡Ojalá tengáis taqwah (de Allah)!».

Y dijo el Profeta ﷺ: «Cualquiera que ayuna durante el ramadán con iman, buscando solamente la recompensa de Allah, tendrá perdonadas sus faltas anteriores».

Siervos Suyos, volved a leer Su libro, que es el vuestro, y reflexionad sobre ello, y recitadlo a lo largo del día y la noche. Tomad como ejemplo al Profeta ﷺ que se esforzaba por recitar y meditar el Libro de Allah, Todopoderoso. Aparece un hadiz recogido en los dos Sahihs, que se relató que Ibn Abbas, que Allah esté complacido con ambos dijo: «El Mensajero de Allah ﷺ era la más generosa de las personas. Y era el más generoso de todos durante Ramadán, cuando Yibril la paz y las bendiciones de Allah sean con él, se reunía con el Profeta y repasaban el Corán. El Mensajero de Allah ﷺ era más rápido en hacer buenas acciones que el viento».

Con estas dos cualidades, la generosidad y la buena predisposición, el Profeta ﷺ pasaba su día durante el Ramadán, recitando el Corán, siendo amable y generoso, alimentando a los hambrientos y alimentando a quienes ayunaban. Él, paz y bendiciones sean sobre él, alimentaba las almas con el Corán y los cuerpos con comida. Asimismo, aumentaba su generosidad y benevolencia durante el mes de Ramadán. Del mismo modo, los salaf, la gente de las primeras generaciones, no se ocupaban durante el ayuno con nada más que el Corán y dar de comer. Nuestro imám, Malik, que Allah esté complacido con Él, era el imám de Dar al-Hiyra, cuando comenzaba el Ramadán, paraba de dar clases y se ocupaba de recitar el Corán, siguiendo la Sunnah de nuestro Profeta ﷺ. El Imam Al-Bujari, que Allah tenga misericordia de él, leía el Corán entero todo los días y un tercio del Corán durante sus oraciones nocturnas. Ahmad ibn Hanbal dijo: «Completé el Corán en un día, y conté las veces que se ha mencionado sabr (paciencia) y eran noventa y tantas». Un día le sirvieron comida unos minutos antes de romper el ayuno y oyó que alguien llamaba a su puerta. Era un mendigo pidiendo y le dijo a su sirviente: «Dale esta comida». Y respondió el sirviente: «Oh Imam, esto es para que rompas tu ayuno, pues estás ayunando». Y él respondió: «He recordado las palabras de Allah: “Y daban de comer al necesitado, a pesar de su propia necesidad y apego”».

¿Acaso lograremos ser como esta gente de las primeras generaciones? ¿Dónde está la generosidad, el ihsan y la recitación del Corán? ¿Acaso hemos olvidado que hay diez hassanas en cada letra del Corán? Y que en Alif Lam Mim hay treinta hassanas. ¿Quién entre nosotros actúa con respecto al hadiz del Profeta ﷺ: «Quien da a un ayunante algo con lo que romper su ayuno, tiene la misma recompensa que él, sin que en nada sea disminuida la recompensa del ayunante»?

Y de Abdullah bin Amr bin Al-Aas, que Allah esté complacido con ambos, se ha transmitido que un hombre le preguntó al Mensajero ﷺ: «¿Cuál es el mejor aspecto del islam?». Dijo el Profeta ﷺ: «Es dar de comer y saludar con la paz, tanto a quien conoces como a quien no conoces».

Tened taqwah de Allah, siervos suyos y seguid la Sunnah de vuestro Profeta ﷺ para que podáis tener éxito.

Allahumah, haz que amemos el iman y acepta nuestras oraciones y ayunos, y haz que la incredulidad, la inmoralidad y la desobediencia sean aborrecibles para nosotros, y haz que seamos de los bien guiados, y concédenos el bien de Ramadán y la belleza del Corán.

Allahumah haznos estar entre los ayunantes, y concédenos el bien del Corán, e ilumina a través de ellos nuestras mentes y nuestras tumbas, y abre nuestro pecho con él, y ablanda nuestros corazones.

Allahumah, concede victoria a los oprimidos que están firmes bajo el bombardeo, y derrota a los opresores agresores, y ten misericordia de los oprimidos, sean niños o adultos, y vigílalos con tus ojos que nunca duermen.

Allahumah, responde a nuestras súplicas y cumple nuestros deseos. Amin.