¡Musulmanes! Tened taqwa de Allah, adoradlo en secreto y en público, arrepentíos ante Él para que tengáis éxito. Dijo Allah, Alabado Sea: «A Él asciende la buena palabra, y la buena acción la eleva».
¡Creyentes! la buena palabra (al kalima tayiba) es el valor del hombre ya que revela lo que oculta su conciencia, su corazón y su pecho, como, por ejemplo el odio, la ignorancia, la hipocresía o el imam. Esta misma palabra demuestra la pureza de su corazón y la solidez de su mente. Por ello dijo el Profeta ﷺ: «Quien cree en Allah y en el Último Día, que diga el bien o permanezca en silencio». Se dice que las personas están escondidas debajo de sus lenguas.
Siervos de Allah, la buena palabra es una ganancia, y la mala palabra es una falta. Y Allah Alabado Sea puso un ejemplo para ambas en el Corán diciendo: «Acaso no ves cómo Allah compara la buena palabra con un árbol bueno cuya raíz es firme y cuyas ramas están en el cielo? Da su fruto en cada época con permiso de su Señor. Allah pone ejemplos a los hombres para que así recuerden. Pero una mala palabra se parece a un árbol malo que está desenraizado sobre la tierra, sin estabilidad».
¡Creyentes! Una buena palabra, lleva en sí el bien, y el ser humano será recompensado por ella. La mala palabra lleva consigo el mal, la obscenidad y la indecencia. El que la pronuncia no cosecha sino el mal. Para la gente del Tafsir la buena palabra es La ilaha ila Allah, y no la iguala ninguna otra palabra. Porque el Profeta ﷺ dijo: «lo mejor que he dicho yo y los profetas anteriores ha sido La ilaha ila Allah». La ilaha ila Allah es la llave del Jardín, y lo que permite salir de la oscuridad de la incredulidad a la luz del Islam y a la Sunnah. A través de esta palabra limpias tu corazón del shirk, y con ella sales de la ignorancia al conocimiento. Es aquella cuya raíz es firme y cuya rama está en el cielo. Por ello está presente en todo acto de adoración. En el adhan, en el iqama, en la oración, etc. Se consideran como buenas palabras: las buenas nuevas, los consejos o la alegría por la cual alivias el dolor de tu hermano, o por la cual alivias el corazón de cada persona confundida y perdida o adviertes a aquellos que están perdidos, o enseñas a los ignorantes. Todo esto está entre las buenas palabras que Allah asciende al mejor de los lugares. A Él ascienden las buenas palabras, y la obra justa la elevará. La buena palabra es el pilar para llamar al camino de Allah. Es por eso por lo que el Profeta ﷺ la contó como sadaqah y dijo: «Protegeos del fuego, aunque sea con medio dátil, y si no tenéis, entonces con una buena palabra». Una buena palabra es aquella que disfrutan los sentidos y no abruma la naturaleza humana o el sentido común.
¡Musulmanes! Dar dinero y dar buenas palabras son similares ya que ambos traen alegría al corazón. Aunque la buena palabra es más útil que el dinero ya que éste se desvanece. Allah alabado sea dice: «Una buena palabra y el perdón son mejor que una caridad seguida del daño». Y con la buena palabra, el Profeta ﷺ transmitió el mensaje, y con él abrió los corazones. Allah alabado sea dice: «Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor». Y dijo a Musa y a Harun cuando los envío a Fir’aun: «Y habladle de manera suave, tal vez recapacite y se guarde». Siervos de Allah, el fruto del Islam son las buenas palabras y las buenas obras. Dice el Corán: «y decid el bien a la gente». El Profeta ﷺ dice: «el musulmán, es aquel de cuya lengua y mano los musulmanes están a salvo». Empezó con la lengua porque duele más que la mano. Se dice que cualquier herida se cura, pero la de lengua no tiene cura. Por tanto, sopesa tus palabras, oh hombre, antes de pronunciarlas. Si son buenas, dilas, y si es un secreto, guárdalo. Si hablar equivale a la plata, el silencio es oro. Y no digas sino aquello que te complacerá hallar mañana en tu libro.
Allahummah, protege nuestras lenguas de toda blasfemia, obscenidad y maldad. Y guía nuestras palabras y acciones. Protege nuestros miembros de todo vicio, embellece nuestras palabras, y haznos de los que oyen el discurso y siguen lo mejor de él. Amin.