Alhamdulillah, Quien nos ordenó recurrir a Él en tiempos de adversidad y dificultad y que nos agarremos en todo momento a su fuerte cuerda. Subhanah, Él es Quien hace lo que Él quiere. Su orden está entre el Qaf y Nun, si quiere algo, le dice: «Sé», y lo es. Él es quien Sabe mejor lo que ocurrió, lo que ocurre y lo que ocurrirá, y lo que, no habiendo ocurrido, cómo hubiera sido si hubiese ocurrido.
Musulmanes, os encomiendo, y a mí mismo, que tengamos taqwa de Allah, ya que con la taqwa el corazón se llena de la grandeza de Allah y goza de plena confianza en la promesa del Gobernante y Creador de los universos, y a través de ella se obtiene paz mental y tranquilidad en el alma, por muy largos que sean los compromisos, por largas que sea las noches, por muy cerrados que estén los caminos. La taqwa es un dique impenetrable y una barrera que no pueden traspasar las flechas ni los susurros de la desesperación.
Cada musulmán y musulmana ha de tener cuidado con la desesperación porque es la mercancía de los extraviados y una de las características de los perdedores indefensos. Asimismo, es una de las enfermedades que aflige a las almas y les impide alcanzar la prosperidad y la gloria. Sabed que Allah nos ha advertido contra la desesperación y nos ha dicho que es el camino a la incredulidad, que Allah nos proteja de ello: «no desesperéis de la misericordia de Allah, pues solo desespera de la misericordia de Allah la gente que se niega a creer». Dice Ibn Mas’ud, que Allah esté complacido con él: «Las faltas mayores son asociar a Allah con otros, sentirse seguro de la astucia de Allah y perder la esperanza en la misericordia de Allah». Al-Tabarani.
El creyente siempre está esperando el alivio de Allah, por muy larga que sea la noche, debe amanecer. Sin embargo, el incrédulo se vuelve abatido en la angustia, pesimista y enojado debido a la debilidad de su fe en Allah y a su falta de imam. El creyente, en un estado de angustia, no se encierra en una estrecha prisión de pesimismo y desesperación, sino que abre todas las puertas de la esperanza y del optimismo; actuar así es parecido a la actitud de los profetas y de los justos, y es el gozo del alma en tiempos de angustia y crisis.
El Profeta ﷺ estaba empeñado en guiar a su pueblo y nunca desesperó de la misericordia y de la victoria de Allah. Era optimista, sin importar cuán severas fueran las crisis, porque estaba seguro de que Allah no abandonaría a sus siervos justos. Allah afligió a su profeta Yaqub, la paz sea con él, con la pérdida de sus dos hijos. Su prueba fue tan dura que perdió la vista. Sin embargo, Yaqub, Alaihi salam, permaneció paciente con la voluntad de Allah y no desesperó del regreso de sus hijos. Su optimismo y esperanza en Allah aumentaban, cuanto más lloraba, más aumentaba su esperanza y certeza de que Allah se los devolvería. Les dijo a sus hijos: «¡Hijos míos! Id e indagad acerca de Yusuf y de su hermano y no desesperéis de la misericordia de Allah, pues solo desespera de la misericordia de Allah la gente que se niega a creer». La esperanza es una energía que Allah deposita en el corazón de Sus siervos confiados, y desarrolla en ellos la ambición y la voluntad, pero la desesperación mata en corazones de los pesimistas que han perdido la esperanza en la misericordia de Allah. El Profeta ﷺ dijo: «Si la hora de la Resurrección llega, llevando uno de vosotros una planta en sus manos, debe cultivarla si puede».
Los nobles hadices proféticos han advertido contra ir demasiado lejos y dejarse engañar por los deseos desprovistos de acción, es decir: el deseo de que algo suceda y aún no se hayan cumplido sus causas, y es una tontería que algunos deseen que suceda algo cuyas causas y factores para su existencia aún no están disponibles… En el hadiz, «el cuerdo es aquel que rinde cuentas a sí mismo y trabaja por lo que viene después de la muerte, y el necio es aquel que sigue los deseos y falsas esperanzas».
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Si el mundo es estrecho para ti y el dolor y la tristeza descienden sobre ti, entonces di: «Hasbuna Allahu wa ni’ma ‘l Wakil» (Allah es suficiente para mí, y qué excelente Guardián). Ibn Abbas dijo: «lo dijo sayyiduna Ibrahim cuando fue arrojado al Fuego».
Dijo Allah al fuego: «Sé frescor y paz para Ibrahim», y el Profeta ﷺ lo dijo cuando le dijeron: «Los hombres se han reunido contra vosotros, tenedles miedo». Pero esto no hizo sino darles más fe y dijeron: «¡Allah es suficiente para nosotros, qué excelente Guardián!». Es una frase con pocas letras y muchos significados que alivia la angustia y levanta la niebla de la preocupación y la ira.
Entonces nuestros shuyuj lo incluyeron en nuestros wirds y ordenaron que se repitiera continuamente.
«Hasbuna Allahu wa ni’ma ‘l Wakil»
Un arma divina que es ligera para la lengua y pesa en la balanza.
Allahumma, protégenos de la desesperación y el pesimismo, sálvanos de la tristeza, la ansiedad y la ira, concédenos amplitud del corazón, abre nuestro pecho, concédenos contentamiento con poco, preparación para el día de la partida, haznos actuar según la revelación, y concede la victoria, Ya Rabbi, a nuestros hermanos oprimidos a quienes no paran de matar y destruir, y Tú nos bastas contra los opresores que son agresores.
Ten piedad de sus mártires, cura a sus heridos y da paciencia y consuelo a sus familias.
«Wa ina lillahi wa ina ilaihi rayi’un» (De Allah somos y a Él hemos de volver)