Creer en el Decreto, sea bueno o malo

Alhamdulillah, el Altísimo, el Sabio, Quien elevó los cielos sin soporte, Quien ordena todas las cosas con Su sabiduría y Quien administra todos los asuntos con Su misericordia. Él da a quien quiere y priva a quien quiere.

A Él no se le pedirán explicaciones de lo que hace, pero ellos sí serán preguntados.

Doy testimonio de que no hay más dios que Allah, Único, sin asociado, y que Muhammad es Su siervo y Mensajero, sallallahu alaihi wa salam, y Paz y bendiciones sobre su familia y todos sus compañeros.

¡Musulmanes!, tened taqwah de Allah Todopoderoso en todas las circunstancias y en cualquier momento y lugar.

Sabed que creer en el qadar (Decreto), sea bueno o malo, no es una simple afirmación, sino una forma de vida que enseña al musulmán a ver los sucesos con certeza (yaqin), satisfacción, aceptación y sumisión al decreto y destino de Allah, para que el creyente no se llene de orgullo por las bendiciones, y encuentre paz en su corazón cuando le ocurran las aflicciones.

Teniendo esta certeza, su creencia queda firme, por consiguiente, ni la calamidad ni la facilidad le afectan. Allah Todopoderoso dice: «No hay nada que ocurra en la tierra o en vosotros mismos, sin que esté en un libro antes de que lo hayamos causado. Eso es fácil para Allah».

¡Creyentes! Creer en el qadar es uno de los pilares del Imān. No se completa la creencia sin ello, y es parte indivisible de ella. A través de este pilar, la creencia del musulmán se mantiene firme, y hace que se someta a lo que Allah ha decretado a su favor o en su contra. Dunia es un lugar de pruebas y tribulaciones, quien es paciente, busca la recompensa de Allah y se entrega a Su decreto y destino ha probado la dulzura del İmān y se ha dado cuenta de la esencia de Dunia.

Allah Todopoderoso dice en la Sura Al-Insan: «Ciertamente hemos creado la al hombre a partir de una gota de esperma eyaculada, como una prueba para él, y lo hicimos con capacidad de ver y oír». Y en otra aleya: «¿Acaso los hombres piensan con que se les va a dejar decir: creemos y no van a ser puestos a prueba?». Por lo tanto, lo que nos falta es comprender y reflexionar sobre el Corán, prestar atención a sus enseñanzas y aferrarnos a él durante las pruebas y adversidades, tanto en tiempos de facilidad como en dificultad.

Se ha narrado en el hadiz de Yibril, la paz sea con él, cuando se le preguntó al Profeta, sallallahu alaihi wa salam: «Háblame del İmān», dijo: «Es creer en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros, en Sus mensajeros, en el Último Día y en el Decreto, sea bueno o malo».

De esta forma, tu creencia no es válida a menos que incluya todos estos pilares.

Las personas con un İmān más fuerte son las que sufren las pruebas más duras. Se le preguntó al Profeta, sallallahu alaihi wa salam: «Oh Mensajero de Allah, ¿cuáles son las personas más sometidas a pruebas en este mundo?». Él respondió: «Los Profetas, y luego quienes son similares a ellos (es decir, los más compasivos y temerosos de Dios)». Un hombre será probado de acuerdo con su compasión y a su creencia. Si el individuo tiene una creencia fuerte será probado de manera intensa, y si la creencia del hombre es débil, será probado en su justa medida. Si estudiamos la vida de los profetas y mensajeros, y las vidas de los compañeros y los salihin, descubriremos que la mayoría de ellos tuvieron grandes pruebas.

Al-Hasan al-Basri dijo: «Creer en el qadar es creer firmemente que todo está en manos de Allah». Es un pilar fundamental del İmān, que se manifiesta mediante la firmeza en la verdad y teniendo la certeza de que lo que te ha fallado (lo que perdiste o no lograste) no estaba destinado a sucederte. Y lo que te ha alcanzado (sea bueno o malo) no estaba escrito que no te sucediera.

El murīd ha de recordarse a sí mimo siempre las palabras de Allah Todopoderoso: «Pero puede que os disguste algo que sea un bien para vosotros y que améis algo que es un mal. Allah sabe y vosotros no sabéis». (2:216)

Has de saber que el bien puede estar oculto en las dificultades, pero no lo ves por tu incapacidad de entender el Decreto, y lo que percibes como bueno puede contener un mal, pero no puedes verlo tampoco. Para la gente de tasawwuf, renunciar a la planificación y al control es un signo de confianza absoluta en Allah, Todopoderoso, sumisión a Su decreto y destino, y no preocuparse por el futuro, porque el futuro está en manos de Allah. Quien se preocupa por gestionar y controlar el futuro solo se complica las cosas. Dijo Ibn Ata’iLah: «Deshazte de la pesada carga de gobernarte a ti mismo: lo que otro hace por ti, no tienes que hacerlo tú». El Imam al-Shadhili dijo: «Si planificar es inevitable, entonces no planifiques». Y en la sumisión al destino reside la dulzura de la creencia. El Profeta, sallallahu alaihi wa salam, dijo: «Quien está contento con Allah como su Señor, con el Islam como su din y con Muhammad, sallallahu alaihi wa salam, como su Profeta, ha probado la dulzura del imān».

Allahumah, concédenos felicidad en ambos mundos y líbranos del mal de ambos mundos. Fortalece nuestro İmān, concédenos paciencia en tiempos difíciles y sé nuestro protector y ayudante. Allahumah, protege a nuestro emir y a nuestra comunidad y danos el mejor decreto a todos. Allahumah, lleva la tranquilidad al corazón de los oprimidos y la completa certeza en la perfección de tu Justicia. Amin.