Esperanza en Allah

Musulmanes, si nos fijamos en qué está pasando en el mundo hoy en día, podremos ver niveles perturbadores de desigualdad, injusticia manifiesta por la cual ciertos segmentos de la sociedad se ven oprimidos mientras otros roban impunemente, un sistema financiero basado en una codicia voraz que arrasa con la riqueza y recursos de este mundo, creando economías precarias en las que la deuda se ha convertido en la regla y no en la excepción.

Como musulmanes, también es frecuente encontrarnos con un mundo donde el Islam se presenta como una amenaza y se asocia a actos terroristas cometidos por dementes desviados.

Puede parecer un lúgubre y desolador panorama, donde renunciar a la esperanza, sucumbir a la desesperación, y aceptar lo que parece inevitable es la elección de muchos.

Dice Allah: “La corrupción se ha hecho patente en la tierra y en el mar a causa de lo que las manos de los hombres han adquirido”. (30:41)

En nuestros tiempos de corrupción y contaminación esto es evidente, pero no significa que lo debamos aceptar de buen grado y no hagamos nada al respecto. La aleya continúa diciendo: “Para hacerles probar parte de lo que hicieron y para que puedan echarse atrás”.

La esperanza es una característica esencial del mu’min y la desesperación y el fatalismo no tienen lugar en el corazón del creyente, porque son signos de un corazón que no confía en Allah, y no confía en Su promesa de que traerá un resultado positivo. Allah dice: “Sólo desespera de la misericordia de Allah la gente que se niega a creer”. (12:87) Su consuelo y Su ayuda llegarán, pero no si abandonamos toda esperanza, porque la desesperación socava nuestra voluntad y capacidad de actuar. El Mensajero de Allah calificó la desesperación como una de las peores faltas junto al shirk. Ibn Abbas narró que un hombre vino al Mensajero y le preguntó cuáles eran las principales acciones equivocadas (al-kaba’ir) y el Profeta respondió:

“Asociar a otros con Allah, perder la esperanza en el consuelo/alivio proveniente de Allah y desesperar de la misericordia de Allah”. Menciona la desesperación dos veces, enfatizando cuán destructiva y terrible es para el ser humano. Es únicamente Allah quien otorga la apertura en toda dificultad, y quien no tiene esperanza en Él no obtiene apertura. Quien adopta una posición fatalista y se queja de su situación y declara que estamos perdidos, es el más perdido de todos. El Mensajero de Allah dijo: “Si un hombre dice: ‘La gente está perdida/destruida’, él es el más perdido de todos”. Pero el que tiene grandes expectativas de Allah, no hay límite en lo que puede lograr, ya que la misericordia y generosidad de Allah no tienen límites. Allah dice:“A Allah pertenecen los tesoros de los cielos y de la tierra”. (63:7) Y dice también: “A Allah pertenece el resultado de los asuntos”. (22:41)

Y Él otorga esos tesoros y reserva el mejor de esos resultados para aquellos que depositan su confianza en Él y esperan lo mejor. Allah dice en un hadiz qudsi:

“Soy de acuerdo a la opinión que Mi esclavo tiene de Mí. Si piensa bien, entonces tendrá eso, y si piensa mal, entonces es lo que tendrá”.

Tener buena opinión de Allah significa tener una gran aspiración, creer que lo que ha decretado para cada uno de nosotros conduce al éxito en este mundo y en el próximo. Hay un maravilloso ejemplo de esto en la Sirah de nuestro noble Mensajero. Hubo un momento en que los enemigos del Islam se aliaron para atacar al Profeta en Medina, para lo que reunieron un ejército de al menos diez mil hombres y sitiaron la ciudad. En respuesta, los musulmanes, que contaban con menos de un tercio que sus enemigos, cavaron una trinchera para proteger la ciudad. Este asedio continuó durante casi un mes y las reservas de alimentos de los musulmanes se estaban agotando. En esta situación, el Profeta cogió un pico para ayudar a romper una piedra en particular que impedía la excavación, y al golpearla dijo:

“Allah es grande. Me han dado las llaves de Persia y las llaves del imperio bizantino”.

Los hipócritas al oír esto se rieron entre ellos y se dijeron unos a otros: “¡Ja! Ninguno de nosotros puede ni siquiera salir a ir al baño y, sin embargo, este hombre nos está diciendo que conquistaremos los reinos de Cosroes y César”. Sus ambiciones se limitaron a vaciar sus entrañas y mirad dónde terminaron, mientras que las expectativas de nuestro Mensajero iban mucho más allá de la situación en cuestión y estaban directamente ligadas a la promesa de Allah con absoluta confianza. Y eso significó no solo la victoria de esa batalla, sino también la victoria sobre todas las tierras y los imperios circundantes. Y esa promesa sí se cumplió.

Musulmanes, respecto a las altas expectativas y aspiraciones, el Profeta dijo: “Cuando le pidáis a Allah, pedidle el Firdaws”. Es decir, lo mejor y los más elevado. Ibn al-Qayyim dijo:

“Los seres nobles solo se contentan con lo más elevado y lo mejor, aquello cuyo resultado es más loable, mientras que los seres bajos se agrupan alrededor de lo que es bajo e indigno y se asientan en ello como moscas en la basura y la suciedad”.

Si nuestras expectativas y aspiraciones son bajas, así será nuestra vida y todo lo que hay en ella, y eso se aplica a este mundo y al próximo. En una época de mediocridad donde el rasante es el mínimo común denominador, tenemos que tener esto en especial consideración y evitarlo consciente y activamente. Sayyiduna Umar, que Allah esté complacido con él, dijo: “No tengáis aspiraciones pequeñas, pues no veo nada que impida más las cosas buenas que tener bajas aspiraciones”.

La esperanza nunca debe disminuir por la dificultad, sino que es a lo que debemos acudir para superarla. Es el refugio de los indefensos, es el arma de los oprimidos y todos debemos albergar la esperanza en Allah.

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Musulmanes, hemos dicho que no hay ninguna situación a la que nos enfrentemos, por muy difícil o desoladora que sea, realmente desesperanzadora. Siempre hay una salida, incluso si somos incapaces de verla al principio. También cuando la desolación que encontramos no es nuestra situación o circunstancias, sino en nuestro interior. No importa cuánto nos alejemos del camino, ni cuántas faltas cometamos, siempre hay esperanza pues la misericordia de Allah lo abarca todo. Allah dice:

“Di: ¡Siervos míos que os habéis excedido en contra de vosotros mismos, no desesperéis de la misericordia de Allah, es verdad que Allah perdona todas las faltas, pues Él es el Perdonador, el Compasivo!».

Corán, 39:53

Y dice Allah en un hadiz qudsi:

“Oh hijo de Adam, mientras me llames y pongas tu esperanza en Mí, te perdonaré todo lo que has hecho sin importarme. Oh hijo de Adam, incluso si tus acciones equivocadas se hubieran acumulado tan altas como las nubes, si me pidieras perdón, te perdonaría. Oh hijo de Adam, si vinieras a Mí con un recipiente del tamaño de la tierra lleno de acciones equivocadas, y luego te reunieses conmigo sin asociarme a ningún otro, vendría a ti con un recipiente del mismo tamaño lleno de perdón”.

Tened grandes esperanzas de Allah y pedidle perdón con certeza y anticipación de que Él os lo concederá. Si hacemos esto no solo borrará nuestras acciones incorrectas, sino que Allah nos dará apertura y facilidad. El Profeta dijo:

“Si eres constante en buscar el perdón de Allah, Él te dará alivio de cada preocupación, una apertura en cada situación y provisión desde donde menos lo esperas”. No debemos caer en la trampa de usar nuestra propia incapacidad como una excusa, ni considerar nuestras equivocaciones como acciones irredimibles, pues Allah ha perdonado y guiado a gente cuyas acciones han sido peores de las que nos podemos imaginar.

Debemos tener una alta opinión de nuestro Señor, de Su perdón y Su misericordia, aceptando nuestro destino que está en Sus manos y pidiéndole que nos guíe hacia lo mejor, aquello que más le complace.

Le pedimos a Allah que nos conceda una alta opinión de Él. Le pedimos que nos dé esperanza y proteja nuestros corazones de la desesperación. Le pedimos que perdone nuestras faltas y nos conceda apertura en nuestras dificultades.

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