Si no recuerdas a la muerte, el corazón muere

Tened Takwa de Allah siervos suyos, ya que a quien es consciente de Allah, Allah le protege y a quien confía en Él, Él le basta y a quien le agradece le provee inmensamente.

Dice Allah en el Corán:

Allah es Quien os ha creado de debilidad y después de ser débiles os ha dado fortaleza y después, tras haberla tenido, os da debilidad de nuevo y vejez. Él crea lo que quiere y es el Conocedor, el Poderoso”.

 (Sura de los Romanos, 54)

En esta aleya sagrada Allah, alabado sea, nos demuestra que ha creado al hombre de debilidad, de agua insignificante, de una gota de esperma, luego coágulo, etc.

Por tanto, su origen es debilidad. Después de esta debilidad, le otorga fuerza, juventud, intelecto, le muestra los diferentes caminos teniendo, el hombre, la voluntad de elegir; le advierte del diablo y de los deseos que conducen al infierno. Luego le explica que ser paciente y triunfar sobre los deseos y los shayatin, sean hombres o Yines, humillando el nafs, tiene como recompensa entrar al jardín. La aleya nos demuestra también que el hombre vuelve a la debilidad, luego a la muerte y a entrar al Jardín o al infierno.

¡Pobre hijo de Adam! Desconoce la hora de su muerte y cuándo le toca la enfermedad, se registran todas sus acciones, le duele la picadura de un chinche, lo mata un atragantamiento y su sudor desprende mal olor. Dice Allah en el Corán: “El hombre fue creado débil”.  

Se relató que cuando llegó la hora de un profeta le dijo al ángel de la muerte: “¿Acaso no pudiste avisarme de que venías?”. Le contestó: “Te avisé a ti, como a los demás. Te mandé como señal la vejez, la enfermedad, los cambios en la audición y la vista. Aquellos que no se dan cuenta de estas señales les llamo justo antes de coger sus almas: ‘yo soy el último aviso’. Cada amanecer llamo diciendo: ‘Gente de cuarenta años, este es el momento para prepararse; vuestros cuerpos están fuertes así como vuestra memoria. Gente de cincuenta años, se acerca el momento de cosechar. Gente de sesenta años, ¿acaso os habéis olvidado del castigo?’”.

Dice Allah en el Corán: ¿Acaso no os concedimos una vida larga en la que pudiera recapacitar quien lo hiciere, y acaso no os llegaron advertidores?  Ibn Abbas identifica a “los advertidores” en esta aleya con la vejez.

Dijeron al Profeta la paz sea con él: “¡Has envejecido, oh mensajero de Allah!”. Respondió: “El sura de Húd me hizo más viejo”. Le preguntaron: “¿Es la historia de los profetas la que te ha hecho envejecer y el castigo de las naciones anteriores?” Dijo: “¡No! fue la aleya que dice: ‘Así, pues, mantente firme (en el camino recto) como se te ha ordenado’”.

Por ello, el Profeta, la paz sea con él, ayunaba y rezaba continuamente, porque el que es consciente de Allah y lo conoce, lo adora con amor y no se queja ni se aburre.

Pero entonces, ¿qué ocurre a la gente? ¿no actúan conforme al mensaje de su Señor? En verdad, no tenemos ninguna excusa, nos ha llegado la palabra de Allah y de su mensajero, pero estamos sordos. Escuchamos su palabra en los sermones, las clases y los discursos pero no reaccionamos.

¿Qué le ocurre a nuestros corazones? Escuchan pero no entienden ni temen. ¿Acaso desconocen la verdad?

Se relató en el “Azar” que Allah dice a su siervo: “¡Siervo mío!, te han salido canas, tus huesos se han desgastado y tu vista se ha debilitado, ten vergüenza de mí porque tengo vergüenza de castigarte”. Siervos de Allah, no hay duda en que han llegado todas las señales anteriores a la muerte (señales de la vejez), ¡volved entonces hacia vuestro Señor arrepentidos!, no os traicionéis por las falsas esperanzas porque llevan a la perdición, ni os engañéis por el dunia, no es sino un puente hacia la otra vida.

La muerte llega a los mayores y los jóvenes. ¿Cuántos enfermos vivieron aunque determinaron su muerte y cuántos fallecieron sin estar enfermos? Y ¿a cuántas novias sorprendió la muerte mientras las preparaban para sus bodas? Así que, sed conscientes de la muerte, gente joven  y mayor, y recordadla continuamente.

Si no, los corazones se mueren y se hace bella la desobediencia y las malas obras. Y temed un día en el que regreseis a Allah.