Secretos del Salat

Musulmanes, hemos celebrado esta semana el aniversario de la noche del Isrá y el Mi’ray, un evento del que hablamos brevemente en el jutba la semana pasada y que nos hace recordar lo muy agradecidos que debemos estar por estar vinculados al Profeta, quien fue honrado por encima de toda la creación, y por la maravillosa bendición y regalo de la oración, pues fue en esa noche de hace 1443 años lunares, 3 años antes de la hiyra, que Allah hizo las cinco oraciones una parte esencial y obligatoria de nuestro din. Y realmente son algo extraordinario, ya que cada oración es una audiencia directa con el Señor de todos los mundos, el Rey del Día de la Retribución, mediante el cual entablamos una conversación íntima con él. El Profeta dijo:

“El musalli (el que está rezando, haciendo el salat) está hablando íntimamente con su Señor”. De tal forma que, a través de la oración, Allah el Todopoderoso invita al humilde siervo a Su presencia y le concede una audiencia, escuchando y respondiendo. En un famoso hadiz, transmitido por Imam Muslim, el Profeta dijo:

“Allah dice: He dividido la oración* entre mi esclavo y Yo en dos mitades, y Mi esclavo tendrá lo que pide. Cuando el esclavo dice: ‘Alabanzas a Allah, el Señor de los mundos’, Allah responde: ‘Mi esclavo me ha elogiado’. Cuando dice: ‘El Misericordioso, el Compasivo’, Allah responde: ‘Mi esclavo me ha glorificado’. Cuando dice: ‘El Rey del Día de la Retribución’, Allah dice: ‘Mi esclavo ha puesto sus asuntos en Mis manos’. Cuando él dice: ‘Solo a Ti te adoramos y solo en Ti buscamos ayuda’, Allah dice: ‘Esto es entre Yo y Mi esclavo, y Mi esclavo tendrá lo que pide’. Cuando él dice: ‘Guíanos por el camino recto, el camino de aquellos a quienes has favorecido, no el de los que son motivo de ira ni el de los extraviados’, Allah dice: ‘Esto es para Mi esclavo y Mi esclavo tendrá lo que pide’”.

*(Se refiere al Fatiha como la oración resaltando así su importancia)

Y en el curso de la oración, Allah se dirige directamente al esclavo y no a través de intermediarios, tal y como se menciona en un hadiz:

“Cuando el esclavo se pone en oración, Allah levanta el velo entre ellos y se dirige a él directamente, mientras que los ángeles que están en los hombros del esclavo hacen la oración con él”. Y en el curso de estas audiencias, Allah nos colma de regalos y recompensas, porque Él es el más generoso de los anfitriones. Muhammad ibn ‘Ali at-Tirmidhi dijo:

“Allah invita a aquellos que afirman su unidad a estas cinco oraciones por Su misericordia hacia ellos, y les agasaja con la mejor hospitalidad, de modo que el esclavo recibe regalos por cada palabra y por cada movimiento”.

Entre los regalos que Allah nos otorga a través de la oración, está el que nos garantiza el Jardín. El Profeta dijo:

“Hay cinco oraciones que Allah ha hecho obligatorias para Sus esclavos. Quienquiera que las haga y no pierda ninguna de ellas restándoles importancia, tiene la Promesa de Allah de que entrará en el Jardín. Pero quien no las haga no tiene ninguna promesa de Allah, si Él quiere lo castigará, y si quiere le concederá la entrada al Jardín”. 

Y dijo en otro hadiz: “La llave del Jardín es la oración”. Sin ella, la puerta queda cerrada.

Otro de los regalos que nos otorga a través de la oración es purificarnos de nuestras malas acciones. El Profeta dijo:

“El ejemplo, la analogía, de las cinco oraciones es la de un caudaloso río de agua dulce que pasa por la puerta de la casa de alguno de vosotros y en el que se sumerge cinco veces al día. ¿Creéis que quedaría algo de suciedad en esa persona? Ellos respondieron: No, no quedaría nada. El Profeta dijo: Las cinco oraciones eliminan las acciones incorrectas de la misma manera que el agua se lleva  la suciedad”.

Y otro regalo es que es la oración es el secreto de nuestro rizq. El Profeta dijo:

“Oh Abu Hurayra, ordena a tu familia que haga el salat, porque si lo haces, Allah te dará provisiones de donde no lo esperas”.

Musulmanes, cada vez que cada uno de nosotros entra en la oración, renovamos nuestra conexión con Allah. La palabra árabe para la oración ‘salat’, deriva de acuerdo con algunos eruditos, de la palabra ‘sila’. Por lo tanto, por medio del salat, nos conectamos de nuevo a la fuente, y nos resintoniza y armoniza nuestro ser interno cuando los problemas y las distracciones nos agotan y nos hacen perder de vista nuestro propósito. Y es por eso que el Profeta llamó a la oración ‘raaha’, ‘descanso’ cuando le decía a Bilal:

“Bilal, tráenos nuestro descanso mediante la oración”. Y es por esto también que, cuando se enfrentaba a dificultades, se refugiaba en la oración. Porque Allah dice:

“Buscad ayuda en la paciencia y la oración”. (2:45)

Pedimos a Allah que acepte nuestro salat y nos conceda concentración y presencia al hacerlo.

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Musulmanes, algunos ulamá han considerado la oración como nuestro propio Laylat al-Mi’ray, porque en el transcurso de ella, cada uno de nosotros emula el viaje del Profeta al viajar a la presencia de Su Señor, llegando, en nuestra sayda, a una estación que es lo más cerca que el ser humano puede llegar a estar de su Señor en esta vida. Abu Hurayra dijo:

“Lo más cerca que puede estar un esclavo de Allah es cuando está en postración, así que haced mucho dua cuando estéis en esa posición”. Si supiéramos lo cerca que estamos de nuestro Creador y ante Quién nos postramos, no querríamos dejar la oración. Esta es la realidad de la oración, el secreto de esa acción que realizamos cinco veces al día. Es un recordatorio, puesto que muy a menudo lo hacemos apresuradamente y sin darle la debida atención.

La realidad de la oración y muchos de sus secretos y regalos están maravillosamente resumidos por el Profeta en un hadiz verdaderamente extraordinario. Dice el Mensajero:

“La oración es el agrado de Allah, el amor de los ángeles y la sunna de los Profetas; la luz de la ma’rifa, la fuente de imaan y la respuesta del dua; la aceptación de las acciones, baraka en la provisión, y descanso para los cuerpos; un arma contra enemigos, la confusión de Shaytan, un intercesor entre el siervo y el ángel de la muerte; una lámpara en la tumba, un lecho suave bajo su costado [en la tumba], una respuesta a Munkar y Nakir, y una barrera entre el siervo y el Fuego; En el Día del Qiyama, la oración será una sombra [que le cubra], una corona sobre su cabeza y ropas para su cuerpo; una fuente de luz que le ilumine, una barrera entre él y el Fuego, y una prueba a favor de los creyentes cuando estén ante su Señor; un gran peso en la balanza, un cruce rápido del sirat y una llave para el Jardín. Y eso se debe a que la oración es glorificación, alabanza, recitación y dua. La mejor de todas las acciones es hacer la oración en su momento”.

No hay ninguna acción en este mundo que contenga tanto, es un tesoro que tenemos con el que nada se puede comparar. Le pedimos a Allah que nos haga constantes y presentes en ella y nos conceda acceso a todos sus secretos.