Allah dice en el Corán: “Vosotros que creéis, quien de vosotros reniegue de su práctica de adoración, Allah traerá a otros a los que amará y por los que será amado, humildes con los creyentes y altivos con los incrédulos. Lucharán en el camino de Allah y no temerán la calumnia del maldiciente”.
La semana pasada, mencionamos la importancia de amar a los Compañeros del Mensajero de Allah y proteger su nombre y su estatus, y una razón importante para eso, a parte de ser personas a las que Allah ama, ya que, según Hasan, Qatadah y otros (como menciona al-Qurtubi en su tafsir), los mencionados en la aleya anterior no son otros que Abu Bakr y aquellos que se unieron a él para luchar contra las tribus que renegaron del din después de la muerte del Profeta, es que solo a través de Sahaba tenemos acceso a la sunna del Mensajero de Allah, es solo a través de ellos que se ha preservado el conocimiento de las palabras, los estados y las acciones de nuestro amado Profeta.
En el transcurso de los últimos siglos, ha habido llamadas de algunos académicos para descartar gran parte de la literatura hadiz (y por extensión de la sunna) y basar el din completamente en el Corán. Y hoy tales corrientes están siendo defendidas por modernistas. En la opinión de estas personas la autenticidad de la gran mayoría de los hadices está en duda, porque la fiabilidad de los narradores originales no puede confirmarse mediante un análisis científico riguroso. Y en cualquier caso, dicen, no tenemos necesidad del Sunna ya que el Corán fue el único milagro atemporal del Profeta; y el Corán es la única guía que necesitamos, porque Allah dice, “La guía de Allah, esa es la (única) verdadera guía”, y por lo tanto todo lo que el hombre necesita está en el Corán.
Esto es verdad, el Corán es el libro completo y en él encontramos todo lo que necesitamos. Pero para entenderlo y descubrir sus significados, hace falta la Sunna, como bien entendió Umar Ibn al-Jattab cuando escribió a sus gobernadores diciéndoles que aprendieran la Sunna, las porciones debidas en la herencia y los dialectos, diciendo:
“Habrá gente que intentará discutir con vosotros (es decir, usando el Corán), así que vencedlos con la Sunna. La gente de la Sunna tiene mayor conocimiento del Libro de Allah”. Y una lectura superficial del Corán nos muestra la importancia que se le da a la Sunna, porque hay muchas aleyas en las que Allah nos ordena seguir y obedecer al Mensajero. Por ejemplo, Allah dice:
“Vosotros que creéis obedeced a Allah y obedeced a Su mensajero”. Y dice también:
“No enviamos a ningún Mensajero, sino para que sea obedecido por el permiso de Allah”. La obediencia a Allah y al mensajero son inseparables, como lo afirma claramente Allah en otra aleya:
“Quien obedece al Enviado ha obedecido a Allah”. Y la obediencia al Mensajero, según el mufassirun y aimma, significa aferrarse a su sunna y poner en práctica lo que trajo. Entonces, la sunna del Mensajero de Allah tiene el mismo estatus que el Libro de Allah y es igualmente importante para el musulmán. El Profeta dijo,
“El Corán es difícil para cualquiera que lo odie. Es juicio (hakam). Quien se aferre a lo que digo y lo entienda y lo conserve, entonces será como el Corán para él. Quien considera que el Corán y lo que yo digo no importa y lo descuida, perderá este mundo y el Siguiente. A mi comunidad se le ordena tomar mis palabras, obedecer mis órdenes y seguir mi sunna. Quien está complacido con mis palabras está complacido con el Corán. Allah dice: “Lo que os dé el Mensajero tomadlo”.”
Es por lo tanto importante para el musulmán conocer a la Sunna, incluso en cierto modo más que el Corán, porque el Mensajero de Allah era el Corán caminando y su vida nos muestra cómo poner en práctica el Mensaje de Allah. Y cuando hablamos de sunna, no se limita a lo que el Mensajero de Allah dijo o hizo, sino que también incluye lo que sus Compañeros dijeron o hicieron, y en particular los cuatro califas bien guiados que vinieron después de él, porque el Profeta dijo:
“Debéis seguir mi sunna y la sunna de los califas rectamente guiados. Aferraos a ella ferozmente y tened cuidado con las innovaciones”. Esa es la forma de honrar y afirmar el Libro de Allah. Umar ibn Abdal-Aziz dijo:
“Tanto el Mensajero de Allah como la gente al autoridad después de él establecieron sunnas. Adoptarlas es afirmar el Libro de Allah, y actuar de acuerdo a ellas es obedecer a Allah y fortalecer el Din de Allah”. El Corán y la Sunna no pueden separarse y cualquier persona que lo haga estará, en efecto, rechazando los dos ya que rechazar la sunna equivale a rechazar algunas de las aleyas del Corán, como las palabras de Allah:
“Lo que el Mensajero os dé tomadlo, y lo que os prohíba dejadlo”. Y rechazar parte del Corán es lo mismo que rechazarlo en su totalidad. El Profeta dijo:
“Quien me sigue es de mí (mi gente, mi ummah) y quien quiera abandonar mi sunna no es de mí”.
Pedimos a Allah que nos convierta en personas que amen a Su Profeta y sigan su sunna y la de sus nobles Compañeros.
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El Profeta dijo: “Que ninguno de vosotros, estando recostado en su cama, cuando escuche un mandato de mí que es de entre las cosas que yo mismo ordené o prohibí, diga: ‘No sé. Solo seguimos lo que encontramos en el Libro de Allah’.”
Dentro de esta corriente existen varias posiciones, y entre ellas está la gente que rechazan algunos hadices y aceptan otros, pero no necesariamente debido a su fiabilidad, sino porque no encajan con su visión del mundo y cómo creen que debería ser. Se han visto confrontados por un mundo en el que la umma musulmana está dividida, débil y subordinada, y no pueden ver más allá de los medios, a Aquel que otorga los medios y se los lleva. Son como las personas que cuando vieron a Qarun dijeron:
“¡Ojalá tuviéramos lo mismo que Qarun! ¡Qué inmensa buena fortuna posee!” Observaron con admiración el éxito de sus enemigos y el sistema que los había traído y lo querían para ellos mismos. Pensaron que la única forma de que los musulmanes recuperaran su poder era que el Islam dejara de mirar hacia atrás y comenzara a mirar hacia adelante, que el Islam abandonara las prácticas medievales y adoptara las ideas de la era moderna.
Consideran la debilidad de la umma musulmana como un signo de la debilidad del din, mientras que de hecho la debilidad no estaba en el din, sino en los propios musulmanes por no entenderlo y abandonar parte de la Sunna. El Din es completo y perfecto en todos los sentidos, como Allah mismo dice: “Hoy os he completado vuestro din, he culminado mi bendición sobre vosotros y os he aceptado el islam como práctica de adoración”, y no requiere ninguna actualización. La sunna del Mensajero de Allah ha sido preservada en su totalidad por los eruditos del hadiz y los fuqahá, y el modelo de Madina lo tenemos, un modelo de cómo debe ser una sociedad sana y justa. Porque los mandamientos del Profeta y de su sunna están dirigidos tanto a nosotros hoy como a aquellos que lo acompañaron durante su vida.
‘Umar ibn Abdal-Aziz:
“Quien sigue a la Sunna es guiado y quien busca ayuda mediante ella tendrá la victoria. Pero quien se opone a ella y sigue un camino diferente al de los creyentes, Allah lo entregará (le dejará en manos de) a aquello a lo que se dirige y lo quemará en el Fuego. ¡Qué mal final!”
Le pedimos a Allah que establezca la sunna del Profeta en nosotros y a través de nosotros. Le pedimos que nos dé un conocimiento puro y profundo del din para establecerlo con sabiduría.