Alhamdulillah, Quien eleva a quien quiere con su gracia y degrada a quien Quiere con su justicia, exalta a quien quiere y humilla a quien Él quiere. En su mano está el bien y tiene poder sobre todas las cosas. Gloria a Él, si quiere algo, le dice: «Sé», y lo es.
Musulmanes tened taqwah de Allah, y preparaos para el día de vuestra partida, ya que la mejor provisión es la taqwah. Sabed que estamos en el mes sagrado de Rayab, y es uno de los meses sagrados que Allah Ha honrado, el cual Él ordenó honrar y en el que nos prohibió cometer injusticias, tanto este como los demás meses sagrados.
En Surat Tawbah (el Arrepentimiento) dice Allah, exaltado Sea: «El número de meses para Allah es doce, en el Libro de Allah, el día en que creó los cielos y la tierra. De ellos, cuatro son inviolables. Esta es la práctica de Adoración recta. No seáis injustos con vosotros mismos durante estos meses».
El mes de Rayab es el mes de los milagros y el mes de las victorias. Exaltado Sea Quien dijo: «Gloria a Quien una noche hizo viajar a Su siervo desde la Mezquita Inviolable hasta la Mezquita más lejana, aquella cuyos alrededores hemos bendecido, para mostrarle parte de Nuestros signos. Verdaderamente Él es Quien oye y Quien ve». (Surat Al Israa – El Viaje Nocturno)
Siervos de Allah, el Isra y el Mi’ray sucedió en este mes, el mes de Rayab, tres años antes de la Hégira. Los eruditos creen que esto era la noche 27 de Rayab, en el año de la tristeza, y se llamó así debido a que el Profeta ﷺ perdió a su tío Abu Talib, quien lo había apoyado y defendido, y perdió al ser más querido, su esposa, Jadija bint Juwaylid, que Allah esté complacido con ella, quien lo apoyó en los tiempos más duros. Ella creyó en él cuando la gente lo rechazó y le ofreció su riqueza cuando la gente lo privó.
Así que Allah, alabado sea, alivió el dolor de Su Noble Mensajero ﷺ con este maravilloso milagro e hizo triunfar su da’wah y le dio la victoria.
Este suceso consiste en dos viajes: uno es terrestre desde Meca hasta Al-Quds Al-Sharif (Jerusalén) y se llama Al-Isra. Y otro, desde Jerusalén hasta Sidrat al-Muntaha, hasta lo más alto de los cielos, hasta un lugar que ningún profeta enviado ni ningún ángel cercano ha alcanzado y se llama al Mi’ray.
Al Bujari narró que el Profeta ﷺ contó sobre la noche de su viaje:
Mientras estaba acostado en al- Hatim* (y quizás dijo en al-hiŷr) vino a mí alguien y me hizo un corte a lo largo. (Dice el transmisor: «Le oí decir: “Y me abrió en dos”».) Desde aquí hasta aquí. (Dice el transmisor: «Desde el hoyuelo de la garganta hasta el vello del pubis».) Y me sacó el corazón. Luego me trajeron una vasija de oro llena de iman (fe), lavaron mi corazón, lo llenaron de iman y lo volvieron a poner en su sitio.
Seguidamente me trajeron un animal blanco más pequeño que una mula y mayor que un asno. (Dice el transmisor, que Allah haya tenido misericordia de él: «Era el Buraq».) Su zancada llegaba al punto más lejano que podía alcanzar su vista. Entonces me subieron a él. Y Ŷibril me llevó hasta llegar al cielo de este mundo donde pidió que le abrieran. Dijeron: «¿Quién es?». Contestó: «Ŷibril». Dijeron: «¿Quién viene contigo?». Contestó: «Muhammad». Dijeron: «¿Le han mandado venir?». Contestó: «Sí». Dijeron: «Bienvenido sea y en buena hora». Y abrieron. Y una vez dentro, encontré allí a Adam. Y dijo (Ŷibril): «Este es tu padre Adam, salúdalo». Lo saludé, y él me devolvió el saludo y me dijo: «Bienvenido sea el hijo recto y el Profeta recto».
Después encontró a Yahya y a ‘Isa (as) en el segundo, a Yusuf (as) en el tercero, a Idris (as) en el cuarto, a Harun (as) en el quinto, a Musa (as) en el sexto, y a Ibrahim en el séptimo.
Entonces, vio Sidrat Al-Muntaha, el Árbol gigante de Loto del límite más lejano, que marca el límite máximo del séptimo cielo y que nadie puede pasar. Luego le fueron prescritas a él ﷺ y a su nación las cinco oraciones diarias. Al principio, eran cincuenta, por lo que Musa le ordenó pedirle a su Señor que las redujera, y lo hizo repetidamente hasta reducirlas a cinco.
Siervos Suyos, la primera lección que podemos sacar del Viaje Nocturno es que la oración se prescribió en el cielo y que es el pilar más importante del din. Según el hadiz del Profeta ﷺ: «La esencia del asunto es el Islam y su pilar es el salat». Y dijo: «La oración a tiempo es mejor que el mundo y todo lo que contiene». Y Ali ibn Abi Talib dijo: «Las últimas palabras del Mensajero de Allah ﷺ fueron: «¡La oración, la oración!, y temed a Allah con respecto a sus esclavos».
El salat es el acto de adoración que aleja la inmoralidad y el mal. La oración impide la indecencia y lo reprobable. Además, expía las malas obras. Se ha transmitido que el Profeta ﷺ dijo: «¿Qué diríais si hubiese un río que corre por la puerta de vuestras casas, y lo utilizaseis para bañaros en él cinco veces todos los días, acaso os quedaría algún rastro de suciedad?». Las personas contestaron: «No nos quedaría ningún rastro de suciedad». Él dijo: «De la misma forma borra Allah las faltas con las cinco oraciones diarias».
De igual modo, tenemos advertencias contra el abandono o el descuido de la oración.
En el Corán. Allah dice: «La gente del Paraíso preguntó a la gente del Infierno: ¿Qué os ha traído a Saqar? Dijeron: No fuimos de los que rezaban».
Y en la sura Mariam: «Después les sucedió una generación que abandonó la Oración y siguió las pasiones; pero ya encontrarán perdición».
Entre los descuidos del salat está el no perfeccionar sus pilares y obligaciones e ignorar cómo rectificarla, como por ejemplo la postración del olvido y otras cosas; luego está la mala recitación, sea a nivel de las suras o lo que se dice en ruku’ y la postración; y también hacer los movimientos rápidamente. Asimismo, está el hacer la oración fuera de los tiempos señalados sin motivo ni excusa aceptable ¿Acaso No dijo nuestro Señor: «Ciertamente el salat es para los creyentes un precepto en tiempos determinados»?
La oración, creyentes, es el vínculo entre el siervo y su Señor, quien la realiza dentro de su tiempo se ha aferrado a la cuerda de la conexión con su Creador. Y quien lo desperdicia, despreciará todo lo demás. Tened taqwah de Allah, siervos suyos, y arrepentíos ante vuestro Señor antes de que sea demasiado tarde. Estableced la oración, aprended el fiqh de la oración y enseñad a vuestros hijos e hijas las obligaciones del salat, porque cada uno de vosotros es pastor y cada uno es responsable de su rebaño.
Allahummah, acepta nuestro rezo y el ayuno, y da por nosotros los derechos que les corresponden a cada uno y acepta nuestras inclinaciones y postraciones, a pesar de nuestro abandono y falta de concentración. Y haznos entre los que son conscientes en presencia en sus oraciones y entre los que las realizan a tiempo. Y ten piedad de tus siervos indefensos que están sometidos a la destrucción total, el genocidio y a todos los tipos de injusticia continuamente. Allahummah, elimina la injusticia, apoya a los oprimidos y derrota a los opresores. Amin.