Tras ramadan, no os dejéis llevar por la pereza

Alhamdulillah, Al Ghani Al Hamid, el que hace lo que Él Quiere. La obediencia del siervo no le beneficia y la desobediencia no le perjudica, Ensalzado sea.

Le alabamos agradecidos y buscamos su perdón. Nuestras vidas y nuestro sustento están en sus manos y nuestro destino es volver a Él, y doy testimonio de que no hay más dios que Allah, Único, sin parecido, y que Muhammad ﷺ es Su siervo y Mensajero, quien nos dejó clara la distinción entre el mal y el bien.

Así que tened taqwah de Allah, Siervos suyos, y sed firmes en hacer buenas obras, porque las obras más amadas para Allah son las de la persona que se mantiene firme, constante y sólida, aunque esa acción sea pequeña. Y tened cuidado de abandonarlas después de Ramadán porque el siervo desconoce su hora. Y no os descuidéis porque Allah Todopoderoso dijo: «Adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza». Y la certeza aquí es la muerte, no el mes de Shawwal.

Allah, a Quien adoramos en el mes de Ramadán, es el Señor de Ramadán y de todos los meses y tiempos. Él está vivo y no muere, por lo que la señal del éxito es que el siervo no se vuelva perezoso después de Ramadán, y no interrumpa sus actos de adoración y oraciones nocturnas al comienzo del mes de Shawwal. Y un signo de la aceptación de sus obras será que vengan complementadas por otros actos de obediencia. Ibn Rayab dijo: «Quien realiza un acto de obediencia y lo completa, la señal de su aceptación es que lo enlaza a otro acto de obediencia, y la señal de su rechazo es que lo ponga en unión con un acto desobediencia». El bien borra el mal, y el mal arrasa con todo bien y lo elimina.

Nuestro amado profeta ﷺ era perseverante en las obras.

Uno de los signos de la aceptación de la adoración, es la aparición de su beneficio sobre el comportamiento del siervo.

Siervos de Allah, el ayuno y el Corán tienen un efecto en los corazones de los creyentes, y su efecto se manifiesta en la rectitud después de Ramadán, y se manifiesta en el amor a las mezquitas y a la primera fila después de Ramadán.

Dice Allah, alabado sea: «Los creyentes son aquellos que cuando se recuerda a Allah, se les estremece el corazón y que cuando se les recitan Sus signos les aumenta la creencia y en Su Señor se confían». Se os ha recitado todo el Corán, desde la Sura al Baqara hasta la Sura Annas. En Ramadán rezábamos trece rakats cada noche y otros trece en tahayyud. Después pasamos en vigilia la Noche del Decreto ¿Cuál es el efecto de todo esto después de Ramadán? ¿Cómo dejas tu lugar en la mezquita y en la primera fila después de Ramadán? ¿Qué te pasa después de Ramadán? El letargo y la pereza se dividen en dos tipos, normal y patológico. El normal afecta a todas las personas. Se activa y se desactiva, pero se reactiva después de un tiempo, y la pereza enfermiza es la que mata el corazón y lleva a descuidar las obligaciones, como abandonar la oración, abandonar el Corán y alejarse de la rectitud. Sayyiduna Umar Ibn Al-Jattab dijo: «Ciertamente los corazones se activan y se desactivan, así que cuando estén activos aprovechad su actividad ofreciendo obras voluntarias, y si se desactivan, aferraos a las acciones obligatorias».

Entonces, para quienes sientan dejadez y pereza, que tomen como ejemplo a la gente de las primeras generaciones (salaf) y se alejen de los holgazanes.

Musulmán, musulmana, has de saber que la pereza es un signo de hipocresía. Allah Todopoderoso dice: «Los hipócritas pretenden engañar a Allah, pero es Él quien los engaña. Cuando se disponen a hacer el salat, se levantan perezosos y lo hacen para que los demás los vean. Apenas si se acuerdan de Allah». Vacilantes entre lo correcto y lo incorrecto, no están ni con los unos ni con los otros. A quien Allah extravía no encontrarás manera de encaminarlo, y una de las señales de pereza y letargo es que el siervo se vuelve más perezoso en realizar obras voluntarias, sabiendo que con este tipo de obras se suple cualquier deficiencia que pueda haber en las oraciones obligatorias, y a través de ellas se multiplican las buenas obras, se elevan los rangos y se borran las malas acciones, lo que incrementa el amor de Allah por su siervo y la cercanía. En el hadiz Qudsi, Allah dice:

El siervo continúa acercándose a Mí con actos voluntarias hasta que Lo amo, así que si Lo amo Yo soy el oído con el que oye, y la vista con la que ve, y la mano con la que obra, y el pie con el que camina, y si Me pide, Le concedo su plegaria, y si busca refugio en Mí, se lo concedo.

Los actos voluntarios no son solo el salat, sino todo acto de bien fuera de lo obligatorio.

Creyentes, una de las causas del letargo es el abandono de los círculos de conocimiento, que son el combustible del corazón, su alimento y su recarga. Dijo el Profeta ﷺ: «Si pasáis por los jardines del Paraíso, sentaos». Dijeron: «¿Cuáles son los jardines del Paraíso, oh Mensajero de Allah?». Dijo: «Los círculos del dhikr». Y el dhikr aquí es el recuerdo de Allah, y el estudio de la Shariah, y todo lo que beneficia al creyente para la Otra Vida.

También está el engreimiento y la vanidad, que es una enfermedad y una puerta al mal. Bishr ibn al-Hariz dijo: «La autocomplacencia es que engrandezcas tus obras y menosprecies las de los demás». Esta enfermedad tiene un efecto sobre la debilidad en la adoración y en no atender a las palabras de Allah, cuando dijo a los Compañeros: «Y en el día de Hunayn, cuando vuestro elevado número os asombró, pero no os sirvió de nada», lo que es un reproche a los creyentes por su admiración por sí mismos y por su multitud.

Así que tened taqwah de Allah y libraos del letargo y de la pereza, no sigáis los pasos del Shaitán, adorad a vuestro Señor en todos los meses y años, no seáis perezosos después de Ramadán, no abandonéis las casas de Allah después de Ramadán, y temed el día en que volváis a Allah.

Allahumah, acepta nuestras buenas obras, concédenos éxito en seguir la Sunna de nuestro Profeta ﷺ, sálvanos de la pereza, de la avaricia y de los malos estados, levanta tu odio y tu ira contra los despiadados, y apoya a los oprimidos y derrota a los opresores. Amin