Musulmanes, a pesar de lo que proponen hoy en día muchos comentaristas y defensores de la teoría de la evolución social, el estado del mundo y la humanidad no sigue una trayectoria lineal ni una tendencia ascendente, nuestra riqueza no crece cada vez más ni nuestro conocimiento se hace más profundo. Esta visión niega la historia y la naturaleza cíclica de las cosas. Las cosas suben y bajan, la expansión se alterna con la contracción. La noche y la oscuridad se alternan con el día y la luz. Así ha hecho Allah la creación. Él dice:
“Así es como alternamos los días entre los hombres para que Allah sepa quienes son los que creen y tome a algunos de entre vosotros para morir dando testimonio. Allah no ama a los injustos”. (3:140)
La narración del progreso constante en todos los aspectos de la vida no se soporta, incluso cuando miramos las cosas de la manera más básica y material. Por otro lado, y pese a un exceso de información disponible, cada vez somos más incultos e ignorantes a medida que pasa el tiempo. El mundo superfluo, materialismo y el consumismo que nos inunda socava la capacidad moral y espiritual del ser humano. Las civilizaciones y pueblos se alternan, como Allah dice en el Corán. Y ahora es un tiempo en el que domina la oscuridad. Allah dice:
“La corrupción se ha hecho patente en la tierra y en el mar a causa de lo que las manos de los hombres han adquirido, para hacerles probar parte de lo que hicieron y para que puedan echarse atrás”. (30:41) Y dice también:
“¡Por el Tiempo! Que es cierto que el hombre está en pérdida. Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia”.
La pérdida en la que está el ser humano se interpreta de varias maneras. La primera es el significado lingüístico más inmediato. Es decir: Está en un devenir de disminución, de mengua; va perdiendo progresivamente todo lo que tiene mientras se acerca a la muerte.
Algunos comentaristas entienden otro sentido, en cierta forma complementario: “El hombre camina hacia la perdición, excepto los que creen, etc…” O está en pérdida, es decir, pierde en su transacción existencial, respecto a su Creador y el ájira, excepto los que creen…
Pero la gente que no cree ya no puede ver una salida. Ha perdido su voluntad y su capacidad de resistir. No ven más alternativa que continuar con sus vidas cotidianas como robots en piloto automático, funcionando pero sin vivir, cumpliendo su deber cívico pero sin satisfacer su alma inmortal. Buscan el disfrute y la liberación en el ámbito de lo sensorial, pero solo roza la superficie y, a veces, incluso acentúa su malestar. Así que se desesperan y piensan que la existencia no tiene sentido. Los que buscan una salida, se vuelven en direcciones equivocadas, buscando soluciones en los lugares erróneos. Y así continúan, hasta que la desesperación y el hastío se arraigan. Pero eso es solo porque se han quedado ciegos y han negado su naturaleza más esencial. Han olvidado a su Señor, a su Sustentador, a Aquel que les ha dado todo lo que tienen. Han olvidado por qué fueron puestos aquí y adónde van. Y niegan la realidad de su ser, que no es otra que reconocer a Allah como su Señor. No viven en armonía con el reconocimiento profundo de ser esclavo de Allah que todo ser humano tiene en su corazón, sino que lo cubren. Allah dice:
“Y cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adam a su propia descendencia y les hizo que dieran testimonio: ¿Acaso no soy Yo vuestro Señor? Contestaron: Sí, lo atestiguamos. Para que el Día del Levantamiento no pudierais decir: Nadie nos había advertido de esto”. (7:172)
El plan para obtener el éxito nos lo ha dado Allah, Quien nos ha creado en la mejor forma y sabe qué es lo mejor para nosotros. Nos lo ha dado mediante el Mensajero y el Corán. Solo tenemos que creer en Allah y Sus Mensajeros y seguir su guía. Gente, musulmanes y no musulmanes, en las palabras del adhan, hayaa ‘ala-l-falaah, ¡venid al éxito!
Allah menciona varias veces en el Corán a los que tienen éxito, los que ganan en sus transacciones. Uno de esos lugares donde Allah describe en Su Libro a los que triunfan son primeras aleyas de Surat al-Muminun. Allah dice:
“Habrán triunfado los creyentes. Aquéllos que en su salat están presentes y se humillan. Los que de la frivolidad se apartan. Los que hacen efectivo el zakat. Y preservan sus partes privadas, excepto con sus esposas o las que poseen sus diestras, en cuyo caso no son censurables. Pero quien busque algo más allá de eso… Esos son los transgresores. Y aquéllos que con lo que se les confía y de sus compromisos son cumplidores. Y los que cumplen sus oraciones. Ellos son los herederos, que heredarán el Firdaus, donde serán inmortales”. (23:1-11)
En estas aleyas se mencionan varias cualidades para aquellos que lograrán el éxito. Y todo comienza con la creencia, el imaan. El verdadero éxito, ya sea en este mundo o en el Próximo, depende de la creencia en Allah.
La siguiente cualidad de las personas de éxito es que son personas de oración. La oración es conexión con lo divino. La oración nos mantiene enraizados y nos recuerda la realidad de la existencia, y nos mantiene presentes. Nadie que sea verdaderamente humilde y consciente en su oración puede alejarse demasiado de la verdad. Allah dice:
“Es cierto que el salat impide la indecencia y lo reprobable”. (29:45) La oración mantiene estos aspectos alejados de nosotros y nos repele de ellos. Tan importante es la oración que Allah la menciona dos veces en el curso de estas ayats, enfatizando la necesidad tanto de tener jushuu’, cuidar y cumplir con el salat. Es decir, ser constante, hacerla de la mejor manera posible, cumpliendo todos sus requisitos y obligaciones. Allah menciona en otra aleya a gente que conoce la verdad y no se derrumba ante las aflicciones y entre sus cualidades dice:
“Aquéllos que son constantes en su salat”. (70:23)
Hay gente que reconoce el valor del salat y espera a que llegue su hora con entusiasmo, preparándose, renovando el wudu, arreglando su ropa, colocando la alfombra de oración o yendo a la mezquita, y sentándose mirando hacia la quibla, esperando con anticipación la llamada del muaddhin. Que Allah nos dé esta comprensión y aprecio por el gran regalo del salat.
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Las siguientes dos cualidades mencionadas en las aleyas de Sura Al-Muninun son evitar y apartarse de la frivolidad y entregar el zakat, que está vinculado con el ṣalat, y la validez del uno depende de la del otro. El interior no puede ser purificado si el exterior permanece impuro.
En cuanto a apartarse de la frivolidad, eso significa evitar debates sin sentido, mentiras y dimes y diretes. Decimos la verdad incluso cuando es difícil de decir, y llamamos a Allah con las mejores palabras. Allah dice:
“Y cuando oían alguna palabra vana se apartaban de ella y decían: Para nosotros serán nuestras acciones y para vosotros las vuestras. Paz con vosotros, no buscamos a los ignorantes”. (28:55)
Mantened la compañía de aquellos que hablan de Allah, hablan bien de la gente, y cuya conversación os eleva. Por supuesto, todo tiene su lugar y su tiempo, pero evitad participar en discusiones inútiles o tomar parte activa o pasiva en rumores o calumnias.
La siguiente cualidad se relaciona con nuestras acciones corporales y nuestros deseos físicos, especialmente aquellos de nuestras partes privadas. Tendrán éxito los que son amos de sus cuerpos, no los que están esclavizados por estos. No dejan que sus partes privadas, y por extensión cualquiera de los otros apetitos, les rijan, sino que ellos controlan sus apetitos.
La cualidad final que se menciona aquí es el cumplimiento de los contratos, pues una persona no puede ser fiel a Allah cuando es falsa o deshonesta con Su creación. El engaño engendra engaño, la traición engendra traición y la falsedad engendra falsedad. Si alguien es habitualmente falso en sus transacciones externas, entonces se volverá habitualmente falso en sus transacciones internas, con el riesgo de acercarse a la hipocresía. El Profeta dijo:
“Hay cuatro rasgos que caracterizan al hipócrita: quien los tiene todos es un hipócrita completo y quien tiene alguno de ellos tiene un elemento de hipocresía en su ser hasta que lo abandone: traiciona cuando se confía en él, miente cuando habla, rompe las promesas que hace y actúa de manera deshonesta en sus disputas”.
Como creyentes, nuestra palabra debe ser nuestra garantía. Debemos tener las cualidades de amana y sidq. El Profeta dijo:
“Devuelve lo que se te ha confiado a quien te lo confió y no engañes a quien te engaña”.
Si no cumplimos con nuestros contratos, sin importar con quién sean, no podemos esperar el éxito. Debemos cumplir nuestros contratos tanto con Allah como con la creación y Él cumplirá lo que nos ha prometido. Allah dice en surat al-Baqara:
“Cumplid vuestra parte del pacto que Yo cumpliré la Mía”. (2:40)
Le pedimos a nuestro Señor que nos dé la capacidad de adoptar todas las cualidades de los creyentes y otorgue un éxito fuerte y duradero a la umma.