Piensa bien de tu hermano

Tened taqwa de Allah, musulmanes, adorad a vuestro Señor y dadle las gracias, Él os aumentará. Y arrepentíos ante Él para que podáis tener éxito.Tomad como provisión la Taqwa, y Allah os protegerá.

Dijo Allah, Glorificado sea: «¡Vosotros que creéis! Abandonad muchas de las suposiciones. Es cierto que algunas de ellas son delito».

Este noble verso llama a uno de los modales del Islam, a purificar el corazón y a hacer at-tajlia (limpiar o renunciar a lo malo) antes de at-tahlia (adornarse con lo bello). En el corazón del creyente no se puede combinar el imam y el pensar mal de Allah o de sus criaturas, ya que pensar mal tiene como resultado crear separación en vez de unión y abre a Shaitan la puerta de los susurros. Esta es la razón por la cual Allah, alabado sea, lo prohibió.

Sabed, que nuestro Profeta ﷺ nos prohibió pensar mal de los demás.

Dijo, el Mensajero ﷺ: «Tened cuidado de las especulaciones, porque la especulación es el discurso más falso». Transmitido por Bujari y Muslim.

Un musulmán debe pensar bien de su hermano musulmán, especialmente si es una persona justa y exitosa. No acuséis a nadie de nada, no juzguéis a nadie con maldad, y no le acuséis en su religión, en su honor, y en todo lo que hace, porque acusar unos a otros aumenta la ira y el odio y destruye los lazos de parentesco.

Se ha transmitido que Aisha, que Allah esté complacido con ella, dijo: «El Mensajero de Allah dijo: “El que piensa mal de su hermano, ha pensado mal de su Señor, porque Allah dice: ‘Evitad muchas de las suposiciones’”».

Por tanto, pensar mal de alguien está completamente prohibido, al igual que son su sangre, su dinero y su honor.

Si te viene un mal pensamiento, no le hagas caso para que te quedes a salvo, porque las bases de las relaciones entre los musulmanes y sus asuntos son la transparencia y el pensar bien y ocultar los defectos, no la acusación y el escarnio.

Y no se completa el imam de uno a menos que cubra a su hermano, lo respete y piense bien de él. Y se narró de Sayyiduna ‘Umar: «No pienses mal de ninguna palabra pronunciada por tu hermano cuando puedes encontrar una interpretación positiva para ello».

Y si escuchas algo de tu hermano que aborreces, búscale una excusa, si no la encuentras, di: «Quizás mi hermano tiene una excusa que desconozco».

El musulmán debe tomar precauciones por su din, su reputación y su estatus alejándose de lugares sospechosos. Se relató en el sahihain, con la autoridad de Ummul Múminin , Safia bint Huiai, lo siguiente: El Profeta ﷺ estaba realizando i’tikaf. Yo lo visité durante una de las noches y conversé con él. Luego me levanté para irme y él también lo hizo para despedirme. (En ese tiempo ella vivía en la casa de Usama ibn Zaid). Y dos personas de los Ansar pasaron por allí y cuando vieron al Profeta ﷺ aceleraron su paso. Y el Profeta ﷺ les dijo: «Caminad despacio que ella es Safia bint Huiai». Ellos dijeron: «¡Subhanallah! ¡Oh Mensajero de Allah! (Jamás podríamos pensar mal de ti)». Dijo: «Ciertamente Shaitan circula por el hombre como lo hace su sangre. Y he temido que instalase en vuestros corazones el mal (o alguna cosa, según otra transmisión)».

Nuestro Profeta ﷺ era infalible, pero temía por sus compañeros los susurros de Shaitan.

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Siervos de Allah, pensar bien de los demás crea cohesión en la sociedad, y con ello se logra solidaridad, concordia, simpatía, cooperación y colaboración, y hace que prevalezca entre sus miembros el amor, la paz, la seguridad y la armonía. Asimismo, nuestro Profeta ﷺ nos dio el remedio para esta enfermedad, que es ignorar el pensamiento y no corroborarlo. Quien piense mal de su hermano, que ignore su pensamiento. El Profeta ﷺ dijo que hay tres cosas de las que nadie está a salvo: el mal augurio, la especulación y la envidia. El remedio del mal augurio es ignorarlo y continuar en tu camino, para la especulación, no corroborarla; y para la envidia, no transgredir.

El profeta ﷺ nos habla en este hadiz de la enfermedad y de su remedio.

Todos estos tres son instintos en los hijos de Adam. Entonces, hay que enterrarlos en el corazón, si existen, y no expresarlos en el trato con la gente, el remedio está en curarlos con el imam, y reemplazarlo con el amor, buen pensamiento y aferrándose a Allah en lo bueno y en lo malo.

Pedimos a Allah Todopoderoso que purifique nuestros corazones del odio, la envidia, el chismorreo y la desconfianza, y que purifique nuestros corazones de todo mal, y que amemos el imam y lo embellezca en nuestros corazones, y que nos haga odiar la incredulidad, la inmoralidad y la desobediencia. Amin.