El Hayy

Musulmanes, tened taqwa de Allah y sed agradecidos por aquello que Él ha prescrito para vosotros. Sabed que nos encontramos en la mitad del mes de Dhul-Qui’dah, el cual es uno de los meses del Hayy, y a partir del cual se puede entrar en estado de ihram y empiezan los ritos de la peregrinación. Dice Allah: “La Peregrinación debe hacerse dentro de meses determinados”. (Baqara, 197)

Todo acto de adoración prescrito por Allah contiene una gran sabiduría (hikma), pues purifica y subyuga al nafs, y lo purga de sus vicios y de la esclavitud a los apetitos. Y cada acto obligatorio en el islam es una prueba para la creencia del musulmán. Allah ha hecho obligatorio el Hayy, la peregrinación a Su Casa, una vez en la vida, para el que tenga la capacidad, siendo una de los cinco pilares del islam, como indica el Mensajero en el hadiz (“Se ha construido el islam sobre cinco pilares…”). 

El Hayy es la mayor y más importante congregación de los musulmanes. Se reúnen musulmanes de todas partes del mundo en el mismo lugar alabando a Allah, declarando Su unicidad y respondiendo a Su llamada, elevando las manos en humildad, buscando Su perdón y Su complacencia. 

Cuando el musulmán cumple con este rito, se da cuenta de la grandeza de Allah, a Quien se le adora en todos los lugares y en todas las lenguas. 

Cada movimiento y cada parada en el Hayy tiene un secreto enorme que comprende quien es sincero en su intención por Allah. Los ritos del Hayy, tanto verbales como físicos, contienen secretos y una finalidad, prescritos para la adoración de Allah y la veneración de Sus ritos. Tras adoptar el ihram, lo primero que se hace es comenzar a repetir la talbiya (“A Tu servicio, o Allah, a Tu servicio”). Es el principio de la respuesta a Allah, y es el colmen de la obediencia, y el cumplimiento del contrato con el que el musulmán se ha comprometido. A todo peregrino se le llena el corazón de felicidad al llamar a Su Señor con un corazón sincero y plena aceptación, cuyos signos se muestran en el rostro; y sus palabras y acciones son prueba de ello. ¿Cómo no va a ser así, cuando ha soportado la dificultad del viaje por Allah, dejando atrás la familia, el hogar y las posesiones buscando la complacencia de Allah? 

Verdaderamente el Hayy tiene maravillosos secretos, mucha sabiduría, bendiciones y beneficios que afectan tanto a los individuos como a la Ummah en general. Allah ha concedido al Hayy algo especial, que no tienen ni el salat ni el zakat, y es que este acto borra tanto las grandes como las pequeñas malas acciones. Dijo el Profeta: “Quien haga el Hayy, y se abstenga del trato sexual y de transgredir, se desprenderá de sus faltas, quedando como el día en que nació”. 

Esto es una prueba de la bendición del Hayy y su recompensa, pues quien lo hace vuelve libre de malas acciones y purificado, como un recién nacido, a condición de haberse abstenido de cualquier trato sexual, el acto y todo lo que le precede tanto verbal como físico, y abstenerse de actos de desobediencia, entre los que se incluyen las restricciones por el estado de ihram. 

Todo aquel que quiera realizar el Hayy debe saber sus partes obligatorias, sus sunan (“sunnas”) y sus aspectos recomendados, e igualmente debe aprender lo que está prohibido durante el mismo. 

Es obligatorio asegurarse cuidar de cumplir con todo aquello que causa el perdón de Allah, actuando correctamente, evitando contacto sexual, transgresión y disputas, y actos de desobediencia que en nuestro tiempo se llevan a cabo muy livianamente. Actos que están prohibidos siempre, pero Allah enfatiza su prohibición por el rango del lugar y el tiempo del Hayy. 

Entre los secretos y la sabiduría del Hayy está que es la realización del estado de esclavitud del siervo respecto a Allah, puesto que la perfección de las criaturas reside en su esclavitud a su Señor: en la medida que aumenta la realización de esclavitud a Allah, crece la perfección y plenitud del ser humano y se eleva su rango. 

En el Hayy se evidencia esto de la manera más clara, ya que en el Hayy el siervo se muestra humilde y sumiso ante Allah. El peregrino abandona los deseos de este mundo y se dirige hacia a Allah, dejando su familia y hogar, despojándose de sus ropas, realizando los ritos del Hayy, deseando la misericordia de Allah y temiendo Su castigo.

Durante todos los días del Hayy se recita la talbiya diciendo: “A Tu servicio o Allah, a Tu servicio. No tienes asociado, a Tu servicio”. Lo que esto realmente significa es: “Me someto a Ti, obedezco Tus mandatos, y asumo las responsabilidades que me has encargado, por obedecimiento, sometido, sin coerción ni aprensión”. 

La talbiya es recuerdo de Allah, y el dhikr es el mayor propósito de la adoración, y todos los actos de adoración tienen ese propósito, y los que logran cercanía a Allah lo hacen mediante Su recuerdo. El tawaf alrededor de la Casa de Allah, caminar entre Safa y Marwa y el apedreamiento no se han prescrito más que para que recordar a Allah. Dice Allah: “Para que den testimonio de los beneficios que han recibido y mencionen el nombre de Allah en días determinados”. (22:28)

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El Hayy es una gran oportunidad de acercamiento a Allah mediante numerosas acciones, y un medio para desprenderse de malas acciones, y de elevar nuestro rango. El Hayy abole todo lo que le precede. ‘Amr ibn al-‘Aas dijo: “Cuando Allah infundió el islam en mi corazón, me dirigí al Profeta y le dije, ‘dame la mano para que te dé el baya’h’. Él extendió su mano y la tomé. Me dijo, ‘¿qué te ocurre o ‘Amr?’ Respondí: ‘Quiero poner una condición’. ‘¿Qué condición quieres poner?’ Dije: ‘Que se me perdone (ser perdonado)’. El Profeta dijo: ¿Acaso no sabes que aceptar el islam borra todo lo anterior, que la hiyra borra todo lo anterior, y que el Hayy borra todo lo que le precede?.

Y dijo el Profeta también: “Todas las malas aciones realizadas entre una primera ‘Umrah y una segunda se borran. Y el Hayy aceptado no tiene otra recompensa que el Jardín”. 

En Hayy te recuerda a la otra vida. El peregrino lleva a cabo todo aquello que se le hará cuando muera: se da un ghusul como al difunto, se pone el ihram como el sudario, y reza dos raka’ts que recuerdan al salat del Yanaza, ‘arafah recuerda al Último Día en el que verás millones de personas vestidos con la misma ropa, a pesar de sus distintos idiomas y colores, los une la declaración de unicidad de Allah. No hay diferencia entre los pobres y los ricos, entre reyes y súbditos, más que por el temor de Allah. 

O Allah te pedimos que nos permitas hacer el Hayy a Tu casa con seguridad y paz y que protejas a los peregrinos de todo mal.