La visita al Profeta (SAWS)

Musulmanes, el Hayy está llegando a su fin, los últimos huyyay, los que han permanecido en Mina tres días, han apedreado los yamarat por última vez y se disponen a hacer sus maletas para y dirigirse a Madina al-Munawara en los próximos días, la ciudad del Profeta, para visitar al Mensajero de Allah. Aunque esta etapa del viaje, esta visita a la tumba del Mensajero de Allah, no es, estrictamente hablando, uno de los ritos del Hayy, es una parte del viaje que ningún musulmán debe perderse y es considerado por el iyma’ de los ‘ulamá como muy recomendable. Qadi ‘Iyad dice en su libro As-Shifa:

“Visitar la tumba del Profeta es una sunna de los musulmanes en la que hay acuerdo entre los úlamá. Es una virtud (birr) que se fomenta (a la que se anima)”. Y el Imam an-Nawawi dijo:

“Sabed que todo aquel que haga el Hayy debe ir a visitar al Mensajero de Allah, independientemente de si está en su camino o no, porque visitarlo es uno de los medios más importantes para acercarse a Allah, uno de los esfuerzos más rentables que se pueden llevar a cabo y es una de las mejores cosas que se pueden pedir”.

Hay quien resta importancia a esta visita al Mensajero de Allah y solo lo considera permisible si tu intención principal es rezar en la mezquita del Mensajero de Allah, no visitar su tumba. Sin embargo, todos los musulmanes sinceros, desde la época de los Compañeros, han ido a Medina sin más motivo que visitar a su amado profeta. Cuando el Profeta murió, Bilal se sintió obligado a abandonar la ciudad del Profeta porque todo allí le recordaba la ausencia de su amado y vivió durante muchos años en Siria, participando en muchas batallas y durante ese tiempo nunca regresó a Madina. Entonces, una noche, vio al Profeta en un sueño y le dijo: “¿A qué se debe este distanciamiento, Bilal? ¿No ha llegado el momento de que vengas a visitarme?” Tan pronto como despertó, Bilal reunió sus cosas y emprendió el viaje hacia Medina, dirigiéndose directamente a la tumba del Mensajero de Allah.

Y qué creyente y amante sincero podría negarse a hacer tal visita cuando el Profeta dijo:

“Si alguien me visita después de mi muerte, será como si me hubiera visitado durante mi vida”. Y también dijo en un hadiz narrado por Ibn Umar:

“Si haces el Hayy y me visitas después de mi muerte, será como si me hubieras visitado en mi vida y hubieras estado en mi compañía”. Por lo tanto, cualquier visita al Profeta, especialmente las realizadas en el transcurso del Hayy, es como visitarlo durante su vida y estar en su presencia, y ¿qué musulmán sincero dejaría pasar esa oportunidad? Para muchos musulmanes, tal oportunidad solo se presenta una o dos veces en la vida, entonces ¿cómo puede alguien decir que no está permitido viajar con el expreso propósito de visitar la tumba del Mensajero de Allah? No hay argumento puesto que incluso se nos anima a visitar las tumbas de los musulmanes en general, porque el Profeta dijo:

“Solía prohibiros visitar las tumbas, pero ahora debéis visitarlas porque os recuerdan la otra vida”. Y él mismo visitaba regularmente las tumbas de sus Compañeros en el Baqi’, así que ¿cómo podría no ser así con el tumba de lo mejor de la creación?

Entre los beneficios que tiene visitar al Profeta es que cuando lo saludas, él te devuelve el saludo. El Profeta dijo:

“No hay nadie que me salude junto a mi tumba excepto que Allah me devuelve mi ruh para que pueda devolverle su saludo”. La recompensa por visitar al Profeta equivale a completar un segundo Hayy. El Profeta dijo:

“Quien vaya al Hayy a Meca y luego venga a visitarme a mi mezquita se le escribirán dos Hayys aceptados”.

El Profeta prometió interceder y dar testimonio en nombre de todos los que lo visitan en su tumba. El Profeta dijo:

“Mi intercesión es obligatoria para todos los que visitan mi tumba”. Por otro lado, no visitarle equivale a una enorme falta de cortesía. El Profeta dijo:

“Quien hace el Hayy y no me visita, me ha evitado / se ha alejado de mí”.

Pedimos a Allah que bendiga a los huyyay y que nos permita ir a Su Casa y nos conceda la oportunidad de visitar la tumba del Profeta.

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Allah dice en Su Noble Libro: “¡Vosotros que creéis! Tened taqwa de Allah y buscad la wasila / el medio de acercarse a Él”.

Todo aquel que visita al Mensajero de Allah debe saber que hay una serie de adabs que deben seguir, como nos han transmitido todos los grandes hombres de Allah. En primer lugar, debes comenzar a decir salawat sobre el Profeta tan pronto como comiences a dirigirte en dirección a Madina hasta entrar en la ciudad, cuando se debe saludar al Mensajero de Allah y hacer dua para obtener todo el beneficio de la visita. Una dua particular recomendado por Imam an-Nawawi es decir:

“Oh Allah, ábreme las puertas de Tu misericordia y dame por la visita a la tumba de Tu Profeta lo que le diste a Tus awliya y a la gente de obediencia. Perdóname y ten misericordia conmigo, oh Tú, que eres el mejor a quien se pide”. Entonces te diriges directamente a la mezquita del Profeta o tan pronto como puedas, porque él es tu anfitrión y lo primero que un invitado debe hacer es saludar a su anfitrión. Ibn Habib dijo, como recoge Qadi ‘Iyad:

“Cuando entres en la mezquita del Profeta, di:

“En el nombre de Allah y la paz sea con el Mensajero de Allah. La paz sea con nosotros de nuestro Señor. Allah y Sus ángeles bendicen a Muhammad. ¡Oh Allah, perdónanos nuestras acciones incorrectas y ábrenos las puertas de Tu misericordia y Tu Jardín y libéranos de shaytán el maldito!”

Entonces debes ir al Rawda, que es esa parte de la mezquita entre la tumba y el mimbar y hacer dos rak’ats. El Profeta dijo:

“El área entre mi tumba y el mimbar es uno de los prados (rawdas) del Jardín. Mi mimbar está en uno de los jardines elevados del paraíso”. A continuación te debes parar frente a la tumba con humildad y respeto, dirigirle el Salam y pedir bendiciones por él. Luego se saluda a Abu Bakr y ‘Umar y se hace duas. Se debe hacer muchas oraciones en la mezquita del Profeta, día y noche. No olvides ir a la mezquita de Quba’ y a las tumbas de los shuhadá”. Fin de la cita de Ibn Habib.

Cuando te encuentres ante la tumba del Mensajero de Allah no se debe alzar la voz. En su Shifa, Qadi ‘Iyad narra que Abu Ja’far, el emir al-muminin, estaba discutiendo con Imam Malik en la mezquita del Profeta, hasta que Malik dijo:
“Amir al-Mu’minin, no levantes la voz en esta mezquita. Allah enseñó a la gente a comportarse diciendo: ‘No elevéis vuestras voces por encima de la voz del Profeta’. Y alabó a otra gente con las palabras: ‘Los que bajan la voz en presencia del Mensajero de Allah, esos son a los que Allah les ha abierto el corazón a Su temor’. Y censuró a otra gente diciendo: ‘En cuanto a los que te llaman desde fuera de tu habitación privada, la mayoría no usa su intelecto’. El respeto que se le debe cuando está muerto es el mismo que cuando estaba vivo”.

Ante esto Abu Ja’far se quedó en silencio y luego le preguntó a Malik si debía mirar hacia la qibla al hacer duas o mirar al Mensajero de Allah. Malik respondió:

“¿Por qué ibas a apartar tu rostro de él cuando él es tu wasila (medio de acercamiento a Allah) y la wasila de tu antepasado Adam ante Allah en el Día del Levantamiento? Mira hacia él y pide por su intercesión y Allah le concederá la intercesión. Allah dice: “Si después de haber sido injustos consigo mismos hubieran venido a ti, hubieran pedido perdón a Allah y hubiera pedido el Mensajero perdón por ellos, habrían encontrado a Allah Favorable hacia ellos, Compasivo”.

Pedimos a Allah que haga crecer nuestro amor por el Mensajero de Allah. Le pedimos a Allah que haga llegar nuestro Salam al Mensajero de Allah y nos reúna con él en el Jardín. Y pedimos que nos conceda su shafa’a en el último día.