Alhamdulillah, Al-Walī, As-Sattār, Al-Wāḥid, Al-Qahhār.
Ha ordenado preservar los derechos y proteger el honor de toda transgresión.
Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, único, sin parecido, y doy testimonio de que Muhammad es Su siervo y Mensajero ﷺ.
Paz y bendiciones sobre su familia y sus compañeros.
¡Creyentes!
Tened taqwa de Allah Todopoderoso y adorad a vuestro Señor en cualquier momento y lugar, y no muráis sino como musulmanes.
Sabed que Allah Todopoderoso nos ha ordenado proteger el honor, la reputación y la dignidad. Él, el Todopoderoso, ha advertido contra la transgresión del honor y la vulneración de la dignidad.
Ha advertido a quien dañe el honor de su hermano musulmán con un severo y doloroso tormento en este mundo y en el Otro.
Allah Todopoderoso dijo:
«Verdaderamente, aquellos de entre los que creen que aman que se propague la indecencia, tendrán un castigo doloroso en esta vida y en la Otra. Allah sabe y vosotros no sabéis».
Esta noble aleya advierte a quien participa, poco o mucho, en deshonrar a su hermano, manchar su reputación o dañar su dignidad, ya sea con la lengua, las manos o la murmuración.
Y esto conlleva la exclusión de la misericordia de Allah, tal como lo señala el Corán y la sunna.
El Islam ha otorgado gran importancia al honor, convirtiéndolo en uno de los más valiosos bienes, protegiéndolo de cualquier agresión, ya sea con palabras, actos, gestos o insinuaciones.
El Islam lo considera uno de los cinco fundamentos que el dīn nos ha ordenado proteger y preservar.
Y estos son: el dīn, la vida, la razón, la riqueza y el honor.
El honor es la base de la dignidad y del valor propio, aquello mediante lo cual una persona puede vivir y caminar con la cabeza alta.
Por todo ello, el Profeta ﷺ dijo:
«Todo lo del musulmán es sagrado para otro musulmán: su sangre, sus bienes y su honor».
Y vinculó el honor con la sangre y los bienes para mostrar que transgredir el honor es muy grave, y que quien atente injustamente contra el honor de alguien ha traspasado los límites de Allah.
Dice Allah en el Corán:
«Y quien traspase los límites de Allah habrá sido injusto consigo mismo».
¡Siervos de Allah!
Transgredir el honor se manifiesta de varias formas, tales como: la difamación, que consiste en mencionar a tu hermano en su ausencia de una manera que le desagrade, incluso si lo que dices es cierto.
Pero si además lo que dices no es cierto, entonces has cometido una injusticia.
Asimismo, la murmuración consiste en difundir rumores entre la gente para causar discordia.
De igual modo, la calumnia, que consiste en acusar a un hombre o una mujer musulmana de algo que no le corresponde.
Allah Todopoderoso dice:
«En verdad, los que acusan a las mujeres creyentes, recatadas y faltas de malicia, serán malditos en esta vida y en la Otra, y tendrán un enorme castigo».
La maldición consiste en la exclusión de la misericordia de Allah y en el sufrimiento en este mundo y en el Otro.
También esta transgresión puede manifestarse mediante las burlas y la ridiculización, en conversaciones tanto presenciales como a distancia.
Todo esto constituye una transgresión contra el honor y está prohibido por la ley de Allah.
También puede implicar la difusión de rumores, una enfermedad peligrosa en nuestra época, que causa daño a inocentes, destruye colaboraciones y separa a las parejas, familias y seres queridos.
El verdadero creyente es aquel que no difama a su hermano, no lo deshonra y siempre habla bien de él.
El Profeta ﷺ dijo:
«A quien cubra las faltas de un musulmán, Allah le cubrirá las suyas en esta vida y en la Otra».
Tened taqwa de Allah, siervos suyos. En lugar de usar vuestras lenguas para calumniar a la gente, usadlas en el recuerdo de Allah y sed bondadosos con Sus criaturas.
Se ha dicho:
Quien está ocupado derribando a los demás no tendrá tiempo para construirse a sí mismo.
Allahumma, purifica nuestras lenguas de la calumnia y de la murmuración, nuestros corazones de la envidia y de la enemistad, y nuestras obras de la hipocresía y de la búsqueda de fama.
Allahumma, cubre nuestras faltas, calma nuestros miedos y perdónanos a nosotros, a nuestros padres y a todos los musulmanes, tanto vivos como muertos.
Allahumma, guía a nuestros jóvenes, protege a nuestras mujeres y purifica nuestras sociedades de las desviaciones, tanto visibles como ocultas.
Amín.
Allahumma, inspira y guía a nuestro emir para que, bajo su mandato, se mantenga siempre a salvo en nuestra comunidad el honor de todo musulmán.
Allahumma, otorga paciencia y aceptación completa de Tu Decreto a los oprimidos, y dales siempre esperanza en Tu infinita misericordia para con ellos, y en la inevitable rendición de cuentas ante Tu justicia de todos los opresores.
Amín.