Hay dos faltas cuyo castigo se adelanta a esta vida

Alhamdulilah, Que creó al hombre y le ordenó que fuera justo y benévolo y le prohibió la injusticia y la tiranía. Lo guio por el camino recto a través del Corán y la guía del mejor de los hijos de Adam, nuestro Maestro Muhammad ﷺ y paz sobre su familia y compañeros, las estrellas brillantes en la noche más oscura y las lámparas de la guía.

Creyentes, tened taqwa de Allah, ya que es el sustento que nunca se acaba, y a quien es consciente de Allah, Él le dará una salida y le proveerá de donde menos espera. Dijo El Profeta ﷺ: «Hay dos características que apresuran el castigo a un siervo en este mundo antes de la otra vida: la transgresión y la ruptura de los lazos de parentesco». Y en otro Hadiz: «Dos puertas adelantan el castigo en esta vida: la transgresión y desobediencia».

Opresión es injusticia, y es lo contrario a justicia, es la agresión y superación de los límites en todo. El Corán ha confirmado que los malhechores no tendrán éxito. Abu Darda dijo: «Cuidado con las súplicas del huérfano y de los oprimidos, porque llegan a Allah por la noche, mientras la gente duerme». Se ha dicho que el menos inteligente es quien oprime a los que son inferiores a él. Maimoon bin Mihran dijo, en la interpretación de la aleya del Corán «Y no pienses que Allah ignora lo que hacen los opresores» que es una amenaza para los opresores y un consuelo para los oprimidos. La injusticia se comete contra el ser humano, su honor y su riqueza. Dijo el Profeta ﷺ: «ciertamente vuestra sangre, vuestra riqueza y vuestro honor son prohibidos para vosotros». El Mensajero ﷺ comenzó con el derramar la sangre porque derramarla es algo grave, una gran corrupción. El castigo del opresor inevitablemente se acelerará; por muy tirano, opresivo y transgresor que sea, Allah, alabado sea, lo Agarrará con el castigo del Irresistible, Todopoderoso, por muy exagerado que sea en matanzas, brutalidad, destrucción y deportación, su castigo será terrible y los opresores no tendrán ayuda. Y habrá perdido quien lleve injusticia. ¿No es cierto que la maldición de Allah caerá sobre los injustos?

La segunda característica es la desobediencia a los padres. Quien desobedece a sus padres, su castigo en este mundo se adelantará. Vivirá una vida difícil y será pobre, triste y miserable. La desobediencia es tratar mal a los padres y no ser amable con ellos. Es una falta grave que Allah prohibió en Su Libro y Su Profeta ﷺ en su Hadiz.

Sabed que hay tipos de desobediencia tales como mirar a los padres con desprecio, desdén y ceño fruncido. Ibn Hayar dijo: «Al-Uquq se deriva de Al-Aqq, que significa cortar, y se refiere a cometer lo que puede dañar a los padres por parte de los hijos, ya sea con palabras, actos o gestos». La desobediencia incluye el incumplimiento de sus derechos y la desobediencia a sus órdenes. Y cometer una falta menor contra los padres es considerada como falta mayor, de igual modo, ausentarse por un largo tiempo en algo que no sea por el camino de Allah, excepto para buscar conocimiento. El Profeta ﷺ consideró la desobediencia de los padres entre las faltas mayores, cuando se le preguntó acerca de ello, dijo: «El politeísmo, matar las almas, y la desobediencia de los padres».

Allah, Alabado sea, ordenó tratar bien a los padres a la par que ordenó adorarle en numerosas aleyas: «Adorad a Allah sin asociar nada con Él y haced el bien a vuestros padres». Asimismo, ordenó ser cortés con ellos, rezar por ellos, no olvidar su bondad y cumplir con su voluntad, siempre que eso no sea shirk, dice Allah en el Corán: «Pero si se empeñan en que Me asocies algo de lo que no tienes conocimiento, entonces no les obedezcas».

Incluso si siguen otra religión, a menos que te ordenen desobedecer a Allah.

Tratar bien a los padres es un motivo para tener abundancia, longevidad, buen humor y la obediencia de los propios hijos. Se ha transmitido que el Profeta ﷺ dijo, «Obedeced a vuestros padres y vuestros hijos os obedecerán». «Tal como tratáis se os tratará».

Además, es un medio para aliviar la angustia y las crisis. Gracias a ello se responden los du’as, se alcanzan los deseos y se abren las puertas del Paraíso. El Profeta ﷺ dijo que «El paraíso está debajo los pies de las madres».

Por el contrario, la desobediencia incluye no ayudarlos en los asuntos domésticos, como limpiar la casa, preparar la comida, comprar lo necesario y desdeñar la comida preparada por la madre, incluso bromeando. El Profeta ﷺ nunca criticó ninguna comida, si le gustaba lo comía y si no, lo dejaba.

También está el darles órdenes, interrumpirles, no escucharles, darles la espalda, discutir con ellos, negarles, abstenerse consultarles, especialmente en el matrimonio, y alzarles la voz. Allah Todopoderoso dijo: «no les digas “uf” ni los rechaces, sino que háblales con buenas palabras». La desobediencia incluye exigirles lo que no pueden soportar, descuidarlos y abandonarlos, especialmente en la vejez. Allah, Todopoderoso, dijo: «Y si a alguno de ellos, o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti» junto a ti, quiere decir en tu casa, que te quedes con ellos, les sirvas y los cuides como te cuidaron cuando eras niño.

Hay que añadir que está, entre los signos de desobediencia, el avergonzarse de ellos, repudiarlos y rechazar el parentesco con ellos delante de la gente y de los compañeros, ya sea por su edad, enfermedad o pobreza. Todo ello es una gran desobediencia.

Y también no gastar en ellos, dejarlos en necesidad o pobreza, echarles en cara el bien que se les hace, desearles la muerte o deshacerse de ellos si su enfermedad se agrava, para heredar de ellos y quitarles su dinero.

Nuestro maestro Moisés solía decir en su súplica: «Ya Rabbi, muéstrame mi compañero en el Paraíso», Allah le reveló: «Oh Musa, el primer hombre que pase cerca de ti será tu compañero en el paraíso», y se ha dicho: escoger el vecino antes que la casa. Musa pensó que su compañero sería un profeta o un mensajero, pero su compañero era un plebeyo. Moisés lo siguió hasta entrar en una cabaña donde había una anciana. El hombre le dio de comer, la limpió y le dio de beber. Cuando salió, Moisés le dijo: «¿Quién es esta anciana?». Él respondió: «Esta es mi madre». Le preguntó: «¿Ella pide algo en concreto de ti?», a lo que contestó el hombre: «no dice más que: “Allahumma, haz de este hijo mío el compañero de Musa bin Imran en el Paraíso”». Él le dijo: «Alégrate, porque yo soy Musa bin Imran».

Allahumma, protégenos de la injusticia y de la desobediencia, y apoya a los oprimidos dondequiera que estén, y derrota a los opresores, porque Tú eres el Todopoderoso. Allahumma, concédenos victoria sobre los enemigos, y no hagas del Dunia nuestra mayor preocupación o la meta de nuestros deseos. Amin.