La victoria está a favor de la verdad

Bismillahi Rahmani Rahim

¡Musulmanes! Es cierto que Allah ha favorecido unos tiempos y unos lugares de otros. Entre estos los meses sagrados. Dice Allah en el Corán:

El número de meses para Allah es doce, en el Libro de Allah, el día en que creó los cielos y la tierra. De ellos, cuatro son inviolables. (Sura el arrepentimiento: 36).

Los meses sagrados son: Dul qui´dah, Dul hiyya, Muharram y Rayab. Dice Allah:

No seáis injustos con vosotros mismos durante estos meses”.

Ser injusto está prohibido en cualquier tiempo o lugar, pero es más grave cometerlo en estos meses. Ahora estamos en el mes de Muharram, es uno de los meses que Allah ha distinguido más que a otros por una cierta sabiduría.

Entre las virtudes de este mes sagrado, está un día en el que si uno lo ayuna Allah le expía las faltas de un año entero. El día de Ashura tiene innumerables favores y bien. Cuando llegó el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) a Medina y vio a los judíos ayunar el día de ‘Ashura. Dijo: ‘¿Por qué ayunan?’. Respondieron: ‘Es un buen día, es el día en que Allah salvó a los Hijos de Israel de su enemigo (Faraón) y Moisés ayunó ese día’. Entonces él dijo: ‘Moisés pertenece más a nosotros que a vosotros’. Por eso ayunó ese día y le dijo a su gente que ayunara. El ayuno de este día fue obligatorio hasta que se prescribió el mes de Ramadán, luego fue recomendable ayunarlo. Los musulmanes ayunan el día de Ashura porque en él Allah ha salvado a Moisés y a otros profetas y ha inundado a Faraón y los incrédulos que le acompañaban. Nos alegramos por el triunfo de la verdad y el desvanecimiento de la falsedad. Por mucho que dure la falsedad llegará su fin. La batalla entre la falsedad y la verdad siempre acaba con el triunfo de la verdad. Dice Allah en el Corán:

Y di: Ha venido la verdad y la falsedad se ha desvanecido, es cierto que la falsedad se desvanece. (Sura el viaje nocturno: 81).

Entre los relatos mencionados en el Corán, y que contiene varias lecciones y ejemplos, está la historia de Moisés, la paz sea con él, con el tirano Faraón, que gobernó Egipto siendo injusto y altivo, degollando a los niños y dejando vivir a las mujeres hasta que Allah le mandó a Moisés, quien se crío en su palacio en los brazos de su mujer. Cuando Allah quiere un asunto dice sé y es. Así permaneció Moisés como un símbolo de la verdad y del triunfo. Faraón, sin embargo es el ejemplo de los injustos que oprimen a los débiles. Cada tiempo tiene sus faraones y sus injustos, y el final de cada uno de ellos será el mismo que el primer Faraón, así que el triunfo y la victoria es el resultado de la gente de la verdad igual que el profeta Moisés. Por mucho que perdure la oscuridad la luz del día tiene que aparecer. El profeta Moisés la paz sea con él pidió a su Señor siete cosas en una sola vez, dijo: «Señor mío abre mi pecho, haz fácil mi misión, y desata el nudo de mi lengua para que puedan comprender lo que digo y dame alguien de mi familia que me asista a mi hermano Harún para que te glorifiquemos mucho y te recordemos mucho es cierto que Tú nos ves». Moisés pidió ayuda para poder glorificar a Allah y recordarlo, sin embargo no pidió para que triunfe sobre Faraón ya que sabe de antemano que la victoria está a favor de la verdad pero nunca para la falsedad. Su Señor le contestó: tu petición te ha sido concedida, Musa.

Entre las lecciones que aprendemos de la historia de Moisés está que la dulzura y la indulgencia te hacen conseguir lo que no se consigue por la fuerza. Se dice que consigues con la benevolencia lo que no consigues por la fuerza. Cuando Allah mandó a Moisés y Harún les dijo: habladle de manera suave. Tal vez recapacite. Se cuenta que un predicador entró para ver al Ma´mún y le hablo de manera violenta diciéndole: tu eres tirano, eres malo…, le respondió Al- mam´un con benevolencia: Allah ha mandado quien es mejor que tú a alguien más malo que yo y le ordenó que le hable de manera suave, recordándole la historia de Moisés con Faraón. Asimismo, aprendemos de la historia de Moisés la entrega a las órdenes de Allah, creer en el decreto bueno sea o malo y dedicarse a las obligaciones. A pesar de que te parezca sin beneficio o miedoso. Porque Allah ve lo que uno no ve. Se lo ordenó a la madre de Moisés tirar su hijo al río y fue lo que hizo. Allah luego lo protegió. Las olas lo llevaron hasta el palacio de Faraón, el palacio de un hombre que degollaba a los niños, salvo que si Allah protege a alguien con su misericordia no hay quien le haga daño. Lo cogieron con la intención de que les sea un hijo obediente. Al final fue Moisés quien hizo que se acabe su injusticia y su reino. Allah les mostró así que los niños a quienes degollaban son quienes van a dar fin a la tiranía y es este niño quien va a liberar la gente de su maldad.