Alhamdulillah, Quien nos ha prescrito el mes de Ramadán y en él hizo descender el Corán como guía para los hombres y prueba clara de la guía y el discernimiento.
¡Musulmanes!, Allah, Todopoderoso, ha prescrito el ayuno a Sus siervos con un objetivo, que es alcanzar la taqwa. Dice Él, Todopoderoso: «¡Creyentes! Se os ha prescrito el ayuno al igual que se les prescribió a los que os precedieron. ¡Ojalá tengáis temor (de Allah)!». ¡Él, alabado sea, nos ordenó ayunar, ayunamos; nos ordenó romper el ayuno, así que rompemos el ayuno; nos ordenó rezar, rezamos; obedecemos sus órdenes y evitamos sus prohibiciones y nos mantenemos en sus límites. Esto es taqwa.
Antes de Ramadán comemos y bebemos, a lo largo del día y de la noche todo está permitido; ahora se nos prohíbe comer y mantener relaciones sexuales desde el fayr hasta la puesta del sol; entonces, cumplimos y respondemos entregándonos a Allah, el Altísimo. Nadie nos obliga a abstenernos sino por taqwa de Allah.
Siervos suyos, el ayuno tiene un gran impacto en la educación de las almas sobre la honestidad, la buena intención y la sinceridad. Es el único acto de adoración libre de ostentación (riya’).
Dijo el Imam Ibn Al-Yawzi: «Todos los actos de adoración pueden tener ostentación, y son pocos los que se quedan a salvo de ello, a diferencia del ayuno porque el hombre deja su comida, bebida y su deseo por Allah». Dijo el immm Ahmed: «No hay ostentación en el ayuno». Puedes rezar para ser visto por la gente, o dar limosna delante de la gente, a diferencia del ayuno, porque estás solo y tienes comida y bebida en tu casa, puedes comer, nadie te ve, pero lo dejas solamente por Allah, siendo sincero y honesto en lo que está entre Tu Señor y tú.
Por ello, el ayuno es un escudo, una protección entre tú y el Fuego en el Día de la Resurrección, e intercederá por su dueño. Se relató de Abdullah bin ‘Umar, que el Profeta ﷺ dijo: «El ayuno y el Corán intercederán por el siervo en el Día de la Resurrección. Dice el ayuno: “Señor mío, se abstuvo de comer y dejó sus deseos, haz que interceda por él”, y dice el Corán: “lo prive de dormir por la noche haz que interceda por él”, y ellos intercederán».
La sinceridad en el ayuno es que una persona honre la adoración del ayuno rezando por la noche y recitando el Corán, que baje su mirada, y que los demás miembros del cuerpo ayunen igual que lo hacen el estómago y las partes privadas.
El ayuno de los demás miembros se hace con guía (hidaia) y éxito (tawfiq). Dijo el Imam Al-Busairi: «Y cuando la guía llega al corazón, los órganos se activan para adorar».
Musulmanes, ayunad con sinceridad, dice Allah, alabado sea: «Vosotros que creéis, temed a Allah, y sed de los veraces».
¡Creyentes! El mes de ayuno es una oportunidad para quien quiere educarse sobre la obediencia y domar al nafs para ir de la pereza a la seriedad, de la duda a la certeza y del desvío y la abolición a la guía; pues los aliados del nafs son derrotados por el ayuno y el Corán. En Ramadán el shaitan está atado y la puerta del infierno está cerrada, las puerta del bien están abiertas y la puerta del mal está cerrada.
Dijo el Profeta ﷺ: «Cuando la primera noche de Ramadán llega, los demonios y los genios transgresores son encadenados y las puertas del Infierno se cierran y ninguna de ellas se abre. Las puertas del Paraíso se abren y ninguna de ellas se cierra. Un ángel dirá: “Oh, buscador de lo bueno, pasa; Oh, buscador de lo malo, desiste”. Y Allah libera del Fuego a algunas personas, y eso pasa todos los días».
Ten cuidado, oh hombre, que pase Ramadán y no hayas tenido sino hambre y sed en él. Algunas personas duermen en Ramadán durante el día y se quedan despiertas hasta tarde en la noche extraviados. Estos no consiguen sino hambre y sed.
Se relató de Abu Hurairah ‑que Allah esté complacido con él‑ que escuchó al Mensajero de Allah ﷺ decir: «Cuántos rezan por la noche y no consiguen sino insomnio y cuántos ayunantes no consiguen sino sed».
Ramadán es una gran escuela y se ha dicho que «en el examen se honra el hombre o se le humilla». Arremángate entonces, oh hombre, para que estés entre los ganadores y pide a Allah que te proteja de aquellos que perecen en Ramadán. Sé uno de los que son guiados en Ramadán. Dedica tiempo a recitar el Corán y reflexiona sobre el Corán mientras estás en el mes del Corán. Los salihin solían dedicarse a recitar el Corán en Ramadán, recitándolo por completo varias veces. En cada letra del Corán hay diez hassanat. Dijo el Profeta ﷺ: «No digo que Alif Lam mim sea una letra, sino que Alif es una letra, y Mim es una letra», lo que significa que si recitas Alif Lam mim, recibirás treinta hassanat.
Honra al libro de Allah recitándolo, entendiéndolo y memorizándolo y quien sea reverente con las cosas inviolables de Allah, será mejor para él ante su Señor
Allahumma, une nuestra palabra, reúnenos en torno al bien, purifica nuestros corazones de todo mal, acepta nuestras oraciones y ayunos y recógenos en el grupo de la mejor de las personas, el Profeta Muhammad ﷺ, y que Allah tenga misericordia de aquel que diga amin.