Alhamdulillah, Quien prometió el Yannah a aquellos y aquellas que lo recuerdan e hizo que sus balanzas estén cargadas de buenas obras; y reemplazó sus malas acciones por las buenas. Doy testimonio de que no hay dios, sino Allah, sin parecido; y doy testimonio de que Muhammad es su siervo, al mustafá y su Profeta Al-Muytaba y su Mensajero, Al-Murtada, ﷺ y paz y bendiciones sobre sus esposas y sus descendientes hasta el Día del Juicio.
Musulmanes, dice Allah, Todopoderoso: «Es cierto que en la creación de los cielos y la tierra y en la sucesión del día y la noche, hay signos para los que saben reconocer la esencia de las cosas. Los que recuerdan a Allah de pie, sentados y acostados y reflexionan sobre la creación de los cielos y la tierra: ¡Señor nuestro! No creaste todo esto en vano. ¡Gloria a Ti! Presérvanos del castigo del Fuego». En esta aleya, Allah, Todopoderoso, describió a quienes recuerdan a Allah como uqalá’ (cuerdos).
Los dhakirin son aquellos que recuerdan a Allah en todas las circunstancias con el corazón y la lengua, sentados, de pie y acostados. Contemplan el Reino de Allah y Su libro visible, que es el universo, sus tierras, los mares, los planetas y todas las criaturas, y sacan conclusiones de la contemplación (tafakkur) la grandeza del Creador, Exaltado Sea, diciendo: «No creaste esto en vano, Gloria a Ti».
Quien recuerda a Allah tanto en sus movimientos como en su quietud, consigue una de las descripciones de los ángeles cercanos a Allah. Allah dice: «Glorifican día y noche sin decaer». No se cansan nunca de recordar al Todopoderoso. Allah, el Altísimo, ha prescrito el recuerdo a Sus fieles siervos en todas las circunstancias. Ante cualquier obstáculo que se le presenta al hombre, hay un recuerdo que lo alivia. Esta fue la culminación de la Sunnah purificada del Profeta ﷺ. Nuestro Profeta ﷺ promulgó una sunnah especial al entrar y salir de la casa, y al comer y beber, e incluso durante la intimidad, hay un dhikr especial: Allahumah, protégenos del Shaytan y aléjalo de cuanto nos provees. Todo esto es para que la conexión del siervo con su Señor sea continua y no caiga en el olvido ni un segundo.
A través del dhikr los corazones reviven y se refrescan, en el recuerdo de Allah los corazones encuentran la paz. Cuando los corazones abandonaron el dhikr, sus cuerpos se convierten en tumbas, mientras que con el recuerdo de Allah, los corazones se ablandan. Allah, Todopoderoso, dijo: «Allah ha hecho descender el más hermoso de los relatos: Un libro homogéneo, reiterativo. A los que temen a su Señor les eriza la piel y sus corazones se enternecen con el recuerdo de Allah. Esa es la guía de Allah con la que Él guía a quien quiere. Aquel a quien Allah extravía no habrá quien lo guíe».
El Mensajero de Allah ﷺ dijo: «En verdad, estos corazones se oxidan al igual que se oxida el hierro». Dijeron: «¿Cuál es su desoxidante?». Dijo: «Recitar el Corán [y en otro hadiz: buscar el perdón (istighfar)]. También: recordar la muerte». Uno de los ‘arifin dijo: «el recuerdo para el corazón es como la comida para el cuerpo. Así como se altera el gusto en la enfermedad, el corazón no encuentra la dulzura del recuerdo estando sumergido en el amor al Dunia». Allah, Todopoderoso, ordenó hacer mucho dhikr, en el Corán. Dijo: «¡Vosotros que creéis! Recordad a Allah invocándolo mucho. Y glorificadlo mañana y tarde».
Y con el dhikr pesan más las balanzas. «Aquellos cuyas balanzas son pesadas son los que tienen éxito». El Mensajero de Allah ﷺ dijo: «Hay dos palabras ligeras en la lengua, amadas por el Misericordioso y pesadas en la balanza: SubhanaLah wa bihamdihi, SubhanaLahi-l Adim», y con el recuerdo de Allah, se alivian las angustias y se despejan las crisis. Ibn al-Qayyim, que Allah tenga misericordia de él, dijo: «El mejor dhikr es aquello en lo que el corazón y la lengua están de acuerdo». Después, el dhikr del corazón solo es mejor que el dhikr de la lengua sola, porque el dhikr del corazón produce conocimiento, enciende el amor, despierta la modestia, inspira miedo, exige vigilancia y disuade la flojera en la adoración y la tolerancia de los pecados y las malas acciones.
Maimun bin Mihran dijo: «El recuerdo son dos, el recuerdo de Allah con la lengua y mejor que eso es recordarlo cuando quieras cometer un error». Es decir, que tu taqwah te impida caer en ello. En una ocasión, un hombre le pidió al Profeta ﷺ un consejo al que aferrarse. El Mensajero ﷺ le contestó: «Que tu lengua permanezca fresca con el recuerdo de Allah».
Uno de sus beneficios es que quien hace dhikr, Allah lo recuerda. Dice el Todopoderoso: «Así pues, recordadme que Yo os recordaré; y agradecedme y no seáis ingratos conmigo». De igual modo, uno de los beneficios del dhikr es estar entre aquellos que disfrutan de la sombra del Trono del Rahman cuando el sol llegue a las cabezas de las personas en el Día del Juicio. Como lo definió el Profeta, ﷺ: «Un hombre que recordó a Allah en secreto, y sus ojos se llenaron de lágrimas».
Creyentes, para que el recuerdo sea eficiente en la vida y en el carácter (ajlaq)de quien recuerda y aumente su imam, se requieren unos requisitos como son la continuidad, es decir, hacer el dhikr en casa y en los viajes, en las buenas y en las malas, y creer que Allah vence el mal a través del recuerdo y trae el bien a través de ello; que la persona que recuerda no se canse de recordar a su Creador con todo tipo de dhikr, como la recitación del Corán y los wirds, individualmente y en grupo.
Allah, Todopoderoso, ha advertido a quienes no lo recuerdan sobre las consecuencias en este mundo y en el más allá, dijo: «Pero quien se aparte de Mi recuerdo… Es cierto que tendrá una vida mísera y el Día del Levantamiento le haremos comparecer ciego. Dirá: Señor mío: ¿Por qué me has hecho comparecer ciego, si antes podía ver? Dirá: Del mismo modo que cuando te llegaron Nuestros signos los olvidaste, así hoy eres tú olvidado».
Ibn al-Qayyim, que Allah tenga misericordia de él, dijo: «Quien se aleja del recuerdo de Aquel que Él reveló, experimentará angustia en el pecho, estrechez en la vida, miedo en exceso, avaricia y cansancio por el Dunia, y lamento si la consigue o si la pierde».
Allahumah, no hagas del mundo nuestra mayor preocupación, ni la meta de nuestro deseo, ni nuestro destino, y haznos estar entre los que recuerdan y con los que recuerdan, y protégenos de los imprudentes, y haznos recordar lo que olvidamos, y enséñanos lo que ignoramos, y concédenos recitar el Corán, su dulzura y su intercesión, noche y día.
Allahumah, haz que la vida sea un aumento para nosotros en toda bondad, y la muerte un alivio para nosotros de todo mal, y concede la victoria a nuestros hermanos, oprimidos contra sus opresores, y derrótalos, y a los agresores en todas partes, y ten piedad de nuestros mártires, y cura a nuestros enfermos, y haz que lo último que pronunciemos sea la ilaha illa Allah, Muhammadun Rasulullah.
Por ello vivimos, sobre ello morimos y con ello nos encontramos con Allah. Amin.