Alhamdulilah, Quien hizo de la crianza de los hijos una amana para los padres y la convirtió en una sadaqa que hay que dar continuamente, pero cuya recompensa no cesa de llegar incluso después de la muerte.
Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, un testimonio mediante el cual entraremos al jardín. Y doy testimonio de que Muhammad ﷺ es Su siervo y Mensajero, el sello de los Profetas y Mensajeros.
Siervos de Allah, tened taqwah del Todopoderoso y adoradlo en secreto y en público, y dad constantemente las gracias, y Él os dará aún más, pero si sois desagradecidos… Es cierto que Su castigo es intenso.
Sabed que Allah Todopoderoso os ha confiado muchas amanas. Y os ordenó cumplir con ellas. Dijo en su libro: «¡Vosotros que creéis! No traicionéis a Allah y a Su Mensajero ni traicionéis lo que se os ha confiado después de lo que sabéis».
Asimismo, la mayor amana es criar a los hijos. Mencionamos en el último jutba que trataba el tema del divorcio y la separación y que los niños son quienes pagan el precio de la discordia, del conflicto y de la separación.
El agradecimiento por la bendición de la descendencia y la paternidad se lleva a cabo a través de la buena educación de los hijos.
Nos ha llegado la transmisión a través de Anas Ibn Malik, que Allah esté complacido con él, que el Mensajero de Allah ﷺ dijo: «Allah preguntará a cada pastor por su rebaño, si lo ha cuidado, o lo ha desperdiciado, y se le preguntará por su familia».
Y debéis saber que entre padres e hijos existen derechos mutuos. Se ha dicho: «así como tratas a los demás, se te tratará a ti». Entonces, ¿cómo buscas la obediencia y la benevolencia cuando eres negligente en la crianza de tus hijos? Allah Todopoderoso dijo en el Corán: «Señor mío, ten piedad de ellos, como me criaron cuando era niño». La educación comienza en la casa y por las acciones de los padres. ¡Tú, padre!, educas y ¡tú, madre!, educas; los dos educáis con cada acto o palabra que hacéis. Si es bueno, es a vuestro favor, y si es malo, será en contra de vosotros mismos.
La primera escuela y el primer principio de la educación es lo que sucede entre ambos progenitores, sea ello bueno o malo. El niño es influenciado desde el principio por lo que ve en casa, así que mejorad vuestras palabras y acciones, porque vuestras acciones y vuestra inacción se trasladará a vuestros hijos. Los derechos de los niños son los deberes de los padres. Los derechos de los padres son los deberes de sus hijos. Así que haz lo que te parezca oportuno, pero, así como tratas, se te tratará. Los derechos de los niños son los cimientos, y los derechos de los padres son el edificio. Un edificio sin cimientos se derrumba. Los cimientos sin el edificio son ruinas.
Siervos de Allah, la educación y la enseñanza son dos cosas interrelacionadas y no se puede lograr la una sin la otra. La educación es el cultivo de las buenas costumbres y de las virtudes que emanan de nuestro imán. La enseñanza es almacenar conocimientos en la mente. La educación sin enseñanza es precariedad y pérdida. La enseñanza sin educación es disolución y tiranía. Allah Todopoderoso dijo: «Y tened taqwa de Allah, y Allah os enseñará». Así que el taqwah de Allah debe venir antes que la búsqueda de conocimiento. Porque el conocimiento sin taqwah es un desperdicio de esfuerzo y un desgaste que no trae apenas beneficio.
Cada categoría de educación debe aplicarse en su lugar correspondiente: la educación física (una mente sana en un cuerpo sano) y la educación mental y espiritual. Pero hay quienes prestan atención a algunos aspectos e ignoran otros. Los padres y las madres no deben descuidar la primordial importancia del imán y de la educación espiritual, porque es el escudo que protege el comportamiento de los niños y niñas ante la perversión y las deviaciones del camino recto. Muchos padres y madres no lograron orientar correctamente a sus hijos con respecto al Din, y tratan de completarlo con la formación que se ofrece en las clases que se imparten en las mezquitas, o en los círculos de conocimiento. Pero, ¿cómo podemos esperar que esto ayude, si nuestros hijos no acuden a las mezquitas? El número de niños que asisten a las clases se cuenta con los dedos de las manos. ¿Entonces dónde aprenderá este niño o esta niña las bases del Din, de la Aqida o el Corán? Esta es una verdad amarga. Somos negligentes en la crianza de nuestros hijos, y nos ha distraído Dunia y sus placeres de la tarea de educar a nuestros hijos. Dijo uno de los sabios: «El que pasta ovejas en una tierra de leones… Y se queda dormido, el león se hace cargo de su rebaño». Entonces ¿Qué podemos esperar de ovejas que son pastoreadas por lobos?
Siervos Suyos, la bendición de los niños es incomparable, pero necesita un trato especial: crianza, orientación, seguimiento y sumo cuidado. Los padres suelen quejarse de la desobediencia de sus hijos, pero todo el mundo se olvida de que los derechos de los hijos preceden a los derechos de los padres. La desobediencia a los padres se ha generalizado en nuestro tiempo, pero está vinculada a la negligencia en la educación. Y di: «Señor mío, ten piedad de ellos, como me criaron cuando era pequeño». El Corán no dice: «Como me dieron a luz cuando era pequeño». ¿Quién tiene la responsabilidad de la educación y la orientación? Es responsabilidad de todos: La responsabilidad es del padre, de la madre, de la sociedad, de la mezquita, de la yamah, del imam y del maestro. Cada uno según su profesión y su posición. Quien no cumpla con ello, rendirá cuentas ante Allah. Los niños tienen una fitra innata que les da la capacidad de cambiar, de ser influidos y formados. Dijo el Profeta ﷺ: «Todos los niños nacen en estado de fitra». ¿Qué significa que un niño tiene fitra? Significa que Allah lo creó predispuesto a aceptar la verdad. Ibn al-Qayyim dijo: «Hizo que su naturaleza fuera preparada para aceptar el Islam». Luego dice el Profeta ﷺ: «Entonces sus padres lo hacen judío, cristiano o adorador de ídolos». El asunto está en manos de los padres; o preservan la fitra, o la alteran con una mala educación y malas costumbres.
Allahumah, concede a cada persona que tenga un derecho sobre nosotros aquello que le corresponda, protege a nuestros hijos de la mala educación, despierta su intuición, ilumina su intelecto, protégelos de los demonios de entre los hombres y de entre los yines, de los malos compañeros y de todo el mal, mantenlos en el Din de una manera hermosa, mejora su carácter y conviértelos en hijos justos, eruditos, piadosos y walis tuyos. Ayúdanos, ya Rabbi, a criarlos, a protegerlos de las pandemias, de los venenos y las drogas, y a cambiar el estado de los desviados. Ten piedad de nuestros hermanos débiles que todavía están siendo bombardeados día y noche y derrota a los injustos y agresores dondequiera que estén.
Allahumah, delega nuestros asuntos a los mejores entre nosotros, y no nos dejes en manos de los malvados y líbranos de tu castigo y tu ira. Amin.