Corán

Musulmanes, Allah ha otorgado a esta Umma un regalo como ningún otro, un milagro que permanece inmutable ante el tiempo, el Noble Corán, la Revelación que hizo descender en este mes de Ramadán, el mes del Corán. Un libro que contiene Su palabra atemporal, eterna, que reveló al mejor de Su creación. Un libro del cual cada letra y cada sílaba proviene directamente de la presencia de nuestro Creador, y aún así es accesible a todos los seres humanos.

Alhamdulillah. Recitamos este Libro todos los días de nuestras vidas, aunque solo sea en nuestras oraciones; Allah, en Su infinita misericordia y sabiduría, ha puesto tremendos secretos en sus melodías y armoniosos sonidos, de tal forma que incluso sin saber una palabra de árabe, nos es agradable recitarlo y escucharlo. Es la Palabra de Allah y la forma más elevada de dhikr, por lo que aporta tranquilidad y paz a los corazones de las personas. Allah dice:

“¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allah con lo que se tranquilizan los corazones?” (13:28)

Además, la recitación del Corán tiene una tremenda recompensa. Allah dice:

“Los que recitan el libro de Allah, establecen el Salat y gastan de lo que les proveemos en secreto y públicamente, esperando un negocio que no tiene pérdida. Para que les pague la recompensa que les corresponda y les aumente Su favor; es cierto que Él es Perdonador, Agradecido.” (35:30-31)

Y el Mensajero dijo:

“El mejor tipo de adoración que mi comunidad puede hacer es recitar el Corán”. La recompensa por recitarlo es inmensa, especialmente en este mes en el cual las buenas acciones se magnifican y multiplican.

El Mensajero de Allah dijo:

“A quien recite una letra del Libro de Allah se le acreditará una buena acción, y con cada buena acción se obtiene la recompensa de diez. No digo que Alif-Lam-Mim sea una letra, sino que Alif es una letra, Lam es una letra y Mim es una letra”.

Imaginad la recompensa en este mes. La recitación del Corán es una de las cosas que nos beneficiarán el día que estemos solos ante Allah, porque el Profeta dijo:

“Recitad el Corán, ya que vendrá como un intercesor para quien lo recite en el Día del Levantamiento”. Que no os impida recitar el Corán la dificultad de la pronunciación del árabe, porque el esfuerzo en ello es fuente de una recompensa aún mayor, como dijo el Profeta:

“El que recite el Corán hábilmente estará con los escribas honorables y obedientes (ángeles), y el que recita el Corán y le resulta difícil recitarlo, esforzándose en hacerlo lo mejor posible, obtendrá una doble recompensa”.

Pero a los verdaderos tesoros y los secretos ocultos del Corán se acceden mediante la reflexión, tadabbur, ya que el Corán es la Palabra Eterna de Allah que contiene la guía para la humanidad y las claves para todo lo que pude abarcar el ser humano en su conocimiento. Allah dice en surat al-An’am:

“No hemos omitido nada en el Libro”. (6:38)

Es una luz luminosa y una guía clara. Contiene relatos, qasas, de pueblos y profetas anteriores, advertencias y buenas noticias para los creyentes. Explica fenómenos de la creación, del mundo animal y vegetal, y ciclos climáticos, de este mundo y del próximo y contiene indicaciones sobre la naturaleza del ser humano. Desborda de la misericordia y generosidad de Allah, y lo más importante, que todo lo que ocurre es por el acto de Allah, y esta es la esencia del verdadero entendimiento de la Unidad Divina, del Tawhid.

Pedimos a Allah que nos haga fácil la recitación del Corán y que abra nuestros corazones a sus significados. Y Le pedimos que haga de él un intercesor a nuestro favor en el Último Día.

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Dice Allah:

“Es un Libro bendito, que te hemos hecho descender, para que mediten sus signos y para que recuerden los que saben reconocer lo esencial”. (38:29)

Y dice en otra aleya:

“¿Acaso no meditan el Corán o es que tienen cerrojos en el corazón?” (47:24)

Una de las principales razones por las que Allah nos envió el Libro fue para que meditemos y reflexionemos sobre él y sobre sus Signos. La palabra árabe utilizada para la reflexión en ambas aleyas es tadabbur.

Tadabbur implica una profunda reflexión, por la cual lo examinamos en todas sus facetas e intentamos comprenderlo de la manera más completa posible. Tadabbur es la clave para la comprensión. La base es la comprensión lingüística, pero eso es solo el principio.

Musulmanes, los significados que contienen las aleyas están dirigidos a todos y cada uno de nosotros, independientemente de nuestro conocimiento del árabe. A pesar del beneficio que conlleva recitarlo y escucharlo, no se trata solo de palabras melódicas. Allah nos lo envió para que podamos beneficiarnos de su mensaje y llevar a cabo nuestras vidas de acuerdo con sus enseñanzas. El Profeta, los primeros musulmanes y muchos de los hombres de Allah solían tener tanto respeto por el Corán que no dejaban una aleya hasta haber conseguido comprenderla.

Abu Dharr, que Allah esté complacido con él, dijo: “El Mensajero nos dirigió en la oración una noche, y se quedó repitiendo una aleya del Corán una y otra vez. La aleya era: “Si los castigas… Son Tus siervos; y si los perdonas… Tú eres ciertamente el Poderoso, el Sabio”. (5:118) Y fue solo el hecho de que estaba reflexionando sobre sus significados lo que le hizo repetirla”.

Abu Sulayman ad-Darani dijo: “Recito un aleya y la contemplo durante cuatro o cinco noches sin pasar a otra aleya hasta que haya terminado de reflexionar sobre ella”.

La reflexión sobre el Corán es un proceso constante puesto que nunca se agotan los significados que podemos extraer de sus aleyas. Muy a menudo, cuando recitamos una aleya de nuevo y reflexionamos sobre ella, se nos abre un nuevo aspecto de su significado. Así que debemos esforzarnos por reservar algo de tiempo para recitarlo y estudiarlo.

Por último, hay que decir que en el Corán hay aleyas que contienen disposiciones legales, ahkam, en las que se basa nuestro Din. No nos corresponde a nosotros interpretar tales aleyas de acuerdo con nuestra comprensión personal. Cuando hablamos de tadabbur, no estamos hablando de interpretación de ese tipo, porque eso es algo que se debe evitar hasta tener el conocimiento necesario para hacerlo. La interpretación sin conocimiento es peligrosa, y puede conducir al desvío.

Aprovechad este mes de Ramadán para recitar el Corán y así acostumbraros a hacerlo durante el año y reflexionad sobre sus significados, pues el mensajero de Allah dijo:

“Una hora de reflexión es mejor que sesenta años de adoración”.

Pedimos a Allah que llene nuestro tiempo con la recitación de Su Libro, abra nuestros corazones a sus significados y haga crecer en nosotros amor por él.