Alhamdulillah, quien ha ordenado la justicia y la benevolencia, y ha prohibido la indiscreción y la agresión.
E instó a Sus siervos a tener buenos modales, y les prohibió la indignidad y la discordia.
Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, único, sin parecido, y que Muhammad es Su siervo y Mensajero ﷺ.
Paz y bendiciones sobre su familia y sus compañeros.
¡Musulmanes!
Tened taqwa de Allah y adorad a vuestro Señor en lo bueno y en lo malo, y en toda circunstancia.
Dijo Allah Todopoderoso:
«Y no persigas aquello de lo que no tienes conocimiento, pues es cierto que del oído, la vista y el corazón, de todo ello se pedirán cuentas».
Esta noble aleya nos insta a no estar persiguiendo los asuntos, las faltas y las noticias de la gente, ni a revelar sus secretos. Luego señala los órganos que se usan para eso, que son el oído, la vista y el corazón. Es decir, Allah Todopoderoso preguntará a estos órganos en el Día del Juicio a su dueño: ¿Empleó estas bendiciones para su propio beneficio o para rastrear los secretos de la gente, cotillear, espiar, calumniar y difamar?
Y en otra aleya dijo:
«El día en que sus lenguas, sus manos y sus pies darán testimonio contra ellos por lo que solían hacer».
Entre los mejores modales que ordenó el Islam está el autocorregirse, reformarse y refinarse, ocuparse de las propias faltas y no prestar atención a las faltas de los demás.
El Profeta ﷺ dijo:
«Parte del Islam perfecto de una persona es que abandone lo que no le concierne».
Es decir, parte de la perfección del correcto Islam de un musulmán y de su creencia reside en mantenerse alejado de lo que no le concierne ni le interesa y de lo que no le beneficia, ya sea en palabras, hechos o noticias.
Porque interferir en la vida de otros e indagar sus secretos genera enemistad y odio en los corazones, y conduce a la injusticia y a la calumnia.
¿Acaso no dijo nuestro Señor:
«Y no os espiéis ni os calumniéis unos a otros»?
¡Creyentes!
Interferir en los asuntos ajenos hoy en día ya no se limita a utilizar la palabra, sino que se manifiesta de muchas otras maneras, por lo que se ha de ser especialmente cuidadoso con este tema.
El musulmán sabio es quien emplea su tiempo en lo que le beneficia a él, a su familia y en aquello que le incumbe.
Allah Todopoderoso dijo:
«Cada uno será rehén de lo que se ganó».
Es decir, eres responsable de ti mismo y de lo que te rodea, y no se te preguntará por los detalles de la vida de los demás.
Al-Shafi‘i dijo: «Quien interfiere en lo que no le incumbe, escuchará lo que no le complace».
Al-Hasan al-Basrī dijo: «Una señal de que un siervo es indiferente para Allah es distraerlo con lo que no le incumbe».
Le preguntaron al Profeta ﷺ:
«¿Quién es el mejor musulmán?».
Respondió:
«Aquel de cuya lengua y manos los musulmanes están a salvo».
Hay una gran diferencia entre dar un consejo sincero e interferir en lo que no nos incumbe. Quien no se abstiene de corregir o interferir por completo anula el consejo sincero, que es la esencia del dīn.
¿Acaso no dijo el Profeta ﷺ:
«El dīn es un consejo sincero»?
Cierta interferencia es obligatoria y entra en la categoría de recomendar el bien y prohibir el mal. Pero el consejo debe darse con cortesía, de manera civilizada, amable y aceptable. No deshonres a la persona a la que aconsejas, ni la corrijas delante de la gente. Corrígela con sabiduría y de buena manera, sin herir sus sentimientos ni dañar su reputación. No la menosprecies.
El Mensajero de Allah ﷺ no corregía a nadie delante de la gente; solía decir:
«¿Qué le pasa a fulano? ¿Qué le pasa a la gente que dice tal o cual cosa?».
Allahumma, purifica nuestras lenguas de mencionar las faltas de los demás y purifica nuestros corazones de la envidia, de la maldad y del mal carácter.
Haznos estar entre quienes se preocupan por sus propias faltas en lugar de por las de los demás.
Allahumma, purifica nuestras intenciones y no nos abandones a nosotros mismos.
Aleja de nosotros Tu odio y Tu ira.
Allahumma, protege a nuestro emir y a nuestra comunidad, e inspíranos la consciencia que nos haga ser una gente que tenga la mejor opinión los unos de los otros, viendo siempre las mejores cualidades de los demás y el regalo que Allah nos ha otorgado con la mutua compañía.
Allahumma, da consuelo y sakīna a los oprimidos dondequiera que estén, y a toda la Umma haznos tener la mejor opinión de Tu Decreto, tenga la forma que tenga, pues solo Tú conoces, y nosotros no sabemos dónde se halla la verdadera recompensa.
Amín.