Y no seas de los negligentes

Creyentes, Es cierto que Allah Todopoderoso nos ha advertido contra la enfermedad de la negligencia y nos ordenó que no nos alejáramos del Corán y de la Sunnah de nuestro Profeta, la paz sea con Él. ¿Cuántas clases y predicación ha oído la gente? ¿Y cuántos sermones de los viernes ha escuchado? ¿Por qué nuestros corazones siguen distraídos? ¿Por qué no vemos los frutos de estos sermones y resultados de las clases? ¿Qué nos ocurre?

Después de escuchar el sermón, las personas se dividen en tres partes. Unos regresan a sus propios caprichos y deseos, sin ningún cambio, como si no hubieran escuchado nada. Y este es el peor grupo, los jutbas serán una prueba contra ellos y su castigo será peor a causa de ello. Dice Allah, alabado, sea describiéndoles: “Esos son a los que Allah les ha sellado el corazón, el oído y la vista y son los indiferentes”. Son lo que se apartaron del recuerdo de Allah, como consecuencia, Él, Alabado sea, Selló sus oídos y sus vistas. No tienen más que dificultades en este mundo y en el más allá.

Dice Allah, alabado sea: “Pero quien se aparte de Mi recuerdo… Es cierto que tendrá una vida mísera y el Día del Levantamiento le haremos comparecer ciego”. Allah interfiere entre el siervo y su corazón porque no respondió a Allah ni a Su Mensajero y eligió someterse a sus deseos, lujurias y al shaytan. Él, alabado sea, dice: ¡Vosotros que creéis! Responded a Allah y al Mensajero cuando os llamen a lo que os da vida, y sabed que Allah está en medio del hombre y su corazón y que seréis reunidos para volver a Él”. Fijaos en lo que dice Allah: “A lo que os da vida”, es decir, su din, porque la vida real en el más allá se logra viviendo el din en este mundo. No hay vida para quien no tiene din.

El Profeta dijo aconsejando a quienes quieren casarse: “Entonces cásate con la que esté comprometida religiosamente. De lo contrario, perderás”., y dice Allah en el Corán:” La religión para Allah es el Islam”. Así que, quien no responde a Allah y a Su Mensajero, Allah interfiere entre él y su corazón, de modo que si quiere arrepentirse, no puede hacerlo. Debido a que su corazón está envuelto en faltas mayores, sumergido en las faltas, no se espera su arrepentimiento y no hay esperanza en que tenga éxito o que sea recto.

Handala Al-Usaidi dijo:

Abu Baker me encontró un día y me preguntó: “¿Cómo estás Handala?”. Respondí: “Handala se ha vuelto un hipócrita”. Abu Bakr dijo: “¡Subhan Allah! ¿Qué estás diciendo?”. Respondí: “Cuando estamos con el Mensajero de Allah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, él nos menciona el Fuego y el Paraíso hasta que es como si los estuviésemos viendo. Pero, cuando dejamos su compañía y regresamos con nuestras esposas e hijos o nos ocupamos de nuestras propiedades, nos olvidamos”. Abu Baker dijo: “Por Allah, he experimentado lo mismo”. Entonces, él y yo fuimos a visitar al Mensajero de Allah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y dije: “Oh, Mensajero de Allah, Handala se ha vuelto un hipócrita”. Él preguntó: “¿Y cómo es eso?”. Respondí: “Oh, Mensajero de Allah, cuando estamos contigo nos hablas sobre el Fuego y el Paraíso hasta que es como si los estuviésemos viendo. Luego nos vamos y jugamos con nuestras esposas e hijos y nos ocupamos con nuestras propiedades, y nos olvidamos”. El Mensajero de Allah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, entonces dijo: “Por Aquel que tiene mi alma en Sus Manos, si continuaran en el mismo nivel que cuando están conmigo y recordando a Allah, los ángeles tomarían sus manos cuando descansen y cuando caminen. Pero, oh, Handala, hay un tiempo (para esto) y un tiempo (para aquello)”. Él repitió esta frase tres veces.

Relatado por Muslim

El segundo grupo es aquel a quienes conmueven los Jutbas, se emocionan por lo que escuchan y su conciencia los reprende y lloran por las faltas que han cometido, se arrepienten y se apartan de lo prohibido y ven sus errores como una montaña que les cae encima. Estos son los que están en el término medio, es decir mezclan las buenas acciones con las malas, con la esperanza de que Allah los perdone si se arrepienten y abandonan lo prohibido de inmediato y se apartan o dejan la mala compañía que los arrastra a las calamidades y la desobediencia y les hacen ver bello todo lo malo. Si se arrepienten y responden al mensaje de Allah y la guía de Su Mensajero y se vuelven, la misericordia de Allah los cubre y Su misericordia abarca todas las cosas. Él alabado sea dijo: “Mi misericordia lo abarca todo, así que la escribiré para aquellos que son piadosos”.

La tercera categoría es aquella cuyos corazones se elevan al escuchar los sermones, se remangan para la adoración y multiplican sus obras voluntarias; asimismo, se apartan de lo dudoso y anhelan escuchar las palabras de Allah y su mensajero, no se aburren ni se quejan del recuerdo y la amonestación, escuchan el discurso y siguen lo mejor de él. Esos son los cercanos a Allah, los piadosos a quienes Allah ha otorgado corazones y oídos vivos. Son aquellos a quienes Allah ha guiado y son los dotados de intelecto.

Ibn Rajab, que Allah tenga piedad de él, dice que los sermones son como látigos que golpean los corazones. Un corazón sano está siempre atento a la exhortación, una señal le basta. Un corazón muerto cuya vida fue quitada por la hipocresía y la arrogancia y está lleno de maldad no le mueve la predicación ni los jutbas. Aquel que tiene este corazón suele acudir los viernes solo por costumbre, no como acto adoración, para que no se diga que no reza. Él, Todopoderoso, dijo describiendo a estas personas: “Quieren esconderse de los hombres pero no pueden esconderse de Allah”.

Oh Allah, purifica nuestros corazones de la hipocresía y protégenos de un corazón negligente, y de un ojo que no derrama lágrimas, y del conocimiento que no beneficia. Amin.

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